Así como los meteorólogos nos
anuncian lluvias, tormentas y huracanes con alertas de diversos colores según
la gravedad del peligro que prevén, unopuede llamar la atención de sus
conciudadanos para evitar males inminentes,
pintando el llamado con el color que corresponda al grado de su
preocupación. Con ánimo deliberadamente alarmista yo elijo el rojo, el color de
la situación de alerta máxima, para decir que la Universidad de la República está a punto
de hacer un papelón que sin duda será noticia en el mundo entero.
Leo en La Diaria que el Consejo
Directivo Central (CDC) estuvo discutiendo una propuesta de otorgarle el título
de Doctor Honoris Causa a Mario Vargas Llosa. Los representantes de la FEUU se manifestaron en
contra de la iniciativa y habrían tachado al escritor peruano de “neoliberal”
(lo que en su código ideológico configura, por lo visto, un delito mayor).
Docentes y egresados no tenían posición tomada (¿no saben quién es Vargas Llosa
o no resolvieron si para juzgar a un escritor de ficción es pertinente
considerar sus ideas en materia de política económica?). El Rector de la Universidad , Rodrigo
Arocena, abogó en favor del otorgamiento
del título al ganador del Premio Nobel de Literatura 2010, esgrimiendo el
argumento de que no hacerlo lesionaría el prestigio de la Universidad. Finalmente ,
el CDC aplazó por quince días la decisión del asunto.
¿Quién puede dudar de que Vargas
Llosa goza de enorme prestigio en el mundo entero? Además del Premio Nobel,
ganó el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias, el Rómulo Gallegos y muchos
otros. Más de cuarenta universidades de diversos países le dieron el título de
Doctor Honoris Causa; entre ellas la de San Marcos de Lima, la Universidad Nacional
Autónoma de México, las de Harvard y Yale, la de Oxford, la de Tokyo y la Sorbona. La semana próxima recibirá ese galardón
de la Universidad
de Las Palmas de Gran Canaria.
Acerca del valor literario de la obra
de Vargas no es necesario decir nada, supongo; el consenso universal está por
encima de cualquier hipotética impugnación parroquial. Las credenciales
democráticas del peruano son intachables; es cierto que en los años sesenta
apoyó a la
Revolución Cubana (aunque seguramente no es por eso que la FEUU lo veta), pero luego
rompió con la dictadura castrista. Se opuso también a otras dictaduras
militares latinoamericanas (se recuerda la carta que en los setenta le escribió
al argentino Videla, denunciando las
barbaridades de su régimen). Como candidato a la presidencia del Perú enfrentó
a Fujimori, siendo derrotado por este, quien luego se convirtió en dictador. En
la segunda vuelta de las últimas elecciones presidenciales celebradas en Perú
Vargas Llosa apoyó a Ollanta Humala contra Keiko Fujimori, la hija del ex
dictador, para asegurar las instituciones democráticas contra el riesgo de
eventuales recaídas autoritarias.
¿Qué puede decirse entonces, desde el
punto de vista democrático, en contra de Vargas Llosa? Nada. Así lo entendió la Intendenta comunista de
Montevideo, Ana Olivera, que el año pasado lo recibió y lo declaró Ciudadano
Ilustre de nuestra ciudad.
En la Universidad , en
cambio, hay dudas. Aparentemente, el que Vargas Llosa sea partidario de la
libre competencia y de las privatizaciones
haría de La Casa
Verde un folletín de cuarta categoría y de Conversación en La Catedral , una bazofia.
A esto ha llegado nuestra principal
casa de estudios; los trogloditas la cogobiernan. Vargas Llosa no será ni un
poco menos importante, ni menos prestigioso, porque la UDELAR no reconozca sus
méritos; pero la UDELAR
quedará en ridículo si después de haberse sabido que discutió el otorgamiento
del doctorado honoris causa a Vargas Llosa, decide no otorgárselo. El prestigio
mundial del escritor, asegura la dimensión mundial del papelón.
Como uruguayos, nos duele el bochorno
que amenaza caer sobre una institución que se supone que representa a la
inteligencia y la alta cultura del país. Quienes puedan ayudar al Rector
Arocena, deben hacerlo. Todavía se está a tiempo.
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