"Si
se diera la distribución de los votos indefinidos con los porcentajes de
elecciones anteriores, el vuelco medianamente masivo (estratégico -
intencional) de los votos en blanco a favor de una opción podría definir el
próximo presidente, siempre y cuando continúe madurando como opción "el
voto en blanco" a la primera vuelta de las elecciones nacionales",
concluye el informe de la empresa DATA/MEDIA.
En
consecuencia, si las elecciones nacionales fueran el domingo que viene, Uruguay
registraría un escenario de ballotage con un indicador estadístico de EMPATE
TÉCNICO para la primera posición, en tanto el rango superior de intención de
voto de los partidos tradicionales en conjunto (38,6) supera el rango inferior del
FA (37,8).
En
función de comportamientos electorales anteriores y del posicionamiento
comunicacional del PI como “nueva izquierda” u “otra izquierda” este análisis
no suma la intención de voto de este partido de forma lineal a la opción
Partidos Tradicionales.
Igualmente
la experiencia indica que los votos de los votantes indefinidos suelen
distribuirse medianamente equitativos entre las distintas opciones con cierta
ventaja a favor de los partidos tradicionales. Este fenómeno es más claro en el
Interior del país.
Los
datos surgen de un análisis de la consultora DATA/MEDIA en base a los distintos
estudios de intención de voto del mes de julio, los que fueron un promedio de
la intención de voto registrada por las empresas encuestadoras Factum, Cifra,
Interconsult y Equipos Mori en un mismo mes.
La
consultora agrega que en este punto "se detecta un claro foco de
'infidelidad electoral' hacia el partido de gobierno, en tanto 18% de los
frenteamplistas montevideanos que votaron al lema en las elecciones nacionales
de 2009, no lo hicieron en mayo del 2010, coadyuvando a un voto en blanco
departamental para la capital del 14%, al tiempo que el mismo indicador alcanzó
para Canelones un 16%".
Lo
que hagan los partidos hoy opositores al Gobierno es a la luz de la realidad
más importante que la jugada que tengan preparada desde el Gobierno: si se
ponen candidatos creíbles y se los soporta con “campañas” equivalentes a lo que
será la acción del Gobierno, indudablemente la caída de Montevideo y Canelones
estarían modificando el plano nacional.
Para
esto la ciencia, como en este caso las encuestas miradas en perspectiva real,
pueden ser un instrumento para entender cómo ve la sociedad a la política (y no
como se lo hace habitualmente), pretendiendo que solo se vea lo que más
interesa.
Esta
vez el escenario parece proclive al cambio. La cuestión es que lo que se
proponga al escenario de la opinión pública sea verdaderamente un cambio.
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