Edison Rijo
En la Convención Nacionalista del pasado 11 de junio reunida en el Club Platense, debatió con muy nutrida asistencia un ORDEN_DEL_DIA como corresponde y es de estilo.
Más allá de la importancia y necesidad, que las distintas colectividades políticas se reúnan, para discutir, acordar, rechazar, etc., los temas y asuntos del orden del día, como procedimiento insustituible, para el funcionamiento de cada PARTIDO, la convención nacionalista adquirió mas relevancia, tan justa como merecida.
La intervención del ex presidente y actual senador renunciando a la presidencia del HONORABLE DIRECTORIO DEL PARTIDO NACIONAL, tuvo, tiene y tendrá, una repercusión nacional.
Todos los ciudadanos de este hermoso país debemos reconocer, sin hesitación y violencia la inteligencia, honestidad y patriotismo, de quien desde muy joven, militó en el otro gran partido histórico del URUGUAY.
Personalmente, tuve el honor y la suerte, de convivir en mi condición de Diputado, épocas muy difíciles con LUIS ALBERTO.
Me complazco en dejar constancia, que en todo momento mantuvimos un trato respetuoso que facilitó una corriente amistosa.
En todos los cargos electivos que desempeñó, lo caracterizaron, una energía mayúscula, creatividad y capacidad resolutoria envidiable y un “PRAGMATISMO” que lo distinguió de sobre manera.
Con profundo amor por su Partido, con respetuoso trato con la oposición, con jerarquía intelectual, y dignidad personal, le brindo al URUGUAY una concepción moderna y exitosa como los análisis de la época lo demuestran.
Por si fuere poco, lo reseñado en la época de la Dictadura, el Doctor LUIS ALBERTO LACALLE, como opositor, lucido, racional, y constante. Sufrió arrestos y persecución, que jamás quebraron su espíritu y actividad por la restauración de la DEMOCRACIA.
El país y su PARTIDO NACIONAL tienen la obligación de reconocer - con sencillez pero firmeza- las virtudes cívicas de tan calificado LÍDER POLITICO.
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