Tabaré Viera
En los últimos
días la opinión pública uruguaya se ha visto conmocionada por las expresiones
del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, pronunciadas en el seno de la
reunión de los veinte países más ricos del mundo, el G20.
Como sabemos,
allí el premier galo definió a Uruguay como uno de los “paraísos fiscales” y
sentenció que será de los que deberán ser “apartados de la comunidad
global".
Nos ubicó junto a
Antigua y Barbuda, Barbados, Botsuana, Brunei, Panamá, Seychelles, Trinidad y
Tobago y Vanuatu.
El presidente
francés dio muestras de una gran ignorancia, de una enorme desinformación o lo
que es peor de haber tenido una información maliciosamente errónea.
Uruguay no es un
paraíso fiscal, hemos sido siempre una república seria y respetada, respetuosa
de los tratados y convenios internacionales. Estamos siendo objeto de una gran
campaña de desprestigio, tan malintencionada como gratuita.
Jamás escondimos
dineros o información fiscal legalmente solicitada y aun así, la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), que es una organización de cooperación internacional, compuesta
por 34 estados, fundada en 1960, y cuyo objetivo es coordinar sus políticas
económicas, repentinamente incluyó a Uruguay en la lista negra primero y luego
en la gris de países acusados de tener el dinero sucio del mundo.
La OCDE no es una
organización internacional de la que los países del globo puedan signarse. Es
el “Club de los ricos”, la asociación de los países responsables del 70% del
comercio internacional y del 80% del PBI.
Por supuesto que
son los países responsables de la
reciente crisis financiera en la que están sumiendo al mundo entero.
Desde entonces,
Uruguay a flexibilizado aún más el secreto bancario y ha firmado una decena de
convenios de información reciproca con otros tantos países, incluyendo la
propia Francia.
Ningún país
podría acusarnos de esconder información, pero mucho menos Francia con la que
tenemos un convenio firmado y ratificado por ley.
Pero lo mas grave
del hecho, es la amenaza directa y clara de excluir a nuestra república de la comunidad de naciones. Es notoriamente un acto de
prepotencia política, propia de una mente imperialista.
Pero además nos
ha llamado la atención y nos duele, que en la mencionada reunión estuvieran
presentes dos países vecinos y socios del Mercosur, Brasil y Argentina y que
nada hubieran dicho en defensa de su socio menor.
No solo no
levantaron su voz en el momento en el que Sarkozy pronunció su imprudente
acusación, tampoco oímos su opinión, su expresión de apoyo al socio
mercosuriano en los días que se sucedieron hasta el presente.
Por el contrario,
nos enteramos después, que la presidente argentina estuvo reunida con su par
francés en el mes de setiembre, pidiendo acciones contra los paraísos fiscales
y oímos también al Canciller argentino, Hector Timerman decir que Uruguay es
una "guarida" fiscal.
Por lo tanto es
fácil concluir que detrás de los dichos del presidente francés está una vez más
el poder de los "K" que muestran nuevamente su adversión a nuestra patria oriental.
Nuevamente la
preguntas es: ¿para qué nos sirve el Mercosur?
Todos los
ciudadanos se preguntan ¿cuánto ha mejorado nuestra vida a partir de la firma y
puesta en funcionamiento del Tratado de Asuncion? ¿Dónde quedó el gran mercado
que íbamos a ganar con Brasil y Argentina integrados con nosotros? Ni siquiera
hemos podido establecer el libre transito de personas en nuestra región y hay
que hacer un verdadero peregrinaje en cada frontera en ocasión de transponer
alguno de nuestros limites.
Somos
integracionistas, queremos un Mercosur, pero realmente no es este el bloque que
soñamos.
El pasado
miércoles se votó en el Senado una prórroga de la integración provisoria (sin
parlamentarios electos directamente) del Parlasur, el Parlamento del Mercosur. Con
el Partido Colorado votamos negativamente.
Lo hicimos por
razones de oportunidad. Más allá de algunas razones de fondo, no nos
pareció que en estas circunstancias,
luego de una ofensa gratuita de parte de una nación extra regional sin que se
oyera la voz de nuestros socios, sea el momento de tratar temas que tienen que
ver con nuestra sociedad de naciones. Ante la negativa del oficialismo de
posponer su consideración, votamos negativamente.
Por último, no
podemos dejar de considerar la actuación del gobierno uruguayo y en particular
del Canciller Almagro en este tema. El Ejecutivo actuó rápidamente llamando en
consulta al Embajador en Francia y
presentando una protesta formal ante el Embajador francés en nuestro país.
Pero creo que
equivocadamente, el gobierno de Mujica insiste en negar la participación activa
en esta campaña, del gobierno de Cristina Fernandez.
Tampoco podemos
dejar de señalar que nada hizo el gobierno para prevenir esta situación. Como
dijimos, hace muchos meses que sabemos que Uruguay estaba en la lista gris de
la OCDE, hubo tiempo entonces para protestar y sobre todo para demostrar
técnicamente que no somos paraíso fiscal.
Al extremo fue su
omisión que mientras ocurría la Reunion
del G 20 en Cannes, el Canciller Almagro estaba en Argentina reunido con el
"club latinoamericano de los once" celebrando el aniversario del
rechazo al ALCA.
Hacen falta
políticas de estado en materia de relaciones exteriores, Uruguay la tuvo, hace
siete años que ya no existen.
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