"Sin elecciones no hay democracia"





"Sin elecciones no hay democracia",
aunque "solo con elecciones no necesariamente hay democracia"




Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), advirtió sobre la falta de imparcialidad de los jueces, en la conferencia organizada por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) en el hotel Sheraton donde dijo que los magistrados responden a “tendencias” políticas del momento, y que “la Justicia puede ser independiente pero también (los jueces) suelen no ser demasiado imparciales en la medida que responden a una tendencia”.
En Uruguay, a lo largo de los años la derecha y la izquierda cruzaron acusaciones sobre la forma de investigar las causas de violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura, aunque recién en 2006 se produjo el procesamiento de once de militares encargados de organizar la represión durante el período de facto. La Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado limitó por años la acción de la Justicia de investigar sobre casos de derechos humanos. Desde la asunción de Tabaré Vázquez a la fecha fueron 26 los militares detenidos por causas de derechos humanos y juzgados en el marco de procedimientos cuestionados por la falta probatoria objetiva. Un caso que imputaba a militares y derivó en la cárcel de un militar, recientemente fue decretado inválido por la Justicia.
Cuando gobernaron blancos y colorados, el FA acusó a esas administraciones de proteger a los militares. Ahora que gobierna la izquierda, la oposición señala que la Justicia procesa a militares sin pruebas a impulso de presiones oficialistas. Esa tesis, en general ajena a la izquierda, sobre la falta de pruebas, también fue manejada por el actual ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro.
Sanguinetti disertó ayer durante media hora sobre distintos temas de actualidad y en un pasaje de su discurso se refirió a las “debilidades” de los sistemas democráticos vigentes en América Latina. Dentro de esas “fragilidades” señaló que “la Justicia está cada vez más en cuestión” y dijo que son “cosas que a veces podemos ver cerca nuestro”.
En ese sentido afirmó que en Uruguay hay “una democracia en marcha pero aún bastante imperfecta”.
Al finalizar su intervención, Sanguinetti fue consultado sobre el relacionamiento del gobierno uruguayo con la Justicia, ante lo que dijo: “… estamos conviviendo con agresiones al Estado de Derecho muy fuertes. La más grande sin ninguna duda es esa agresión que ya ha quedado lejana. Yo soy de los ciudadanos que están atentos y miro hacia la Suprema Corte de Justicia todo el tiempo a ver cómo va a resolver esa situación. No hay alumno en la Facultad de Derecho, no ya profesor, que pueda sostener que la ley que enervó las consecuencias de la Ley de Caducidad puede ser constitucional frente a dos pronunciamientos del sistema máximo como es la ciudadanía. Y eso está en nuestro paisaje y es una decisión muy trascendente que nuestra Justicia tiene aún pendiente. Yo diría que de ese fallo renacerá con fuerza nuestro Estado de Derecho o aprenderemos a convivir con la ilegalidad, a lo cual no nos debemos resignar.”

Educación y Democracia

El expresidente Julio María Sanguinetti afirmó que la educación es el problema más grave del país y causa de la división de la sociedad entre "analfabetos funcionales" y personas con "nivel educativo".
Las autoridades y gremios de la enseñanza se manejan con "prejuicios" ideológicos que son el "real impedimento" para que un sistema educativo supere la "tragedia" que se vive hoy en día en el país, y que las diferencias entre las personas con "nivel educativo" y los "analfabetos funcionales" conformen "el gran factor de división de la sociedad".
"Si seguimos creyendo que hablar de excelencia es aristocrático, si seguimos creyendo que hablar de calidad es elitismo, si seguimos creyendo que evaluación es algo neoliberal, si decimos que esas evaluaciones internacionales son la subordinación total al imperialismo (por las pruebas PISA), si seguimos creyendo que hablar de las perspectivas del mercado laboral es subordinarnos al ominoso capitalismo, si seguimos creyendo esas cosas que son las que creen las mayorías de las gremiales, estamos en un problema muy grave", sostuvo Sanguinetti.
Sanguinetti, que además de dos veces presidente (1985-1990 y 1995-2000) fue ministro de Educación y Cultura entre marzo y octubre de 1972, afirmó en la conferencia que en Uruguay ha habido "gasto pero no inversión de un modo productivo" en educación.
"El presidente (José Mujica) asume la tragedia en la educación porque es el primer crítico del sistema, el primero que reconoce que esto es un desastre", sostuvo el exmandatario.
Para el líder colorado, los cambios que se anuncian en el Codicen y la decisión de darle mayor autonomía a UTU son hechos "periféricos, que no van a cambiar nada", porque "lo central" es que las autoridades de la enseñanza se manejan con "prejuicios" que son "el real impedimento" para que el sistema mejore.
Afirmó que "el gran factor de división en la sociedad" es el nivel educativo. "La educación fue el sistema que configuró a la sociedad democrática uruguaya", recordó.
"Tenemos que evitar que la sociedad se divida entre los educados y los analfabetos funcionales que no han accedido a los códigos de lenguaje", advirtió el expresidente.
Sanguinetti afirmó que los tiempos de prosperidad económica en América Latina tienen una primera consecuencia que es "generar un hijo bastardo, el populismo" de algunos gobiernos. Lo definió como "el reparto poco racional del Estado al servicio de un jefe de Estado mesiánico que está por encima de las instituciones". Afirmó que esto "lo tenemos instalado en Latinoamérica y Venezuela es el paradigma".
Para el expresidente, en la región "sin elecciones no hay democracia", aunque advirtió que "solo con elecciones no necesariamente hay democracia".  

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