Los partidos tradicionales, tienen
una gran deuda con el pueblo y sobre todo con los habitantes de Montevideo.
Por impericia de los últimos
Intendentes o por mala estrategia se entregó a manos de la izquierda la
Intendencia Municipal de Montevideo, y no tuvieron la habilidad ni el candidato
apto, para recuperar algo tan caro a los valores de ambos partidos como es la
conducción del bienestar de los habitantes de la capital del Uruguay.
Es así que Montevideo se ha
desarrollado violenta y anárquica, la administración frenteamplista, no tomo las previsiones necesarias – no hubo
planificación con amplia visión de futuro– para que el proceso de su desarrollo
se encauzara hacia una línea armoniosa y racional con una amplia visión de
futuro, teniendo en cuenta el avance de la tecnología y el crecimiento
desmedido de su territorio. El gobierno izquierdista no supo armar una política que le diera
orientación y control a su crecimiento.
Es el Montevideo frenteamplista,
inhóspito, peligrosos y desquiciador. Es el Montevideo, que para muchos es la
“ciudad ingobernable”, pero lo que pasa es que es una ciudad-reto que no ha
tenido todavía la fortuna de contar con un intendente de coraje, con audacia, entregado
más al trabajo que a figurar en los medios de difusión, más al servicio de la
comunidad que de los propios amigos o de su partido político, más a estar
recorriendo la ciudad en busca de soluciones, que recorriendo en el mundo en
busca de sus placeres, un intendente a quien no le tiemble el pulso a la hora
de tomar decisiones enérgicas, un intendente que en vez de maquillarle el
rostro a la ciudad combatiera a fondo su desafiante problemática.
Montevideo es el espejo de Uruguay,
el cerebro de Uruguay y, hasta cierto punto, el corazón de Uruguay.
Montevideo reclama una visión audaz
y es audacia, coraje y visión lo que le ha faltado a sus últimos intendentes,
de allí que sus males se agravaran y se multiplicaran con el tiempo hasta
llevarlo a los extremos actuales: dramáticos,
desesperantes, alienantes.
Hemos vivido el desarrollo sin
conservación, luego se aplicó la conservación sin desarrollo y hoy no tenemos
ni desarrollo ni conservación. Hay que
establecer la armonía entre el desarrollo de la ciudad que crece y los recursos
naturales que hay que mantener y enriquecer.-
Hay que armonizar esos dos
conceptos, conservación y desarrollo para la ocupación del espacio, para
humanizar a Montevideo, para hacerlo deseable, mas hermoso, mas cautivantes,
sin artificios sin maquillajes.
Las definiciones acumuladas en la
insatisfacción de las necesidades mas sentidas de los montevideanos y las
necesidades básicas del crecimiento de la población requieren definir como
premisa fundamental de toda estrategia, la de ganarle el control al crecimiento
de la ciudad en el próximo periodo, será la clave para la desconcentración de
la ciudad, para la creación de nuevos centros urbanos y áreas inmediatas, y
para el mantenimiento, mejoramiento y ampliación de los servicios públicos.
Es por todo esto y mucho más que
blancos y colorados deben encaminarse ya a la recuperación de Montevideo y de
su gobierno, con un proyecto político
realista y audaz, que apunte a la transformación total y absoluta de la ciudad,
dejando a un lado las antiguas estrategias y consagrar un candidato que con
firmeza asegure el cambio de Montevideo, sacándolo de la crisis y echando las
bases de un futuro de grandeza , haciendo de Montevideo, la capital deseable
para todos, logrando que la ciudad posible, no sea lo contrario de la ciudad
deseable.
Colorados y blancos , integrando al
Partido Independiente, deben encaminar su esfuerzo para proclamar un candidato
"montevideano”, un ciudadano de Montevideo que este por encima de las
divisas partidarias, que no esté contaminado políticamente, seleccionado en
función de sus conocimientos y su capacidad de gestión, de reconocida
trayectoria, exitoso en su actividad, sea profesional, empresarial o comercial,
que conozca Montevideo, que quiera a Montevideo, y por sobre todas las cosas
que no tenga lazos partidarios que limiten su gestión al frente de la
Intendencia.
Esta práctica, de elegir al mejor de
la ciudad, independientemente del color político es muy usual en el mundo y en
las ciudades que quieren desarrollarse.
Es la resultante de que , los
problemas de cada comunidad los debe resolver cada comunidad poniendo al mejor
para administrar sus intereses.
Sólo la experiencia y capacidad de
los dos partidos y de su candidato, podrán obtener estos logros en benéfico de
los habitantes de Montevideo.
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