Evitar leyes que digan “que lo decida el Juez”




Por estos días estuvo en Uruguay Lawrence Sherman, director del Centro de Criminología de la Universidad de Pensilvania para asesorar al Ministerio del Interior en materia de criminalidad.
Su sus declaraciones se ponen en una perspectiva simplista quizá de novedoso este asesoramiento no tuvo nada, porque sólo reafirmó conceptos manejados en el ámbito de la criminología vinculados a la estadística en actos violenta contra la propiedad y las personas. Pero si se analiza “texto y contexto” de su planteamiento se verá nítidamente que el experto observa, por ejemplo, la baja de la imputabilidad penal para menores de 18 años, como una válvula de ajuste social de la que carece hoy no sólo la policía, sino la justicia y la sociedad en su conuunto.
Observó a Uruguay con similar estructura que la Florida en los Estados Unidos, y asumió que la cárcel es una escuela para la delincuencia en todos lados. Sin embargo, poco o nada alegó a favor de un cambio a la hora de castigar la ruptura de las reglas sociales, de las leyes, sobre todo aquéllas que intentan mantener un equilibrio social justo en materia de protección de los intereses personales, como la rapiña, el hurto y la apropiación violenta de los bienes particulares.
Concretamente, en relación a si la bajar la edad de imputabilidad  penal aumentaría la delincuencia, el experto norteamericano argumentó que “… la aumentaría si se utiliza para los de baja peligrosidad. Si a ellos se los pone en la cárcel se los arruina, porque hace que se pongan peor. Reduciría el delito si se lo usara de una forma muy selectiva, para los chicos de 16 años que dispararon a alguien o violaron. Pero esto hay que limitarlo mucho y no decir solamente “que lo decida el juez”.
Sigui8endo esta línea argumental Lawrence Sherman concluyóen un informe dado a conocer por el diario “El Observador”, que “… hablé con las autoridades sobre la nueva ciencia del policiamiento. Traté de explicar que el futuro de la actividad policial depende de usar más el conocimiento. Propuse que la Policía uruguaya, como lo propongo en todos lados del mundo, invierta más en crear capacidad para que adquiera nuevos conocimientos de todas partes del mundo y de aquí, de Uruguay, haciendo sus propias pruebas, confirmando nuevas estrategias eficaces para combatir el delito. Hay que ver el policiamiento como la medicina, como campos que deben encontrar la mejor manera de tratar una enfermedad o nuevos delitos. El mensaje es que se convierta en una organización mucho más impulsada por el conocimiento que por la tradición.”

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