El banco central chino elevó ayer por sorpresa 0,25 puntos porcentuales los tipos de interés de referencia a un año, en una muestra de la preocupación de las autoridades por los riesgos inflacionarios y de sobrecalentamiento de la segunda economía del mundo. El tipo para los depósitos queda situado en el 2,5%, mientras para los préstamos pasa al 5,56%. La medida es efectiva a partir de hoy. Se trata de la primera subida que realiza Pekín desde diciembre de 2007. Falta por saber si la decisión conducirá a una mayor flexibilización del yuan, como ha pedido Estados Unidos. Washington considera que la divisa china está artificialmente infravalorada, lo que favorece a las empresas exportadoras asiáticas.
La subida de tipos ha cogido por sorpresa a los analistas, especialmente porque varios líderes del Gobierno habían declarado recientemente que la inflación -que a finales de agosto se situó en el 3,5%- estaba bajo control y que tipos más altos podrían provocar especulación de capitales desde el extranjero.
China puso fin en junio pasado al anclaje al que estaba sometido el yuan respecto al dólar desde hacía 23 meses, y ha permitido que se revalorice alrededor de un 2,8% respecto al billete verde. Estados Unidos decidió retrasar la semana pasada hasta finales de noviembre la decisión sobre si clasifica a China país manipulador de su moneda.
El Diario del Pueblo -órgano oficial del Partido Comunista- aseguró en un artículo el lunes pasado que la acelerada apreciación que ha experimentado el yuan en las últimas semanas no durará mucho tiempo porque el superávit comercial chino llegará pronto a su máximo. El periódico señaló que la economía no ha mejorado de forma suficiente, tanto dentro como fuera del país, como para justificar un rápido aumento de la tasa de cambio, e insistió en que Pekín no se doblegará a las presiones extranjeras. En otro artículo, el diario rechazó la posibilidad de que el yuan se convierta pronto en una divisa de reserva internacional.
La economía china creció un 10,3% en el segundo trimestre, tras haber subido un 11,9% en el primero. Se prevé que en el conjunto del año aumente alrededor del 10%, mientras que en 2011 sufrirá una ligera ralentización y lo hará un 9%, según dijo el lunes pasado Liu Shijin, subdirector del Centro de Investigación de Desarrollo, organismo dependiente del Consejo de Estado. Liu afirmó que el producto interior bruto (PIB) tendrá un moderado crecimiento en los próximos tres a cinco años, debido al alza de los costes laborales, el exceso de liquidez y las dificultades para encontrar nuevas vías de crecimiento.
El pleno anual del Comité Central del Partido Comunista Chino, que concluyó el lunes pasado en Pekín, acordó que el próximo plan quinquenal de desarrollo (2011-2015) dará prioridad al crecimiento basado en el consumo interno, con objeto de disminuir la dependencia de las exportaciones y la inversión. Pekín quiere reequilibrar su modelo de desarrollo y mantener "un crecimiento económico estable y relativamente rápido" durante los próximos cinco años, según las conclusiones de la reunión. El consumo aporta en China menos del 40% del PIB.
"No tenemos que preocuparnos demasiado porque la economía se expanda de forma moderada, porque el crecimiento actual es demasiado alto para China", señaló Liu. El investigador advirtió también que la política de relajación monetaria adoptada por la Reserva Federal estadounidense empujará aún más a la baja el dólar y someterá a presión a otras divisas, incluido el yuan, para que se aprecien en el futuro.
En la misma guerra de divisas se inscribe la decisión del Gobierno brasileño de aplicar una segunda subida en dos semanas en el impuesto a los extranjeros que invierten en renta fija y de elevar los tributos en el mercado de futuros. Se trata de medidas tendientes a frenar la apreciación del real.
El impuesto sobre operaciones financieras (IOF) que grava las inversiones en renta fija pasará a partir de hoy del 4% al 6%, según anunció el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, en declaraciones recogidas por la agencia oficial Brasil. Además de aumentar los impuestos de la renta fija, el Gobierno también subió el IOF sobre las garantías bancarias exigidas a los inversores extranjeros en el mercado de futuros, que pasa del 0,38% al 6%.
El Banco Central también ha intensificado la compra de dólares en el mercado en efectivo, lo que elevó las reservas internacionales a 281.038 millones de dólares, registrados el pasado viernes. Estas medidas persiguen frenar los intensos flujos de capitales atraídos al país en las últimas semanas por factores como las altas tasas de interés en vigor, actualmente en el 10,75%, que ofrecen mucha más rentabilidad que las de Estados Unidos o la Unión Europea.
Al anunciar las nuevas medidas, Mantega aseguró que el Gobierno estudia tomar otras acciones para contener el alza del real, aunque no desveló cuáles y aseguró que se van a dosificar para asegurarse que la corrección no sea excesiva. (El País de Madrid 20/10/10)
No hay comentarios:
Publicar un comentario