Argentina se empecina en mantenerse al borde del
precipicio. De apropiarse de todas las utilidades de YPF percibiría anualmente
a lo sumo unos US$ 1.3 mil millones. ¿En qué puede reinvertirlos? Socialmente,
para nada alcanzan. Con eso no hacen absolutamente nada. Argentina en 2012
importará combustibles por US$ 14 mil millones y no tienen dólares ni crédito
bancario. Siguen apostando a comprar a US$ 118 el barril y venderlo a US$ 40,
careciendo de tecnología y dinero para explorar y perforar nuevos yacimientos.
En este contexto la adopción de medidas “chavistas” por parte de la Presidente CFK
parece un paso que inexorablemente dará para impulsar el fanatismo político.
"El elixir del populismo", tituló el
semanario VEJA su edición apelando al ejemplo venezolano para ilustrar lo que
denomina "petropopulismo". Para ello, muestra cómo, desde que asumió
el control de PDVSA, en 2003, Hugo Chávez puso la supuesta "soberanía energética"
al servicio de su proyecto para perpetuarse en el poder, desviando los fondos
de la compañía para financiar planes sociales y multiplicar hasta la desmesura
la cantidad de empleos públicos.
"Los resultados son desastrosos",
sostiene el periodista Duda Teixeira. "Con menos recursos para invertir en
la prospección de nuevas reservas, la producción de petróleo cayó. Y la
economía fue puesta de rodillas, ya que pocos inversores, extranjeros o
venezolanos, se arriesgan a apostar su dinero donde los contratos no se respetan".
La semana pasada, dice Veja, la presidente
argentina, Cristina Kirchner, demostró ser una gran estudiosa del
"petropopulismo" chavista al anunciar por cadena nacional, y con
bombos y platillos, un proyecto de ley para expropiar el 51% de las acciones de
la petrolera YPF, propiedad de la española Repsol. Al mismo tiempo que Kirchner
hablaba, los funcionarios de su gobierno tomaban el control de las oficinas de
la empresa en Buenos Aires y expulsaban a los empleados, a quienes sólo se les
concedió 15 minutos para salir.
De acuerdo con la publicación, si bien la
nacionalización cuenta con gran apoyo entre los argentinos, el impacto
económico "será terrible" para el país: inversores que huyen y el
déficit en las cuentas del Gobierno auguran, para YPF, un futuro sin capital
para sostener o aumentar la producción de petróleo. Además, con el fantasma de
la expropiación rondando Buenos Aires, otras empresas podrían reducir aún más
sus actividades "por miedo a ser robadas". "El desabastecimiento
y la inflación se cargará a la cuenta de todos los argentinos, en un verdadero
proceso de 'venezuelización' del país vecino", afirma.
La razón dada por el Gobierno al anunciar la medida
fue la caída en la producción del petróleo y del gas, aunque la publicación
brasileña sostiene que no hay motivos para creer que tenga algún fundamento
económico, sino que se trata de "pura política".
***
El gobierno uruguayo, mientras tanto, aprueba el
contralor fiscal entre Argentina y Uruguay en señal de “comprensión” aunque sin
ventaja aparente que le reditúe en alguna medida. No obstante evalúa si se
incrementó la llegada de capitales desde el exterior para invertir en títulos
de deuda de corto plazo del Tesoro y el Banco Central (BCU). Eso puede ser un
riesgo y en el menú de opciones hay medidas para moderarlo.
El director del BCU, Washington Ribeiro dijo a El
País el miércoles 25 de abril, que como Brasil ha tenido relativo
"éxito" en frenar parte del ingreso de capitales del exterior con
"medidas macroprudenciales", se estudia como "hipótesis"
que parte de ese flujo de capitales se redirija a otros mercados, "entre
ellos Uruguay" y pueda "afectar el tipo de cambio". Ribeiro
indicó que se estudia si eso está ocurriendo y si es necesario tomar medidas.
En teoría, un mayor ingreso de dólares podría poner
más presión a la baja a la cotización de esa moneda. En Uruguay eso no es tan
claro, ya que al BCU permite adquirir su deuda directamente con dólares, lo que
evita el pasaje por el mercado cambiario.
Por su parte, otro integrante del equipo económico
dijo a El País que está en análisis la posibilidad de establecer medidas para
moderar el flujo de capitales especulativos que ya se visualiza que se está
comprando títulos de deuda de corto plazo en pesos.
La semana pasada, el presidente José Mujica dijo
-tras llegar de su viaje a Brasil- que "por la competitividad del país
estamos obligados a luchar para que el dólar no se nos hunda como es la
tendencia mundial" y que el gobierno brasileño "está tomando medidas
y alguna cosita van a ir viendo en Uruguay. Son medidas de defensa de carácter
monetario". Ayer la moneda estadounidense bajó 0,13% (ver nota aparte).
El menú de opciones para moderar el ingreso de
fondos de corto plazo es poner un impuesto a las operaciones con títulos de
corto plazo (como hizo Brasil) o utilizar un instrumento de encaje a la
intermediación de títulos de deuda de corto plazo con extranjeros. El primero
es más engorroso de implementar porque requiere de la elaboración de un
proyecto de ley y su correspondiente aprobación parlamentaria. En cambio el
segundo, es simplemente una resolución del BCU.
Esta opción implica que por ejemplo, el BCU le
establece al intermediador financiero que compra títulos de deuda de corto
plazo para no residentes por $ 100 millones la obligación de
"encajar" (inmovilizar) $ 20 millones en el Central. El intermediador
traslada ese costo al comprador extranjero y a este ya no le es tan rentable la
inversión.
***
Mirando de reojo este escenario sería bueno mirar
la macro región de modo plural, de modo político correcto, y no sentirse
satisfecho por haber hecho lo que se creía oportuno cuando la prudencia, por
aquí también, parece brillar por su ausencia.
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