El expresidente Julio María
Sanguinetti afirmó que los países del Mercosur no tienen derecho a desconocer
al nuevo Gobierno paraguayo, ni reclamar elecciones anticipadas, asegurando que
no actuaron de la misma manera frente a episodios "más aberrantes"
que ocurren en otros países. Agregó que si utilizan la situación para que pueda
ingresar Venezuela, lo mejor que le puede pasar a Paraguay es no estar en el
bloque.
El Gobierno calificó de “juicio
sumario” el proceso que culminó con la destitución del presidente Fernando Lugo. Hizo retornar al embajador en Asunción y en un
comunicado ambiguo cuestionó la legitimidad democrática del nuevo Gobierno
guaraní, pero no afirma que no lo vaya a reconocer.
El expresidente consideró “triste”
la situación paraguaya, en donde un presidente electo por el pueblo como Lugo
no termina su mandato.
De todas formas, consultado por El
Espectador, aclaró que el episodio no configura un golpe militar, ni policial,
sino un episodio cívico institucional. Sanguinetti dijo que quien acusa y
define son las cámaras de diputados y senadores, que están electas por el
pueblo. Sostuvo que lo que los países de
la Unasur están haciendo es un acto de “intervencionismo” contrario a todas las
tradiciones y normas de Latinoamérica en la vida interna de un país que actuó
dentro de sus códigos.
Sanguinetti afirmó que si las
formalidades son o no las adecuadas, lo
tendrán que juzgar las instituciones paraguayas o la Corte Internacional
de Justicia, pero no el Gobierno argentino, brasileño o uruguayo.
“¿Con qué derecho están haciendo eso
desconociendo una situación o proponiendo que se haga también
inconstitucionalmente una elección inmediata? Es un peligrosísimo precedente.
Nuestros gobiernos que no actúan en episodios mucho más aberrantes desde el
punto de vista institucional actúan acá con una especie de reflejo ideológico
en función de que ven a Lugo como alguien más afín a sus orientaciones y actúan
de un modo absolutamente imperial", estableció Sanguinetti.
Sobre la posibilidad que sancionen a
Paraguay y ello permita el ingreso de Venezuela que no pudo hacerlo porque el
senado guaraní no lo autorizaba, Sanguinetti afirmó que si Mercosur da ese
paso, transitará el camino del error hasta la enésima potencia. Agregó que si
ese es el escenario, lo mejor que le puede pasar a Paraguay es estar fuera del
bloque.
“Yo diría que es lo mejor que es lo
mejor que le puede pasar a Paraguay habida cuenta de cómo está el Mercosur y en
segundo lugar lo único que le faltaría al Mercosur es que ahora entrara
Venezuela con normas, códigos, orientaciones y políticas absolutamente
incompatibles con el tratado fundacional del Mercosur. Es transitar en el
camino del error hasta la enésima potencia”, estableció Sanguinetti.
Uruguay calificó de “juicio sumario”
el proceso que culminó con la destitución del presidente paraguayo Fernando
Lugo e hizo retornar al embajador en Asunción.
En un comunicado ambiguo, Cancillería
cuestionó la legitimdad democrática del nuevo Gobierno guaraní, pero no afirma
que no lo vaya a reconocer.
A pesar de unirse a los países de la
región en su rechazo al desplazamiento de Lugo, de la declaración emitida este
sábado no se desprende en forma concluyente que Uruguay le vaya a negar el
reconocimiento al nuevo Gobierno paraguayo encabezado por Federico Franco.
La posición uruguaya fue definida en
la tarde del pasado sábado 23, en una reunión entre el presidente José Mujica,
el canciller Luis Almagro y el prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa.
La posición del Gobierno en este
sentido fue más moderada que sus vecinos Argentina y Brasil, que se apresuraron
a condenar la remoción de Lugo, dejar en claro que no reconocerán al Gobierno
de Franco e incluso evaluar la expulsión de Paraguay tanto del Mercosur como de
la Unasur, un organismo que por otra parte se reunirá el miércoles para definir
qué camino seguirá.
La postura es que los hechos del pasado viernes
configuraron una “violación de la cláusula democrática” que debe cumplir los
integrantes de estos organismos regionales.
Cancillería hizo retornar en las
últimas horas al embajador en Asunción Enrique Fischer. El llamado por el
momento es “en consulta” y no significa que, como hizo Argentina, las
relaciones queden reducidas a nivel de encargados de negocios.
En lo que puede ser interpretado
como una posición ambigua al respecto, Almagro calificó de “juicio sumario” el
proceso Express seguido por el Senado paraguayo que en menos de 24 horas
destituyó a Lugo. Afirmó que estos
sucesos no coinciden con las prácticas democráticas que se intentan afianzar en
la región aunque nunca expresó que se niegue a ningún vínculo con el nuevo
régimen paraguayo.
“El Gobierno de la República
manifiesta que cuando los presidentes son electos por el pueblo se deben
otorgar la máxima garantías de estabilidad a esa decisión soberana. En ese
sentido, sostiene que las autoridades legítimas de los países de nuestro
continente son aquellas que provienen del voto popular, el verdadero soberano
para elegir. La rapidez y urgencia de los procedimientos seguidos para el
juicio del presidente Lugo con características de juicio sumario no condicen
con las garantías esenciales del debido proceso, especialmente teniendo en
cuenta la brevedad de los plazos y que aún no ha terminado la investigación de
los desgraciados hechos ocurridos el pasado 15 de junio. La imposición de un
nuevo presidente en estas condiciones no condicen con las prácticas
democráticas fundamentales que debemos preservar en la región. Los antecedentes
de inestabilidad en la misma hacen imprescindible mantener el más pleno respeto
a las cláusulas democráticas del Mercosur y Unasur. Esperamos que la República
del Paraguay pueda convocar a su pueblo tan pronto como sea posible para elegir
a nuevos gobernantes”, indicó Almagro.
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