Ser minoría no es ser oposición y controlar no es lo mismo que decidir




Siempre estuve convencido que para lograr un importante grado de institucionalidad gobernante, el partido político que accedió al poder debe construir su escenario a base de la legitimidad de derechos de las minorías. Resulta muy difícil reconocer ese derecho de minoría, cuando se es minoría, por eso cuando se Gobierno debe trabajarse pensando en la hipótesis de la minoría, que siempre es lo mismo que ser oposición.
Desde la minoría se controla, y con esa acción se legitima una administración. Cierto es que para poder hacerlo hay que contar con información, acceso al ámbito de las decisiones y capacidad de libertad para moverse en igualdad de condiciones.
Dicho esto, y aunque la Constitución adolezca de espacios de contralor claramente definidos, cierto es que para algo los directorios de los Entes se han constituido con esa formalidad, otorgándosele a las minorías esos delicados espacios de poder relativo que, no por escasos para el andamiaje burocrático, hacen mucho para con la democracia real, representativa y eficaz
Pero el presidente José Mujica arengó a modo de tablado en carnaval y tiró al líte del piso su voluntad de mantener los directores de la oposición en los entes, para "no condenarlos a la desocupación", en vez de asumir que allí están para controlar no sólo la discrecionalidad, sino la arbitrariedad. Pero el comentario despertó más enojo en la oposición sobre todo en el texto y contexto del mentado caso Pluna.
Con una frase cargada de ironía, el presidente Mujica dijo que no removerá a los directores de la oposición en los entes porque "no los vamos a condenar a la desocupación". Las declaraciones dieron lugar a un nuevo choque entre el gobierno y la oposición, en medio de una profunda crisis de relaciones.
Además, Mujica se molestó ayer con un periodista de radio Montecarlo al ser consultado sobre las declaraciones del presidente de Ancap, Raúl Sendic, en las que afirmaba que "todos los que trajeron a Matías Campiani son unos fantasmas". El presidente no quiso responder al tema de fondo acerca de la participación del vicepresidente Danilo Astori en la selección de Leadgate al frente de Pluna y acusó al periodista de ser "opositor".
"A mí eso no me importa, lo que me interesa es la vida de la gente, no el chisporroteo. El pamento y los sentires de la gente del gobierno son naturales", respondió Mujica tratando de eludir la pregunta sobre Astori.
El presidente aprovechó la oportunidad para disparar una vez más en contra de la oposición que advirtió sobre la tendencia "totalitaria" y "absolutista" del FA.
"¡Ah! Tengo unos nervios… Se largó la campaña electoral y a todo hay que sacarle el IVA y el Cofis. Hay muchos candidatos", ironizó Mujica.
Volviendo a lo del principio de esta columna, las fortalezas de un gobierno están en la capacidad de integrar a la oposición a su esquema de funcionamiento, que no es lo mismo que tener que consentir o ser ligeramente funcional a sus intereses, lo que lejos de ser una función de contralor, sería una asociación peligrosa para admitir lo inadmisible.

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