Después de la crisis de adhesión política
ocurrida en los comicios de 2004, cuando se marcaron los peores índices de
aceptación ciudadana para un partido catalogado históricamente como
“gobernante”, el rumbo de crecimiento del Partido Colorado se observa sostenido
cuando todavía restan más de dos años para someterse a un electorado que viene
asistiendo al descrédito, no sólo presidencial, sino del partido de gobierno:
el Frente Amplio.
En este contexto el 52% de los uruguayos no
confía en el presidente José Mujica. Sólo lo apoya el 39% de la población según
un relevamiento reciente de la consultora Factum, siendo este índice el más
bajo desde que asumió en 2010. Desde entonces sufrió el presidente "una
caída fuerte y constante" hasta fines de 2011, cuando registró una caída
del 81% al 41%. Durante el primer semestre de 2012 la figura presidencial se
recuperó y alcanzó el 49%, pero en agosto se volvió a desplomar.
Esto indica que cuando la oposición adquiere
un rol protagónico, definido y políticamente correcto, ajustado al campo de las
ideas y no al debate vacío o hiriente por ejemplo en el plano de lo personal,
la gente vuelve a visualizar a los espacios como los del Partido Colorado, como
los únicos ámbitos de certeza, reafirmación de la ley y prevalencia de la justicia.
Y si bien la Justicia no constituye en
Uruguay un polo para el desarrollo de las ideas desde el punto de vista
programático, al ser éste un Poder independiente, sus certezas de procedimiento
y de acatamiento social a sus fallos, lo hacen igualmente un pilar del quehacer
político.
Si algo ha ofrecido a la ciudadana en estos
tiempos de reconstrucción política el coloradismo, ha sido el factor
“certidumbre”, el que sobrevuela las administraciones del ex presidente Julio
Mª Sanguinetti y la aceptación política a la salida de la crisis de 2002, de la
mano de figuras como Alejandro Atchugarry otrora ministro de Economía, e
incluso del entonces presidente Jorge Batlle, quien imputado por la izquierda
como el centro de aquéllas peripecias, no puede dejar de reconocerlo como el
conductor de “la salida”.
De a poco y con andar cansino la ciudadanía
vuelve a considerar al espacio colorado como eje de propuestas, de gestión y
hasta de Gobierno, siendo ejemplo de esto último los gobiernos departamentales
de Salto y de Rivera, los que se consolidan a base de credibilidad política.
La seguridad ciudadana como factor central
El plebiscito por la baja de la edad de
imputabilidad es el primero que logra proponer con éxito el Partido Colorado. El senador Pedro
Bordaberry, de Vamos Uruguay, fue el principal promotor de la medida y, según
declaró a Radio Oriental, se consiguieron las firmas porque el tema “sintonizó
con la ciudadanía”.
Lo que se votará por sí o por no en octubre
de 2014 será: bajar la edad de imputabilidad; crear un instituto de
rehabilitación del menor infractor fuera del INAU; anotar los antecedentes de
los menores que hayan cometido infracciones graves y agravar las penas a los
mayores de edad que introduzcan al delito a los menores.
Según Bordaberry, las encuestas reflejan que
un 70 % de la ciudadanía está de acuerdo con su propuesta, aunque “el FA siga
empecinado en no aceptar la voz de la gente. Yo creí que iban a ser sensibles”,
dijo en declaraciones a CX22 Radio Universal.
“Es un mensaje muy fuerte hacia el gobierno y
hacia el Frente Amplio, que se niega a aprobar las leyes”, dijo Bordaberry a
770 AM Radio Oriental.
Con respecto a un posible adelanto de la
votación, que por Constitución corresponde hacerlo en los comicios de 2014, el
senador colorado expresó que “para eso habría que hacer una ley constitucional
y no hay voluntad política”.
Consultado sobre si estos puntos solucionan
el problema de la seguridad ciudadana, Bordaberry explicó que “una sola medida
no soluciona las cosas. Estas cuatro medidas son parte de otras 50 que sí
tenderían a arreglar la actual crisis de seguridad”. La baja de la imputabilidad es uno de los
cuatro temas que le interesan al Partido Colorado. Los otros, que no entran en
el plebiscito, son quitar el sistema carcelario de la órbita del Ministerio del
Interior; realizar cambios en la actuación de la Policía; y la aprobación de un
nuevo código de proceso penal.
