Debo
confesar que nos acercamos a una tribuna compleja. Eran tiempos turbulentos
para el partido, pero había y hay personalidades encendidas, que hacen que esta
locomotora siga su camino, forjando una nueva identidad.
Me
viene a la memoria aquél marzo del 2010, cuando accedí a un planteamiento -la
creación de un grupo- comenzamos hablar con distintos compañeros que ya no
pretendían estar, ni actuar más en política. Algunos fueron iluminados en otras
épocas y fueron apagados, pero quedo una pequeña luz que se ha encendido, y fue
esa luz que los inspiro a subir otra vez a pié por la cuesta.
Este
último vagón se inicia el 19 de Junio del 2010 y pone la chapa de Grupo
Libertad, el vagón es el último de esa locomotora que es el Partido Colorado.
En esas circunstancias, ninguna de esas luces que se están encendiendo
nuevamente, quería ingresar a un vagón que ya tenía su chapa. Querían marcar un
pensamiento, dejar su impronta y sus pozos. Apoyar al partido desde el trabajo
y pensamiento, porque desde cualquiera de ellos se hace escuela y se construye,
y sobre todo se ve de distinta manera.
Así
ese vagón se llenó de luces y se realizaron 10 conferencias y alguna veintena
de artículos que muchas veces se desprendían, por instantes, de los demás
vagones. Aunque dependiendo de cada
visión, de cada uno y la posición que ocupe respecto a la locomotora, se
convierte en cortijo. Esto también encendió la luz para que compañeros se
integraran a tareas que los hacen sentir
plenos; están trabajando fuerte en algunos barrios y en sus barrios, en Villa
Colón - Lezica en una -"comisión por el deporte y la cultura zona
Norte" y "Espacio Lezica". En Gruta de Lourdes, con más de 50
chiquilines en trabajos de deporte en especial Futbol – Lo más hermoso de esto
es que lo hacen para sentirse plenos y la plenitud viene por transformar
pequeñas luces en futuras grandes luces...
Supongo
que este cóctel de vivencias es el que me ha proporcionado el honor de ser el
coordinador de este vagón, y me ha dado la posibilidad de escribir algunas
cosas sin tener el merito de hacerlo bien. De todas maneras, no queremos ser
sólo el vagón de la razón, queremos a veces ir más al corazón que al intelecto,
despertar las emociones casi oxidadas de esta locomotora por el paso del tiempo
y a rescatar la memoria del olvido, de grandes hombres que supieron conducirla.
Este
es un día para dar gracias en mayúsculas, simplemente por el mero hecho de
estar aquí, por estar en algunos de los vagones.
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