José Luis Ituño
Una de las ventajas de escribir en cualquier medio de prensa es que quienes lo hacemos estamos obligados a mantenernos informados, a recoger testimonios, sentimientos, a investigar, etc.
Cuando esta actividad se desarrolla en el único medio colorado, que desde hace cien números no esconde nada, que desenmascara iluminados frenteamplistas que desde el Olimpo lanzan catervas de disparates pensando que la sola condición de ser oficialistas y tener mayoría parlamentaria les ofrece impunidad moral, entonces el periodismo se hace una necesidad y un deber.
Hoy somos “oposición”, una palabra que muchos colorados pensaron se había borrado del diccionario del Partido Colorado, y dicotómicamente ellos mismos con su arrogancia se encargaron de incorporarla en el 2004, cuando perdimos más de 300 mil votos de compañeros de a pie, que les pagaron a estos malos batllistas con la misma moneda: les dieron la espalda.
De todos modos, creo que todos aprendimos la lección y aunque aún a veces hoy veo trasnochados batllistas que insisten en la arrogancia y en creer que no hay vida allende el poder, por suerte en el Partido los ventarrones soplan fuerte y han despejado el cielo o al menos se han llevado muchas nubes negras.
De los “comunes”
En lo personal, desde que comencé a militar de la mano de mi madre Dorita, en 1970 y posteriormente en 1984 cuando volvió la democracia, siempre estuve en la vereda de los “comunes” y ello quizás hoy me da cierta ventaja para poder hoy brindar con la copa en alto festejando los 100 números de OPINAR.
Hoy me pongo a reflexionar y a un promedio de 4.000 caracteres por número, llevo escritos unos 400.000 caracteres, y seguramente de aquí a un par de años más llegaré al millón…
A veces pienso que en la campaña electoral del 2014, el candidato colorado debería tener la colección de OPINAR como texto de cabecera, y valerse de nuestra publicación para recordarles a los votantes los dislates de este gobierno de izquierda, aunque si la cosa sigue así, me parece que para el 2014 la izquierda se queda sin legisladores.
Semproni, baila con la fea del baile, Lorier no bailó porque el gobierno y el Frente, necesitan los votos de los bolches, Saravia ya está con un pie armándose el cuadrito hacia la precandidatura presidencial en 2014 con el espacio republicano cerca de los blancos (le robó el discurso a Manuel Flores Silva), ahora el de los ojos que no mienten Michelini, se enojó con Mujica con el tema de la tierra y anda abriendo la boca como burro comiendo ortiga enojadísimo con el Pepe.
En cierta forma el mal humor de Michelini es entendible, el hombre puso todos los porotos en la canasta apostando a la derogación de la Ley de Caducidad (lo que le hubiese significado tener tema por tres o cuatro años más, los suficientes como para seguir en el senado), pero la cosa se le puso negra a Michelini que deberá ingeniárselas para encontrar otro tema que no sea el de los desparecidos, una tarea complicada.
Por su parte, los ministros deben escuchar la M24 para saber con qué se encontrarán a la llegada a su despacho en el Ministerio cada día.
Coros de ranas
Entre tanta locura, idas y venidas, OPINAR sigue en pie aportando cada jueves una voz diferente a tantos coros de ranas de esos que siempre están con los que ganan, pero como nosotros no tenemos publicidad oficial ni la tendremos, y ni siquiera nos tiene en cuenta en las oficinas de comunicaciones de ninguna empresa pública o repartición del Poder Ejecutivo, a la hora de las conferencias, de los viajes o de los sándwiches, entonces decimos lo que sentimos y creemos y no estamos atados a nada ni a nadie. Somos realmente independientes y ni siquiera nos hemos transformado en voceros ni defensores por ejercicio, del Partido. Cuando hubo que criticar adentro fuimos los primeros costándonos a veces enojos de algunos compañeros.
El camino recorrido ha sido maravilloso y la publicación ha crecido desde todo punto de vista, en su diagramación, en su presentación, en su contenido y eso me gratificará cuando esté levantando la copa el lunes 6 de junio.
Aprovecho para avisarle a Ana Olivera que esa noche me quedo a dormir en la casa de mi amigo El Topo a dos cuadras de donde brindaré por los 100 números de OPINAR, así que me vuelvo a pie.
La espirometría deberá esperar 100 números más Anita…

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