“Yo no creo en derechas e izquierdas”, ha
insistido en las últimas horas Bordaberry: “… la prueba está en que esta
propuesta está apoyada, según las encuestas, entre el 55 y el 60 % de los
votantes del FA (…). Hay que ser pragmático. Esto no es una cuestión de
derechas ni de izquierdas. Cuando uno lo va a rapiñar no le pregunta antes si
usted es del FA o colorado”.
Pero el estado de incertidumbre social sigue
ante la ola de datos que consignan que la seguridad ciudadana da cuenta de que
“la participación de menores en rapiñas asciende a 53 %. En el año 2006 el 9 %
de los homicidios los cometían menores, hoy el 26 %.”
Sobre coaliciones y balotaje departamental
El objetivo es mejorar la calidad de vida de
todos, no se trata de ganarle una elección al Frente Amplio (FA), sostiene José
Amorín Batlle sobre la posición de Propuesta Batllista (ProBa) sobre las
coaliciones entre partidos políticos y al balotaje departamental sugerido desde
el Vamos Uruguay (VU).
El Senador Amorín Batlle reiteró que su
sector entiende como positivo los acuerdos con otros partidos. Además argumenta
su negativa a la idea del balotaje departamental por considerarla poco viable.
El argumento se da en momentos en que vuelve
a ponerse sobre la mesa la posibilidad de otros escenarios políticos como el de
“una nueva reforma constitucional planteada desde VU para promover el balotaje
en la elección departamental y la representación proporcional para los ediles”.
Amorín Batlle sonre esta estrategia expresó
no estar de acuerdo con esa iniciativa porque reformar la Constitución es algo
“importante”: no podemos hacer reformas cada vez que haya una situación
coyuntural. Además la crítica que se le puede hacer al proceso electoral es que
es demasiado larga. Creo que plebiscitar una reforma constitucional en octubre
del 2014 para trabajar pensando en las elecciones de mayo de 2015 es arriesgado
porque nadie nos asegura que esa reforma sea votada.
El Senador de ProBa explicó que esto no es
necesario, porque es posible hacer acuerdos departamentales que se dan por la
vía de los hechos, e incluso no es necesario acordar en todos los departamentos.
"No es cuando los políticos queremos, sino cuando la gente los impulsa”
asegura el líder de Propuesta Batllista.
Amorín Batlle recordó que el primer balotaje
quedo bastante claro que una mayoría importante de los votantes del Partido
Nacional (PN), impulsados por sus líderes, terminó votando a un Batlle, algo
que hasta ese momento parecía difícil que ocurriera, señaló.
Sobre este tipo de acuerdos Amorín Batlle
recuerda que existieron casos explícitos y otros implícitos en que algunos
candidatos de un partido votaban por el intendente de otro. Era la opción que
estaba tomando la gente ya que en las elecciones departamentales se vota
distinto que en la elección nacional.
El senador del ProBa asegura que este tipo de
situaciones se van a dar cada vez más y si bien entiende que hasta ahora los
acuerdos han sido entre el PN y el Partido Colorado (PC) prefiere que los acuerdos sean explícitos. La
gente debe estar al tanto de todo lo que está pasando, ya que en definitiva es
la gente la que nos mueve acordar coaliciones con otros partidos. La persona
que toma la decisión, de votar a un partido distinto en octubre que en mayo, es
el elector que con la reforma de 1996 tiene más libertad, asegura Amorín.
En la coyuntura actual el Amorín Batlle dice
que es bueno que conversemos quienes tenemos la certeza de que tiene que haber
una alternativa diferente. Al tiempo que asume además que, por ejemplo en el
caso de Montevideo, “nosotros tenemos una culpa: no hemos tenido candidatos
capaces de ganar".
"Blancos, colorados y el Partido
Independiente no tuvimos una alternativa lo suficientemente atractiva. Y en eso
tenemos que trabajar, el objetivo desde el partido político que sea, tiene que
ser mejorar la calidad de vida de nuestra gente, no ganarle una elección al Frente”.
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