La inflación:






el dilema del Gobierno



En setiembre los precios al consumo subieron 1,21%, acumulando un 8,64% en 12 meses por encima del 7,88% del año móvil finalizado en agosto. Esto da cuenta que los precios al consumo registraron un salto en setiembre de 1,21% respecto del mes anterior, la mayor suba para un mes desde marzo de 2011. Solo entre enero y setiembre la inflación acumulada fue de 6,67%. Para los 12 meses los precios acumularon un alza de 8,64%, con lo que la inflación del año se alejó del rango meta del Banco Central que era de entre 4% y 6%. Los mayores incrementos respecto al mismo mes, del año anterior, se dieron en los sectores de alimentos y bebidas que crecieron 2,5%, salud con un 1,7% y vivienda que aumentó 1,62%.
Es por esto que en los supermercados se escucha casi con insistencia que la “plata no alcanza”, o que “mil pesos de ahora eran los quinientos de hace un año”.
En este contexto el remarcado de precios se ha transformado en una constante que hasta se tecnificó: los empleados de supermercados que atienden los escaparates ahora tienen unas máquinas tickeadoras automáticas que son operadas desde una central digital, donde se modifican los valores de los productos que se registran con stickers que se van poniendo unos sobre otros. En otros supermercados la tarea es más sofisticada y se la sustituye por un código de barras que simplifica aún más el remarcado, cambiándose sólo el precio que luce en el escaparate donde está depositada la mercadería, la que pasada por la registradora de pago lo varía de modo automático.
Últimamente se está dando que los precios del escaparate son modificados varias veces al día, sin que el precio de referencia haya sido modificado en el escaparate, lo cual desacompasada certeza del consumidor wue no sabe qué es lo que esta bien, si lo que figura en la estantería de exposición o el de la caja registradora, todo lo cual potencia aún más la queja del consumidor.
Según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el empuje inflacionario de setiembre se debió al encarecimiento de los alimentos, al ajuste de tarifas de UTE y al aumento de los gastos asociados a la salud.
El rubro alimenticio aumentó 2,05% en setiembre, debido principalmente al encarecimiento de 1,37% de panes y cereales (la harina subió 4,62%). La carne se encareció 2,66%, con subas de hasta 4,69% en algunos cortes como la aguja. En tanto, las frutas subieron 8,39%.
Los gastos en vivienda se incrementaron 1,62% debido a la suba de 1,15% de los alquileres y de 3,95% en la energía eléctrica debido al fin de las bonificaciones por el ahorro energético de UTE y al aumento de las tarifas desde el 24 de setiembre.
En tanto, los servicios de salud también contribuyeron a acelerar el alza de precios, con una suba de 1,7% en el mes. Los tickets de medicamentos subieron 5,65%, las órdenes para médico aumentaron 6,49% y los tickets para exámenes se encarecieron 4,43%.
En resumidas cuentas la estabilidad que el Gobierno pretende trasladar en mensajes de confianza a la población, se observan renguear cuando el bolsillo no logra cubrir las necesidades básicas de almacén, las que suelen ser junto al pago de los consumos públicos corrientes, como la luz, telefonía, salud, transporte y vivienda, la cartera de mayor consumo de una población cuya masa salarial, para un trabajador padre de familia, no logra cubrir el 60% del gasto.
De este modo el endeudamiento familiar ha registrado un constante avance que, amenazado por una primaria contención del dólar, en una plaza fuertemente dolarizada, pone en jaque concluyente a un Gobierno cuyo gasto público se ha incrementado a partir de la contratación de funcionarios que en más de veinte mil han engrosado durante esta Administración el gasto público del Estado.
Y el Gobierno lo sabe.
Para el ministro Fernando Lorenzola inflación es un fenómeno monetario. Su posición es que la sobre existencia de la cantidad de dinero en plaza que debe ser regulado por la tasa de interés de referencia a nivel bancario.
Otra causa a considerar es el precio internacional de los comodities, que el gobierno consideraba circunstancial y ahora se observa como medular.
La mecánica en estos casos opera a nivel del sector exportador tendiendo a obtener mejores precios de cualquier manera. Si el mercado interno no paga por un producto nacional, lo mismo que en el exterior, la consigna será venderlo afuera del país. Para lo economistas una suba en los precios internacionales, cuando no hay ninguna medida del gobierno, se traslada invariablemente al mercado interno.
El libre mercado más que una filosofía es un agente a tener en cuenta en la aplicación de las macro políticas país.
Y el Gobierno … esto también lo sabe,.

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