Mientras se agitan cortinas de humo, la seguridad empeora




Recientemente hemos observado con preocupación como, una vez más, el gobierno continúa aplicando sus estrategias y manejo de la opinión pública para evadir una realidad que lejos de solucionarse tiende a incrementarse. Así lo demuestran las cifras que se desprenden de un informe elaborado por el propio Ministerio del Interior de Eduardo Bonomi. De acuerdo a este relevamiento difundido por el semanario Búsqueda; entre enero y julio del presente año hubo 163 homicidios, nada más y nada menos que 56 por ciento más que en igual período de 2011 cuando hubo 104 casos.
También crecieron las rapiñas en un 5,3 por ciento y la violencia doméstica aumentó en los últimos siete meses en un 19,1 por ciento. De acuerdo al informe, el único delito que descendió fue el hurto en un 4,5 por ciento.
Estas cifras no hacen más que demostrar lo que insistentemente hemos sostenido sobre las tácticas implementadas por el gobierno de José Mujica desde donde no se hace otra cosa más que eludir y tratar de  desmarcarse de una situación que rompe los ojos.
Sin lugar a dudas otros temas han acaparado la atención pública. El escándalo de Pluna, seguido de los temas de política exterior del gobierno del Frente Amplio, fundamentalmente la ilegal suspensión de Paraguay y el ingreso por la ventana de Venezuela al Mercosur; el manido tema de la profundización del canal Martín García envuelto en la polémica sobre un posible caso de coima; la situación de la enseñanza que se cae a pedazos y donde nos se sabe quien dirige ni que rumbo tiene; el delicado estado del sector de la salud y las lamentables apreciaciones del titular del Poder Ejecutivo quien, a diestra y siniestra, se ha mostrado irritable y poco conciliador con la oposición con expresiones despectivas y poco respetuosas para con el sistema político en su conjunto, han dejado un tanto relegado el siempre presente tema de la seguridad.
Este capítulo, la seguridad y la violencia creciente, parece hoy brillar por su ausencia en la agenda del gobierno, quien, a su vez “le pasó la pelota” a sus legisladores con los ulteriores enfrentamientos internos que dilatarán las soluciones para un tema que recrudece día tras día en la sociedad uruguaya. Ineludiblemente, y así se desprende de las propias apreciaciones de los legisladores oficialistas; todas las iniciativas del gobierno vinculadas al tema seguridad, tendrán modificaciones durante el trámite legislativo. Lo que parece desconocerse es que, mientras tanto, los delitos continúan y en aumento.
Para colmo de males el gobierno de Mujica cree que la situación variará con proyectos como el recientemente enviado a la Presidencia del Senado, mediante el que se pretende despenalizar y estatizar, aunque con restricciones el mercado de la marihuana, otro tema que levanta polémicas y que no soluciona, a nuestro entender el problema de fondo, ni tendrá los resultados buscados.
Es un mensaje confuso el que envía el gobierno frenteamplista a los ciudadanos y fundamentalmente a los jóvenes. A ellos les decimos que no hay que usar drogas en vastas campañas de prevención y por otro lado se despenaliza el comercio y la producción de marihuana y es más, la va a vender el propio estado?
Porque el Cannabis sea la droga que supuestamente hace menos daño, no deja de ser droga y está demostrado que daño a la salud hace y no poca. Es por ejemplo, extremadamente cancerígena.
Evidentemente el oficialismo procura que todos hagamos la vista gorda a temas que se les ha ido de las manos. Los proyectos que en algún momento se anunciaron con bombos y platillos, descansan esperando ser despedazados por el propio partido de gobierno, donde se observan grandes diferencias como por ejemplo con la internación compulsiva de los adictos.
Habrá que ver, mientras tanto, que ocurre con el resto del articulado, como la reparación de las víctimas de delito, el agravamiento de las penas en caso de corrupción policial y tráfico de pasta base, la modificación del Código de la Niñez y la Adolescencia entre otros puntos.
Todas medidas que no hacen más que dejar en evidencia que esta administración hace agua para afuera del partido de gobierno y en su propia interna.
La “táctica del tero” de Mujica no cesa. Los uruguayos observan por los medios de comunicación a un presidente que lanza calificativos hacia la oposición una vez y otra vez también,  en lugar de mirar con lupa la situación en la enseñanza que se cae a pedazos y moverse rápido para atender los requerimientos de las víctimas de violencia, las que, reitero, así lo demuestran sus propias cifras, aumentan a pasos agigantados a pesar de las “Medidas para la Convivencia Ciudadana” plasmadas en un papel…hasta ahora, solo en un papel.



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