Segura exclusión social

Dr. Marcelo Gioscia Civitate
La entrevista realizada al Profesor Arq. Federico Bervejillo, sobre asentamientos irregulares y los cambios urbanísticos que se constataron en la ciudad capital de nuestro país y el “Plan Montevideo” -sobre el ordenamiento territorial y desarrollo urbano planificado por la Intendencia de Montevideo- ha dejado al descubierto la confirmación técnica de una realidad social preocupante.

La comprobación de la existencia de “tres ciudades” claramente individualizadas dentro del área metropolitana confirma que, en los primeros diez años del Siglo XXI, en la periferia de nuestra “Fiel y Reconquistadora”, los asentamientos irregulares se han consolidado, concentrándose allí, tanto la pobreza como la economía informal y en concordancia, todos los fenómenos de exclusión social imaginables.

La otrora “tacita de plata”, a que se referían con cariño y reconocimiento nuestros visitantes de tiempos pasados, lejos está de ser una ciudad compacta, como tal vez en el papel quisieron plasmar en 1998 los responsables del municipio capitalino.

Quizá -como expresa el profesional entrevistado- “con una visión algo romántica sobre la ciudad compacta”, el Plan Montevideo, pretendió ser, más que una simple planificación de permisos de construcción, pero no implementó soluciones de fondo para el problema de los asentamientos y su crítico entorno.

Los técnicos de hace doce años, al parecer estimaron, que los asentamientos eran sólo el producto de una contingencia de la crisis económica y que se superarían una vez se implementaran políticas de desarrollo y distribución del ingreso. Ello, no fue así en la realidad.

Duro es reconocer que, a la macrocefalia de Montevideo, se suma una “macro-segregación” social en zonas que los operadores denominan de “contexto crítico”, donde en algunas de ellas, no pueden llegar a ingresar ni las ambulancias. Este concepto amplísimo comprende, a modo de ejemplo, no solo la pobreza, sino también la marginalidad, la economía informal, las bocas de venta de drogas, la violencia cotidiana.

El propio Ministerio del Interior relacionó la formación de mafias vinculadas al narcotráfico con las zonas geográficas donde territorialmente se asientan esas periferias críticas, (llegó a denominar el fenómeno como “favelización”). Estas mafias, allí instaladas van penetrando el entramado social y conformando todo un sistema de “protecciones” a los residentes quienes consumen o venden. Sabido es que luego, entrelazan sus vinculaciones en base a lealtades y encubrimientos cuando no asociación, que consolidan los espacios apartados de la legalidad, que son de muy difícil desarticulación.

La población trabajadora de esas zonas, ha perdido hasta la confianza en utilizar los espacios públicos como plazas y calles. Preocupada por su seguridad y la protección de su integridad y bienes, ha ido perdiendo en suma, calidad de vida.

¿Cómo recomponer el entramado social con semejante fractura? ¿Cómo evitar el estigma social de habitar esas zonas de la capital, a la hora de tener que proporcionar simplemente la ubicación del domicilio?

Se impone fortalecer la presencia del Estado, para combatir la delincuencia, pero a la vez, para dar respuesta efectiva a una sociedad civil que muchas veces se encuentra desprotegida.

¿Hasta cuándo se podrá contener la impotencia que se advierte? ¿Cómo evitar que hechos de justicia por mano propia se confundan con el instituto de la legítima defensa?

La participación a nivel nacional y departamental es urgente y habrá de concretarse dentro de los límites de las respectivas competencias, si en verdad se apunta a solucionar la problemática que analizamos. Además de planes de emergencia y respuestas aisladas de urbanismo y mejoras en servicios públicos, se requiere un efectivo control policial y políticas educativas y sanitarias. Se advierte una gran desconexión y debiera fortalecerse el sentido de pertenencia a la ciudad y al barrio, a fin de consolidar el compromiso con los valores que hacen a la convivencia democrática, en una sociedad plural y organizada.

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