Por una ley que regule la asignación de publicidad
oficial
Datos reciente indican que los tres mayores grupos
empresariales titulares de los tres principales canales de televisión se quedan
con el 80% de la torta publicitaria, en detrimento de cientos de medios
radiales y prensa que languidecen en la pobreza, aún siendo los canales de
comunicación de la inmensa mayoría ciudadana. Ese porcentaje significa un piso
anual de aproximadamente 160 millones de dólares.
Con un mercado publicitario acotado, el Estado sigue
siendo el principal anunciante, y la principal fuente de recursos económicos. A
tal punto es así, que el sistema comunicacional colapsaría sin ellos. El
problema sustancial está en su distribución. Hasta ahora ha sido discrecional
del grupo político dominante y por supuesto motivo de fuerte debate por afectar
seriamente los propios cimientos de una convivencia democrática y republicana.
Es que en un sistema democrático, la libertad de pensamiento y expresión es un
derecho básico. Desde distintas tiendas y desde hace mucho tiempo se plantea la
necesidad, cada vez más perentoria, de aprobarse una ley que regule la
asignación de publicidad oficial.
El Grupo Medios y Sociedad (GMS), que tiene entre sus
referentes al periodista Edison Lanza, ha vuelto a reivindicar la referida ley,
precisamente “ante el planteo del presidente Mujica sobre inequidades en la
asignación de publicidad oficial.” La propia GMS reconoce que junto a la Organización de la Prensa del Interior (OPI)
“ha denunciado en innumerable cantidad de veces la situación que en estos días
ha reconocido el presidente José Mujica, sobre la injusta distribución de la
publicidad oficial en el sentido Montevideo-Interior”.
“Saludamos y
compartimos – dice GMS - que el
presidente reconozca que el 90% de la asignación de publicidad oficial va
dirigida a los medios de Montevideo, cuando hoy existen diarios del interior
que tienen más circulación que los de Montevideo, o programas de televisión
local que son más vistos que los enlatados importados. No obstante, subsisten
otras inequidades y discrecionalidades alarmantes en la asignación de
publicidad oficial”, señalando en concreto las siguientes:
1- “Inexistencia de criterios para distribuir la
publicidad (muchas veces no importa el tiraje, no importa la circulación, no
importa la audiencia, no importan los contenidos). O bien se deja el reparto a
las agencias de publicidad, y estas cobran dos veces, al Estado y al medio, y
además ingresan la publicidad oficial en sus"paquetes" de trueque; o
bien se asigna la publicidad por amiguismo entre los mandos medios de los
medios y del Estado.”
2- “Abuso de las ediciones "especiales" de
medios de comunicación que son regadas con miles de dólares de publicidad de
organismos públicos”.
3- “Inequidad en el reparto entre los sectores de la
comunicación: la televisión se lleva la parte del león, la radio va en segundo
lugar, y la prensa que más periodistas emplea y es la que realmente hace la
agenda informativa es relegada al tercer lugar en dinero asignado.”
4- “Falta de transparencia: No hay transparencia
suficiente en la asignación por parte del Estado (debería estar colgada la
información en la web de cada organismo como parte de la transparencia
proactiva) y el sistema de medios debería ser mucho más transparente”.
GMS
sostiene:”El presidente ha hablado en estos días de medidas paliativas para
equilibrar la ecuación Montevideo-Interior. Creemos que la respuesta debe ser
más amplia e integral. Al comenzar el período GMS entregó a la SEPREDI un proyecto de ley
cuyas bases fueron elaboradas desde la sociedad civil con participación de
todos los actores involucrados, pero nunca fue enviado al Parlamento. Creemos
firmemente que la solución a este problema es regular. El Estado debe autoregularse
a través de una ley en la definición y asignación de publicidad oficial y debe
exigir mayor transparencia al sistema de medios”.
Si bien los reclamos han sido oído en parte por el
Estado, al menos para la prensa del interior, es justo reconocer que las
inequidades persisten. La prensa de “tierra adentro”, decana de los medios
comunicacionales del país, entiende y reitera, junto con GMS que se instaure,
como Política de Estado, la regulación sistemática y objetiva de la asignación
publicitaria. Es una ley imprescindible si se quiere honestamente alcanzar
niveles dignos de gestión pública, transparente, democrática, y republicana al
servicio genuino del bienestar de todos los ciudadanos sin exclusión.
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