Nadie puede impedir que dos partidos se coaliguen
para buscar un objetivo electoral. De hecho, hace más de cuatro décadas eso fue
lo que hicieron los viejos partidos llamados "de ideas" cuando se
juntaron para formar el Frente Amplio.
Su objetivo consistía en convertirse en una
alternativa al bipartidismo que conformaban el Partido Colorado y el Partido
Nacional.
Por lo tanto, no es cuestionable o éticamente
discutible que el Partido Nacional y el Partido Colorado busquen conformar una
coalición o una alianza electoral para derrotar al Frente Amplio en Montevideo
o, si quisieran, aun en la elección nacional.
La interrogante que surge es con qué proyecto
alternativo es que se propone esta alianza; porque cuando se le pide a la gente
el voto se debe presentar una propuesta alternativa.
Sin embargo, en el caso de esta iniciativa de
coalición parece ponerse "la carreta delante de los bueyes". El
objetivo es ganarle al Frente Amplio para sacarlo del gobierno de Montevideo, y
este se convierte en un fin en sí mismo, cuando en realidad la operación
debería estar acompañada de una propuesta concreta y definida.
Ni siquiera se habla de que exista un programa o
candidatos comunes; simplemente se busca sumar entre los dos para ganarle a
otro; sin otro afán ni meta que su sustitución en el gobierno.
Nadie puede dudar que, en muchas circunstancias el
Frente Amplio actuó de igual forma con respecto a blancos y colorados,
priorizando el desgaste de los partidos en el gobierno sin formular
alternativas o, incluso, sosteniendo acciones que luego cuando se accedió al
gobierno se dejaron de lado por impracticables.
Pero el Frente Amplio cuando se creó, en el acierto
o en el error, se constituyó en torno a un programa común y a candidaturas
comunes. Vistas las propuestas hoy, con la perspectiva del tiempo, se puede
concluir que se trataba de ideas poco realistas y cuestionables; pero al menos
se buscaba articular una propuesta común.
En este caso, la motivación de blancos y colorados,
expresada "sin tapujos" y a "viva voz" es simplemente sumar
para ganarle al Frente Amplio.
Nosotros tenemos una opinión muy crítica sobre la
gestión del gobierno del Frente Amplio en Montevideo. Estamos convencidos de
que se ha producido un proceso de enorme desgaste y que la incapacidad para
revertir el deterioro de nuestra capital es cada vez más evidente. Los casi
veinticinco años en el gobierno están cobrando su peaje en burocratización,
impunidad y falta de iniciativa.
Es imprescindible construir una alternativa. Pero
de lo que se trata es de construir una alternativa programática seria y
profunda, capaz de dar una respuesta real y efectiva a los graves problemas de
Montevideo. De eso en el diálogo de blancos y colorados no hay una sola referencia,
por lo menos que se conozca públicamente.
Por otra parte, el paso dado en la dirección de una
coalición tiene como efecto consolidar la idea ante la opinión pública de que,
tal como ha sido la prédica del Frente Amplio desde hace largos años, ambos partidos
son la misma cosa. Y esa idea, en la medida que se consolida, no tiene otro
efecto que reducir aun más el alcance electoral de esos partidos.
Nosotros no vamos a formar parte de una coalición
contra el Frente Amplio. Nosotros creemos que es necesario que cada partido
manifieste y presente sus propias ideas y busque el apoyo ciudadano para
concretarlas en la realidad.
Hace un par de años, cuando transcurría la campaña
electoral departamental pasada, un amigo mío se preguntaba cómo era posible que
el Frente Amplio ganara con la pésima gestión del gobierno saliente y la mala
propuesta de su nueva candidatura. Y otro amigo, que no era votante del Frente
Amplio, le respondía con particular lucidez, pero ¿qué otra alternativa viable
y seria existe?
Un 14% de votos en blanco confirmaron la afirmación
de este amigo.
Los gobiernos deben ser el resultado de la voluntad
de la ciudadanía. Parece muy claro que la ciudadanía en Montevideo está cansada
del gobierno frenteamplista, pero para que haya una sustitución en el gobierno,
debe haber un proyecto capaz de seducir y generar apoyos y expectativas. Si así
ocurre, la ciudadanía hará valer su derecho y dará una oportunidad a otros.
Pero la respuesta fundada en juntarse todos para
ganarle al otro, es seguro que no paga. Y esa es la imagen que se está dando.
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