La familia, base y eslabón primario de la salud
pública del futuro
En las buenas o en las malas, el tema salud es como
una segunda piel. Siempre presente sustentando cada uno de nuestros actos, aun
cuando no se es consciente de ello. La
ecuación salud-enfermedad tensa el vivir y por supuesto toda la estructura
sociológica independientemente de su tipo. El solo título de la nota muestra la
trascendencia del tema, por lo que en su abordaje es de capital importancia
destacar la voz de especialistas en la materia. En este caso difundimos lo
escrito por el doctor Diego A. Bernardini-Zambrini, de la Organización
Panamericana de la Salud Washington DC, Estados Unidos a propósito de la
presentación del informe de la OCDE titularo “El futuro de las familias a
2030”.
En el referido comentario Bernardini-Zambrini
manifiesta:
“- Mucho se ha escrito acerca de fenómenos globales
como cambio climático, migración y envejecimiento, por citar un par de
ejemplos. No ha sido el caso de la familia, eje central y eslabón primario de
nuestras sociedades, sobre la cual poco se ha publicado.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) acaba de presentar “El futuro de las familias a 2030”, un
informe con contenidos decididamente claves para planificar mejor la salud
pública que viene . El volumen contiene información conocida para quienes hacen
práctica clínica o trabajan en organismos o instituciones de salud. Pero tiene
además el valor agregado de permitir, con la fuerza de la evidencia, darle
pensamiento a lo que se debería hacer o a imaginar el futuro de la planificación,
implementación y gestión de políticas públicas para anticipar un escenario que
parece bastante claro y complicado a la vez.
La familia extendida, que tanto caracterizó a una
época de inmigración europea, representa un modelo en extinción. Como
contracara, las facetas que modelan y modelarán las familias del siglo XXI
incluyen, entre otras, el aumento en divorcios, viviendas unipersonales,
parejas sin hijos y formalización de parejas del mismo sexo. Considerando las
dos variables de la dinámica demográfica, el número de nacimientos (en
disminución) y la esperanza de vida (en aumento), el panorama es desafiante.
En este escenario, y como factores moduladores, se
encuentran una más prolongada educación formal de los jóvenes, una demanda
laboral de alta especialización, el incremento en la inserción de las mujeres
en el mercado de trabajo, el rol del Estado y sus políticas de protección
social como un intento de proteger a los más vulnerables, el delicado
equilibrio entre el mercado de trabajo formal e informal y la provisión de
cuidados para un mundo que envejece y que cada día estará más poblado de
personas mayores que vivirán solas. Las opciones para resolver este intrincado
y complejo escenario no parecen fáciles a simple vista. Países como Estados
Unidos piensan un modelo de salud inclusivo basado en su reforma sanitaria,
mientras que otros —como España— se debaten acerca de dónde “recortar” gastos
de un consolidado modelo de bienestar y cobertura universal en salud, lo que
vuelve a este desafío una tarea muy compleja “recortar” gastos de un
consolidado modelo de bienestar y cobertura universal en salud, lo que vuelve a
este desafío una tarea muy compleja.”-
En la búsqueda de soluciones
Como se puede observar, el tema salud penetra la
sociedad en toda su integridad y convoca a prácticamente toda la ciudadanía a
crear y producir las soluciones idóneas en respuesta a los problemas reales y
concretos del entorno en que se vive. El tema,
abordado por el doctor Diego A.
Bernardini-Zambrini, si bien las referencias son a otros países, para todo buen
entendedor es obvio que arroja luz sobre la problemática departamental y
nacional de la salud. Planteada asi la situación continúa sosteniendo:
- “Un principio de la planificación sanitaria subraya
la importancia de diferenciar entre un problema y una necesidad, donde esta —en
contraste con aquel— expresa una diferencia con el estado óptimo, es decir lo
que queremos solucionar. Dado que una necesidad de salud provoca una necesidad
de servicios: ¿qué necesidades tendrá una sociedad modelada por un nuevo perfil
familiar?
El aumento de familias monoparentales o personas
viviendo en soledad acarrea un mayor riesgo de caer en la pobreza. Es aquí
donde la protección social debe incidir adecuadamente. El fomento del entramado
que brindan las redes sociales, las nuevas tecnologías y la solidaridad
intergeneracional serán recursos de gran utilidad. Al mismo tiempo, la mayor
cantidad de adultos mayores obligará a realizar esfuerzos suplementarios en una
asistencia social que brinde cuidados para las actividades de la vida diaria y,
en consecuencia, harán falta también nuevos perfiles técnicos asistenciales. El
incremento de parejas sin hijos debería llevar a políticas sociales que
protejan a quienes los tienen y promuevan a quienes no los tienen. Así, la
planificación urbana debería considerar más viviendas y de menos
superficie. La planificación en
educación girará en torno a la polarización entre la alta especialización y los
oficios de baja capacitación, y sobre todo al fortalecimiento del empleo formal
como un modo de hacer sustentable la política social.
¿Quiénes cubrirán desde la salud estas necesidades?
Se necesitarán especialistas, pero además harán falta
más médicos para atender los problemas de salud más frecuentes, los que más
sufre la gente, lo prevalente en la comunidad —es decir, profesionales que
conforman el primer contacto de la demanda, los médicos de familia o atención
primaria. También se requerirán cuadros técnicos que estén inmersos en las
comunidades y articulen con el nivel de resolución de mayor complejidad. Pero
también será preciso educar a la población, construyendo un sentido de
responsabilidad que le dé sentido a la explosión de información médica, la
“medicalización” y el “alfabetismo médico” que existen hoy en día. Los tiempos
actuales obligan a permear la salud a otras dimensiones del conocimiento y
disciplinas. Politólogos, administradores, antropólogos, economistas y otros
expertos, son hoy y serán cada vez más determinantes en toda política que piense
una salud inclusiva y equitativa.
Toda esta ola de transformación torna perentorio un
compromiso que trascienda las fronteras de la salud tal como se la ha conocido
en los últimos 50 años. Sin dudas ya es hora de una nueva forma de pensamiento
para una nueva salud, una dimensión acorde a los nuevos tiempos en la cual se
combinen actores tradicionales y otros no tanto, donde estén incluidos todos
quienes representan a las nuevas sociedades: la sociedad civil, el sector
privado, los gobiernos y otros actores sociales. Pensar en nuevas necesidades y
en cómo satisfacerlas es prever. Pensar en las nuevas formas de constitución
familiar será, de alguna manera, pensar por extensión en una nueva sociedad.”-
Reiteramos que el mensaje y los conceptos del especialista
de la OPS tienen una obvia universalidad y bien vale la pena tomarlo como
referencia para buscar las soluciones más adecuadas a los problemas de salud
pública tanto del departamento como del país. Como muestra recordemos que entre
los problemas, plantea la falta de profesionales médicos en el área de médicos
de familia y de atención primaria, para la solución a los “problemas de salud
más frecuentes, los que más sufre la gente, lo prevalente en la comunidad”. La
atención primaria de salud, es desde hace algunos años, el tema prioritario y
de urgente implementación, pese a lo cual, en los hechos, sigue estando en el
debe, precisamente por la incapacidad técnica y política de los responsables de
transformar la teoría y los proyectos en acciones concretas, dejando
insatisfechas las necesidades sanitarias de la gente.
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