Vivimos en un “torbellino de la reducción” dice
Milan Kundera en “El Arte de la
Novela ”.
Reducimos todo a una frase, un concepto, una “idea
fuerza”, como le llaman hoy. Las termitas de la reducción nos carcomen afirma
Kundera.
Creo que tiene razón.
Si para muestra vale un botón alcanza con las
palabras del Sub Secretario del Interior en respuesta al reclamo de contar con
más policías en las calles.
“Poner más policías en las calles es una solución
facilista que no soluciona” sentenció.
Reducir el análisis del reclamo a que es algo
facilista parece un error.
Hay análisis estadísticos que lo avalan. Un estudio
realizado sobre la evolución del crimen en las calles de Buenos Aires arrojó
resultados asombrosos. En algunas cuadras de la ciudad el delito había pasado
de números alarmantes a cero.
Cuando concurrieron a averiguar que se había hecho
en ellas se encontraron con que en todas había instituciones judías.
La reducción total de delitos se había verificado
después de los criminales atentados contra la AMIA y la Embajada de Israel. A partir de ese momento el
gobierno había colocado presencia policial permanente en esas calles y el
delito había bajado a cero.
Conclusión: la mayor presencia policial más que una
solución facilista es un medio probado de reducción de la inseguridad.
En puridad el error del Ministerio del Interior es
el mismo que cometió el gobierno de Tabaré Vázquez y José Díaz: creer que la
seguridad es exclusivamente represión.
Cuando en el 2005 Tabaré Vázquez y José Díaz
tomaron las decisiones que desencadenaron la violencia y el aumento de
inseguridad que hoy vivimos, lo hicieron a partir de una premisa equivocada: la
seguridad es sólo represión.
Ese era el concepto ideológico sesentista que
traían en sus mentes y por eso decidieron soltar presos, derogar decretos, no
respaldar la actuación policial como ingenua política de seguridad ciudadana.
Ese fue un profundo error que hoy sigue el actual
gobierno.
Una política de seguridad ciudadana, de protección
de la vida de las familias, los trabajadores, los jubilados, es mucho más que
represión o no represión.
Es, en primer lugar, prevención, en segundo
disuasión y recién en último y extremo caso represión.
El Ministerio del Interior y la Policía primero deben
tener y llevar a cabo planes de prevención. Estos se manifiestan en estrategias
para evitar que ocurran delitos, con cosas tan sencillas como poder pedir la Cédula de Identidad o
detener en averiguación a quienes están desarrollando conductas sospechosas.
Todo bajo control del Poder Judicial.
Pero lo primero que hicieron Díaz y Vázquez fue
derogar el decreto 690.
¡Bonomi ha dicho que él no es partidario de que la Policía pida la Cédula de Identidad!
Para que la gente entienda, prevenir es por ejemplo
disponer que cada hinchada ingrese al Estadio por puertas separadas y se ubique
en tribunas separadas. Eso es prevención.
Disuasión es la presencia policial, pero también
que quien evade una norma sepa que será responsabilizado.
Al negarse como se niega hoy que la presencia
policial en las calles es una solución se está vedando el principal elemento de
disuasión a que alguien robe o rapiñe.
En el ejemplo del Estadio la presencia policial
hace que cada hinchada ingrese por dónde debe ingresar y sin atacar a la otra.
Sabe, por la presencia policial, que si no lo hace será reprimida.
La última instancia, a la que siempre hay que
tratar de evitar llegar, es la represión. Pero si el delincuente está robando,
rapiñando o esgrimiendo un arma, el policía debe actuar, reprimir esa conducta
ilícita.
No se puede renunciar a ella.
Todos tenemos el recuerdo de esas manifestaciones
en que se rompían los vidrios de las comisarías y de los comercios de 18 de
Julio, mientras José Díaz y Tourné decían que en esos casos la Policía no debía actuar,
porque era peor. De esa forma no había disuasión sino aliento a las conductas
ilícitas.
Hoy el gobierno se vuelve a equivocar. Comete el
mismo error de reducir todo el análisis de la política de seguridad ciudadana a
la represión.
Bonomi y Jorge Vázquez, hacen megaoperativos,
razzias y niegan que la mayor presencia policial sea solución. Es decir por
momentos recurren solo a la represión y dicen que la disuasión es una solución
“facilista”.
Díaz y Tabaré Vázquez pensaban que la seguridad era
represión y renunciaron a ella.
Hoy Bonomi y Vázquez piensan lo mismo pero solo
recurren a la represión. Siguen cometiendo el error de pensar que la seguridad
es sólo represión y vuelven a olvidarse de la prevención y disuasión.
Mientras hacen esas reducciones equívocas del
análisis, los ciudadanos pagamos las consecuencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario