Amenaza ilegal

Dante Buonomo

Día a día afloran en diferentes personajes del Gobierno los fondos antidemocráticos y autoritarios que puebla sus sueños. No en vano casi todos abrevaron en la violencia a los efectos de hacerse con el poder político.

El Señor Subsecretario del Ministerio del Interior, Jorge Vázquez, es uno de ellos. Integrante del OP33, los delincuentes que robaron y tienen la Bandera de los Treinta y Tres, ha realizado declaraciones preocupantes a la Revista “Caras y Caretas”.

De acuerdo a las declaraciones a los delincuentes narcotraficantes se les tratará de dos maneras, según al que “toquen”.

“Hasta ahora” que han herido, asaltado y asesinado a personas comunes, es decir, al pueblo en general, se les respetaron sus derechos, su vida y fueron tratados bien, ajustándose a las leyes nacionales.

Pero si matan un policía, un juez o un político, dijo, por tema de drogas “vamos a hablar un idioma diferente”. Más adelante expresó: “El que provoque un enfrentamiento, si pierde, pierde.”

Esto está indicando que a quienes entregamos el poder de las armas para defender la sociedad, tienen dos tipos de raseros: para los delincuentes vinculados con la droga que asesinan o hieren a una persona del pueblo, uno, donde “se respetan” los derechos, y otro, muy distinto, cuando los delincuentes vinculados con la droga hieren o asesinan policías, jueces o políticos. En estos casos, la acción violenta del Estado, sería mayor, mayor la protección y menor los derechos a respetar a los delincuentes. ¿En esos casos, se habilitará el gatillo fácil por parte de las autoridades del Ministerio del Interior? ¿Se amenaza con pasar de la Justicia a la Venganza?

Este es un camino peligroso.

No esta en nuestro ánimo defender a los comerciantes de drogas; es más, consideramos que la venta de las nuevas drogas basura deberían penarse con más severidad, pues los comerciantes de la muerte que venden pasta base saben que ella producirá lesiones graves en los consumidores y por ello deberían tener penas más duras que las actuales.

Pero no dejemos de advertir que un día si y otro también, los desbordes al Estado de Derecho pueden cambiar al propio Derecho.