Por Beatriz Bugallo Montaño
Días pasados, en una nota del diario El País, se destacaban palabras del Rector Arocena reconociendo que “la universidad tiene una deuda con el interior”. Fueron dichas en Colonia, dirigiéndose a los 500 asistentes al “III Encuentro Internacional de Estudiantes, Docentes y Egresados Universitarios de Derecho, Relaciones Internacionales y Relaciones Laborales ”. Sorprenden estas palabras por su superficialidad. Según la referida nota dijo que “llegó la hora de ofrecer enseñanza universitaria en todo el territorio nacional”, como si no se tratara de una función asignada legalmente a la UDELAR desde 1958 y que nunca cumplió con eficiencia.
No es caprichoso ni casual que la universidad pública en más de cincuenta años no haya podido cumplir con ese cometido de manera eficiente. Es que los propios problemas derivados de una burocracia concentrada en Montevideo, además de una oferta de cursos poco apta para las reales necesidades de formación de los departamentos del llamado “interior”, le han impedido responder adecuadamente a las necesidades de la mitad del país.
Por eso decimos que es una afirmación superficial: deja de lado problemas y razones que hasta ahora han hecho imposible que se atienda debidamente la educación universitaria pública en la totalidad del Uruguay por parte de la UDELAR. De las palabras del Rector Arocena interpretamos que se seguirá concentrando el poder de la burocracia universitaria en la capital del país, que los demás departamentos – fuera de Montevideo – seguirán necesariamente mirando a la capital para encontrar las autoridades que tomen las decisiones que los afectan. En definitiva: una organización concentrando decisiones en la capital del país, sin competir ni respetar diversidades del Uruguay.
Es el país todo, sus ciudadanos, quienes tienen que solucionar este tema, no es incumbencia exclusiva de una universidad calificar si llegó la hora o no de promover la enseñanza universitaria en “el interior”. En todo caso, hace más de cincuenta años que tiene la tarea pendiente. ¿Por qué pensar que lo hará con eficiencia ahora? No ofrece datos de excelencia en calidad respecto de la propia gestión que realiza en Montevideo ¿podrá mejorar sumando la otra mitad del país? La experiencia de Salto, dependiente de Montevideo, la tímida “desconcentración territorial” que hace pocos años ha comenzado, no son cartas suficientes para acreditar un cambio acorde con la calidad y nivel de excelencia que hoy cualquier país requiere para estar insertado en el mundo. Es hora de recurrir a otra solución.
En el Parlamento se han presentado dos proyectos de ley que proponen la creación de una segunda universidad pública, organizada en, desde y para los demás departamentos del Uruguay que no son Montevideo. Uno de ellos fue presentado por el dip. Javier García, Partido Nacional, donde escuetamente formula el planteo de creación. El segundo proyecto, contundente, abarcativo, moderno y dinámico elaborado por un reconocido técnico del Partido Colorado, apoyado por otras personas, fue presentado por el Dip. Fernando Amado, del sector Vamos Uruguay.
La solución al tema está en las manos, pues, de los legisladores, quienes representan al país entero, a quienes corresponde evaluar libremente la situación, con honestidad, inspirados en la búsqueda de la mejor solución para el país, y decidir al respecto.
Nota mencionada: http://www.elpais.com.uy/101016/pciuda-522190/ciudades/rector-reconocio-deuda-de-universidad-con-el-interior
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