Entregando por un sueño




Me resulta imposible comprender los motivos por los que nuestro gobierno acepta todo lo que Argentina le pide. Salvo que sea un motivo de afinidad ideológica resulta inexplicable lo que estamos viviendo en la relación bilateral.
Hace no mucho nuestro gobierno votó a Néstor Kirchner para Presidente de la Unasur;  luego prohibió el ingreso de buques de bandera de Malvinas al Puerto de Montevideo y ahora entregará la información sobre inversiones de argentinos en el Uruguay, entre otras cosas.
En contrapartida Argentina ha ido en una escalada de medidas que  nos perjudican: el Sr. Moreno y su 1 a 1, el no dragado del Canal Martín García, la no divulgación de los monitoreos ambientales del río Uruguay, la no autorización del proyecto Barranca de los Loros, la denuncia en la OCDE contra nuestro país, la denuncia en la China contra nuestras carnes, etcétera.
Las explicaciones del gobierno del Frente Amplio para esta entrega fueron variadas: estamos en el barrio, tenemos que negociar o negociar, necesitamos a Argentina, más y mejor Mercosur, si no negociamos nos cortan los puentes de nuevo, entre otras justificaciones.
Decir que necesitamos a Argentina es un error. El razonamiento del otro lado es sencillo: si me dicen que me necesitan ya sé que puedo fijar las condiciones porque me necesitan.
La regla número uno de cualquier negociación es no caer en eso. Pero repite ese error.
¿Qué es lo que debe hacerse? En primer lugar buscar otras posibilidades que eliminen esa dependencia de Argentina.
Por dos motivos: con ellas nuestra posición de debilidad decaerá; además, al percibir el otro que buscamos otras opciones se verá obligado a negociar en otros términos.
Lo segundo que se debe hacer es exhibir firmeza en la negociación. Sin pasar el punto de no retorno, se deben establecer estrategias firmes y así comunicarse. Entre ellas no entregar cosas a cambio de nada.
Argentina ha jugado con nuestro gobierno. Nos cortó los puentes en violación del Tratado del Mercosur. Por ello, para que cumpla con lo que era su obligación, votamos para Presidente de la Unasur a quien violó un Tratado. En segundo lugar, exigió que prohibiéramos el ingreso de barcos de Malvinas al puerto de Montevideo. Al mismo tiempo la Sra. Kirchner ofrecía y planificaba vuelos de Argentina a Las Malvinas. Ahora nos enteramos que entre gallos y medianoche, en un feriado y a escondidas, nuestro gobierno firmó un Acuerdo que suministrará información de las inversiones argentinas en Uruguay a cambio de que no se aplique la doble imposición.
El que no exista doble imposición significa que el gobierno argentino se compromete a que un ciudadano de su país no pague impuestos en Argentina por lo que paga en Uruguay.
Dadas las actuales condiciones de incumplimiento constante de Argentina al Tratado del Mercosur, a las trabas sin sentido que pone al dragado, a las inversiones en el Río Uruguay, al comercio, ¿es lógico pensar que cumplirá con no poner impuestos a los que tienen inversiones en el Uruguay? ¿No corremos el riesgo que luego de obtenida la información los ponga?
En los últimos tiempos ante dificultades de caja, el gobierno argentino echo mano a las reservas del Banco Central, a los fondos jubilatorios de las AFJP, y en su momento a los depósitos en los bancos.
¿No corremos el riesgo que también viole este nuevo Tratado luego de obtenida la información?
Agregaremos así un nuevo reclamo a una ya larga lista de incumplimientos.
Mientras ello sucede, nuestra Primera Dama y Senadora seguirá yendo a Buenos Aires y declarándose admiradora de su gobierno como lo hizo esta semana. Nuestro Presidente volverá a decirnos, como ya lo ha hecho, que todo se arreglará y que de la vecina orilla “se trajo unos mandados”.
Un sueño que nos seguirá perjudicando.

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