Atentado contra la educación pública




El sindicato de docentes de Montevideo está atentando contra la enseñanza pública. El sindicato de docentes de Montevideo está agrediendo a los estudiantes de este país condenándolos al fracaso futuro por “denegación de educación”.
El sindicato de docentes de Montevideo convocó por tercera vez a un paro, sumando cinco días sin clase en quince días posibles. Una de cada tres clases no se han dictado. Encima, el paro se realiza en tres jornadas cortadas cosa de hacer el máximo daño posible; y después viene la Semana Santa para seguir una semana más sin clases.
Por supuesto que existe una situación injustificable en materia edilicia. No hay excusas, las autoridades educativas debieron haber previsto las actividades necesarias para que el comienzo de clases no estuviera nuevamente marcado por liceos y escuelas con problemas de infraestructura que afectan el dictado de clases.
Es injustificable porque los recursos están disponibles. No se trata de un problema de falta de dinero, tampoco se trata de un acontecimiento imprevisto, en la medida que el comienzo de clases tiene fecha cierta de comienzo todos los años. Se trata simplemente de una enorme ineptitud y una gran incapacidad de gestión que ofende la inteligencia de la gente y afecta, también, la calidad de la enseñanza pública.
Pero ¿cuál es la respuesta sindical?, un horror injustificable que condena a los jóvenes de este país a la ignorancia y al fracaso futuro. Los buenos docentes no deberían acatar estas medidas; tenemos la esperanza de que los docentes preocupados seriamente por la suerte de sus alumnos no hagan caso a una directiva sindical que ataca y daña a la enseñanza pública.
Hacen bien las autoridades en mantener los locales de enseñanza abiertos, también deben ser firmes en descontar los días de paro en forma estricta e inexcusable. Es la hora de enfrentar estas prácticas que atacan a los jóvenes de menores recursos de este país, que son los que están presos de estas calamidades porque carecen de los medios para buscar mecanismos de formación alternativos o complementarios.
Hace un mes todos los partidos firmamos un acuerdo con el gobierno para mejorar la educación de este país. Sabíamos que al comenzar las clases habría problemas porque habíamos solicitado un informe previo del estado de avance de las obras y de dicho informe surgía con claridad que esa sería la situación.
Pudimos haber rechazado el acuerdo en la medida que existían las dificultades señaladas, sin embargo preferimos apostar constructivamente a la mejora de la educación y, sabiendo que habría problemas y sin participar del gobierno, dimos nuestro concurso a un acuerdo con el objetivo de mejorar la educación.
Ahora el gobierno va cumpliendo con su parte. Ha llegado al Parlamento el proyecto de ley que otorga el doble voto al Presidente del CODICEN para garantizar la gobernabilidad del sistema. En pocos días llegarán los nombres de los integrantes del Instituto de Evaluación Educativa. Se pondrá en marcha el modelo de centros de estudio con concentración horaria buscando fortalecer la gestión de la enseñanza media.
Mientras tanto, en sentido inverso, los dirigentes sindicales apuestan a “cuanto peor, mejor”, poniendo de rehenes y de víctimas a los jóvenes y adolescentes de este país.
¡¡No tienen vergüenza!! Esto solo lo pueden parar los docentes dignos que enfrenten y desacaten los supuestos mandatos de un sindicalismo ganado por una ideología perimida y que apuesta a la catástrofe total.
Los jóvenes uruguayos merecen otra cosa.

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