¡Más obras por favor!



En 1990 una angosta carretera de una sola vía unía Montevideo con la cadena de balnearios del Este. Acceder a Atlántida, Jaureguiberry, Pirapólis o Punta del Este era recorrer un camino que se llenaba de automóviles que formaban largas caravanas, uno detrás del otro.
La doble vía que hoy permite un tránsito fluido con cuatro carriles, no existía. Solo dos carriles, uno en cada sentido, sin cantero en el medio, eran la conexión que rápidamente se congestionaba.
El gobierno de la época no tenía los recursos para construir una doble vía que acercara la valiosa cadena de balnearios de Canelones y Maldonado a la capital.
En ese entonces el gobierno recurrió a la concesión a un privado, el que construyó a su costo la doble vía a cambio del cobro hasta el 2007 de los peajes.
Al mismo tiempo, el pequeño Aeropuerto de Laguna del Sauce, con una Terminal y Edificio en el que se abarrotaban en verano los pasajeros de los vuelos que llegaban a Punta del Este, no daba abasto para la operativa turística.
Por eso las autoridades volvieron a recurrir a la inversión privada, se concesionó a privados la Terminal y estos construyeron un aeropuerto moderno a cambio del cobro de los servicios.

Cientos de modernos aviones llegan hoy a la Terminal de Laguna del Sauce la que es orgullo de los uruguayos por su diseño y modernidad.
No hubiera sido posible el desarrollo turístico que hoy tiene la zona Este del Uruguay sin la doble vía Montevideo – Punta del Este y sin la moderna Terminal de Laguna del Sauce.
La visión de quienes desde el gobierno visualizaron esas (y otras) grandes obras, permitieron lo que hoy disfrutan miles de personas.
Allá por 1996 el gobierno concesionó la Terminal de pasajeros del puerto de Montevideo, reciclándose esta y el viejo Depósito Santos en la antigua entrada al mismo.
Hoy el viejo edificio, totalmente reciclado, constituye la puerta de entrada fluvial del país.
En el año 2000, con valentía, desde el gobierno se logró concretar la concesión de la Terminal de contenedores del Puerto de Montevideo.
Recuerdo bien el día de la concesión que se realizó en la Ciudad Vieja, cuyas calles estaban repletas de manifestantes que gritaban vende patrias y una cantidad de cosas más.
Hoy las enormes grúas, la cola de camiones en la entrada al puerto, las centenas de containers amontonados, dan fe de lo acertado de una medida que ha triplicado la cantidad de puestos de trabajo en el puerto de Montevideo.
Fue por esos años de principios de la década pasada que desde el gobierno se soñó con contar con una Terminal Aérea en el Aeropuerto de Carrasco, tan buena como las de Nueva York, Paris o Londres. Parecía una locura puesto que por ese entonces el país sufría una de las crisis económicas más grandes de su historia.
Pero se volvió a recurrir a la concesión a privados y hoy Uruguay muestra con orgullo una de las cuatro mejores terminales de pasajeros del mundo. Mejor que las de Nueva York, Paris o Londres.
Por ese entonces, y sin recurrir a la concesión, se construía esa formidable obra de Ingeniería y diseño que es el Puente de las Américas, y recurriendo a ella, también se levantaba el nuevo Puente sobre el Río Santa Lucía y se completaba la doble vía en la ruta a Colonia.
Al asumir el nuevo gobierno en el 2005, se planificó y ejecutó otra gran obra: la Perimetral que une el tránsito que viene del Este con el que viene del Oeste y del Norte. También se construyó una nueva Terminal en el Puerto de Colonia.
Con la perspectiva que da el tiempo se valoran aún más esos mojones de obra pública que el país construyó en épocas de vacas flacas y poco presupuesto.
No fue poca cosa: dos modernas terminales aéreas (Laguna del Sauce y Carrasco), una nueva Terminal portuaria de carga (Montevideo), dos Terminales portuarias de pasajeros (Montevideo y Colonia), las dobles Vías Montevideo-Punta del Este, Montevideo – Canelones y Montevideo – Colonia, dos grandes puentes de ingreso a la capital (De las Américas y sobre el Santa Lucía), la ruta perimetral.
Toda esta obra pública concretada, contrasta con lo poco que se ha realizado hasta el momento en este nuevo período de gobierno. Pero sobre todo contrasta con lo poco ambicioso del plan que desde el Ministerio de Obras Públicas se anunció para el 2012: la prioridad será iluminar las rutas ya construidas (y en parte iluminadas) 1 e Interbalnearia.
En estas épocas que se dicen de bonanza económica habría que tener, a mi juicio, más audacia.
También la misma visión que se tuvo hace unos años desde el gobierno.
Habría que estar pensando en como concretar un puerto de aguas profundas en Rocha, puesto que el de Montevideo se verá saturado en 7 u 8 años, en concretar los permisos para las ampliaciones del de Nueva Palmira, puesto que la producción forestal y granelera así lo demanda, o en doble vías a Florida, Minas y San José, que sigan desarrollando las comunicaciones y descentralizando la actividad, o construir las instalaciones del control integrado en el Chuy (el que Brasil parece querer terminar).
También hay que concentrarse en recuperar las castigadas rutas uruguayas, en deplorable estado hoy por el aumento del transporte de carga, si, pero sobre todo por culpa de una estrategia que privilegió la inversión en las cercanías de Montevideo y Canelones, olvidando el interior.
Los ejemplos de quienes no hace muchos años, sin recursos y con ingenio concretaban obras a través del propio presupuesto estatal, concesiones a privados o la Corporación Vial del Uruguay, deberían servir de inspiración a quienes hoy ponen como prioridad iluminar rutas ya en parte iluminadas y construidas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario