Reclamos y productividad




La celebración de un nuevo aniversario del Día de los Trabajadores, nos lleva a formular algunas consideraciones que estimamos debieran tenerse en cuenta por la ciudadanía en general y en especial por los jóvenes que aún no han ingresado al mercado laboral. Ante una menguada concurrencia de público y con un sector acordonado frente al estrado –reservado para personalidades de distinto calibre- la oratoria del “acto oficial” (ya que en otros puntos de la ciudad se llevaron adelante otros actos menos complacientes con el gobierno de turno) apuntó más, al contenido político partidario y a las críticas personales a quienes ven como contendiente, que a señalar aspectos que tuvieran relación con el trabajo, los trabajadores, sus derechos y reivindicaciones (quizás porque se entiende por parte de esta dirigencia sindical que “está todo bien”). Con la presencia del Sr. Presidente de la Republica por unos diez minutos y muchos de sus ministros y legisladores, se fortaleció la imagen de estrecha comunión entre el PIT-CNT y el gobierno. Poca crítica, muchas afirmaciones destempladas y por sobre todo, nada que reflejara la realidad del momento. ¿Alguien escuchó siquiera la palabra “productividad”? ¿Es que se pretende seguir exigiendo a las empresas –aquellas que todavía pueden seguir trabajando y vendiendo su producción- actualizar los salarios y aportes a la seguridad social, sin ligarlo al desempeño y buen resultado del trabajo que deben realizar sus obreros y empleados? No es posible seguir insistiendo con “cuestiones de clase” cuando hoy, se manejan otras coordenadas que hacen posible el bienestar social al que todos aspiramos.
¿No se advierte la mutabilidad de los ciclos económicos? ¿Se cree tal vez que, esta bonanza de los últimos diez años, que nos vino en gran medida desde el exterior, será eterna? ¿Es que acaso los mensajes que recibimos desde otras latitudes, no debieran siquiera considerarse? ¿Es tan seguro nuestro blindaje?
¿No se percibe la especial situación que se padece por las políticas de nuestros hermanos argentinos? ¿No se observa la crisis europea y las dudas que existen en cuanto al mantenimiento de una moneda única?
Vale la pena preguntarse también: ¿Hasta cuándo se podrán destinar en nuestro país, tantos recursos para los planes asistenciales?
Debiera insistirse en cambio, (además de mejorar la seguridad y la salud) en lograr del gobierno la aplicación de planes educativos sustentables, disminuyendo la deserción escolar y aumentando el número de jóvenes que finalicen el Ciclo Básico y Escuelas de Capacitación Técnico Profesional, formando en suma desde el vamos, verdaderos ciudadanos, que aspiren a su propia superación, comprometidos con su esfuerzo y la excelencia de su desempeño. Si bien se han logrado importantes inversiones extranjeras, y existen otras, en espera de concretarse, se señala la falta de personal con capacitación suficiente, tanto en aspectos técnicos como para desempeñarse en muchos de los cargos mejor remunerados. ¿O es que se piensa “importar” personal mejor capacitado?
Nadie puede dudar lo positivo de haber logrado “pleno empleo”, y es bueno que se señale, sin embargo no se puede seguir insistiendo con obtener incrementos en las retribuciones salariales, sin mejorar el desempeño y obtener mayores niveles de productividad por tiempo trabajado.  

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