Dante Buonomo
Ser un dirigente sindical frentista es un gran negocio.
A los hechos me remito.
Por ser dirigente sindical en Uruguay el trabajador se transforma en un intocable. Haga lo que haga tiene el trabajo asegurado, no se le puede despedir, no se le puede suspender, y ni tan siquiera se le puede observar. Pues todo es tomado como una persecución sindical.
Entre los beneficios que tiene el ser dirigente sindical esta la posibilidad de realizar tareas sindicales en las horas laborales. Es decir, esta liberado de trabajar para supuestamente trabajar para el sindicato al que pertenecer. Pero ese sueldo no se lo paga el sindicado sino la empresa en la que supuestamente desarrolla su trabajo. Y ese tiempo no trabajado igual puntea para los beneficios colaterales al sueldo, como el salario vacacional, el aguinaldo, las licencias, los beneficios que hayan conseguido y que están relacionados con los sueldos y trabajo, incluido el presentismo, ticket alimentación, y las primas por aumento de productividad !!!
Existe dentro de los dirigentes sindicales, aquellos que han escalado, la posibilidad de cobrar sin ir nunca a trabajar, son “ñoquis legales”, van todos los meses a cobrar pero la empresa o institución donde cobran no obtienen ningún beneficio de ellos.
En las empresas públicas aproximadamente del 10 x 100 del personal ha tenido en el último año licencia gremial de algún tipo. Es decir que 1 de cada 10 empleados públicos ha gozado de licencia extra en base a su actividad gremial, que además no es controlada por la institución pues solo tiene que dar cuenta de ello al sindicato si se la pide. En virtud de ello, muchos dirigentes sindicales tienen otro empleo (de tiempo libre) o colocan un negocio (manejado por un pariente o un sindicalista menor amigo).
Además el hecho de ser dirigente sindical hace que esa persona este en contacto directo con la patronal, tiene acceso directo a los directores de las empresas. En los hechos se transforma en amigo-enemigo de esas personas y muchas veces en dialogo informal obtiene de ellas algunos beneficios propios, para si, para amigos o parientes, que no son abiertamente confesados en su sindicato
Pero a estos beneficios generales los sindicalistas frentistas han sumado otros mas sustantivos:
Por ser dirigentes sindicales muchos han llegado a cargos electivos, a altos cargos de gobierno y administración: son directores de entes, de instituciones para estatales, asesores, personal de confianza, etc. etc.
Además, oh casualidad, sus compañeras, novias o esposas, hijos, compañeros, esposos, novios siempre están bien colocadas, algunas en empresas colaterales de las que son dirigentes o en cualquier otra empresa, pero también adquieren la calidad de intocables de hecho. En un caso de nepotismo sindical.
El poder que ejercen algunos dirigentes sindicales les gustaría tenerlo algún senador o diputado del Frente. Pues estos dirigentes sindicales si tienen PODER. Un poder que coparticipa del otorgado por el soberano en las urnas, coparticipa del que tendría las fuerzas de los votos. Y esto no es un hecho menor.
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