El famoso Tratado clásico de
Clausewitz, sobre la guerra, dice que la primera obligación de todo gobernante
o estratega es identificar, cuantificar y evaluar al enemigo.
Si el gobernante o estratega no sabe
donde está , ni quien es, ni que tiene, ni cual es el daño que le puede hacer
el enemigo a su país y a sus gobernados, tiene la batalla perdida antes de
empezar.
Cuando el presidente Mujica , al
asumir su mandato, inició sus contactos
con la presidente de Argentina Cristina Elisabet Fernández Wilhelm de Kirchner
para solucionar los diferendos entre las dos naciones , si bien yo en diversos
artículos afirmé que los mismos no se solucionarían teniendo en cuenta los
personajes que integran el equipo ejecutivo del gobierno argentino, pensé que
Mujica sabía a quien se enfrentaba, teniendo en cuenta sus afirmaciones en el
tan comentado reportaje “Pepe Coloquios”.
Es que releyendo en su momento dicho
reportaje, me pegaban fuerte la opinión que tenía Mujica y la expresaba públicamente
sobre los Kirchner y sobre los peronistas.
Creí que hoy Mujica, al negociar con
la presidente de Argentina, memorizaría sus conceptos sobre el matrimonio
Kirchner, a quien Mujica los definía como: “peronistas y los peronistas son
patoteros”.”Los Kirchner son de izquierda: peor mamma mía, una patota” y procedería a encaminar las negociaciones de
acuerdo a las sugerencias del “Tratado”
de Clausewitz, que sabemos Mujica lo ha leído y analizado.
Siguiendo su diálogo con el
periodista, quien con grabador en mano no salía de su asombro, Mujica le
explicaba su estrategia para negociar en Argentina y le expresaba con firmeza:
“En Argentina tenés que ir a hablar con los delincuentes peronistas (había
dicho Mujica que los Kirchner eran peronistas…una patota), que son los reyes.
Son tipos que están ahí y tienen el poder: son verdaderos señores feudales”.
Podría seguir con el análisis serio
que Mujica elaboró en la entrevista, pero considero que estas dos citas valen
como argumento para darnos cuenta que Mujica se equivocó en su estrategia con
el gobierno argentino.
Se olvidó de elaborar una estrategia
para enfrentarse en las negociaciones a los “delincuentes peronistas”, a los
Kirchner que para él son peronistas de izquierda y por lo tanto delincuentes,
mafiosos y “patoteros”.
Como resultado de este “olvido” de
Mujica sobre las cualidades morales y éticas de sus amigos, Uruguay está
soportando el embate permanente de la
reconocida política peronista de “primero un sopapo y después una caricia”
y así lo traen a Mujica a los sopapos y a los mimos, es que ellos nos analizan
y deciden: “al Pepe dale con todo, igual si este tiene los zapatos embarrados,
nosotros le embarramos la dignidad”.
Presidente Mujica, en varias notas
le expresé que no cruce mas el río, lo recibirán con un abrazo, le harán un
mimo y lo despedirán con un sopapo, sopapo que recibimos los uruguayos en su
mejilla y los uruguayos no estamos dispuestos a poner la otra mejilla.
En este fin de semana Uruguay
recibió sendos comunicados de la cancillería argentina, comunicados de tipo
mafioso, en los cuales, piden la cabeza del Emb. Bustillo para juzgarlo por
contrabandista como revancha a su denuncia por las coimas en la CARP.
Una cancillería seria, la nuestra no
lo es, devolvería dichos comunicados por improcedentes sin responderlos, hágalo
señor presidente y verá como los uruguayos sentiremos que Ud. Es presidente de
todos los uruguayos y no de algunos.
Si Ud. considera que su equipo de
asesores no está en condiciones de apoyarlo y le originará una merma en su
capacidad negociadora, llame a los ex presidentes Sanguinetti, Lacalle, Batlle
y Vázquez, ellos con sentido patriótico,
encontrarán con Ud. los mejores argumentos y estrategia para negociar con la
“mafia”, ellos ya lo hicieron.
Recuerde sus palabras presidente
Mujica sobre los Kirchner y sobre los peronistas: mafiosos, delincuentes,
patoteros, señores feudales, etc., en
base a esos conceptos elabore una estrategia para enfrentar a su enemigo y
tenga en cuenta el Tratado de Clausewitz, sobre la guerra, cuando dice que la
primera obligación de todo gobernante o estratega es identificar, cuantificar y
evaluar al enemigo, sus propios conceptos le permiten identificarlo,
cuantificarlo y evaluarlo.
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