“Golpe de estado en el MERCOSUR”






En una resolución fulminante,equivalente a un "golpe de estado" institucional, el  bloque sudamericano decidió suspender "de forma inmediata" a Paraguay "del derecho a participar en la XLIII Reunión del Consejo del Mercado Común y Cumbre de Presidentes del Mercosur, así como de las reuniones preparatorias", según una nota emitida por la Cancillería argentina, organizadora de la cumbre en la provincia de Mendoza.
La "Declaración de los Estados partes del Mercosur y Estados asociados sobre la ruptura del orden democrático en Paraguay" está suscrita por Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela, Chile, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, insólitamente muchos de ellos están inhabilitados para firmar esa resolución, pues no son firmantes del protocolo respectivo, por lo que es un documento ilegitimo.
El Mercosur , tomo la resolución en tiempo record, no se le dieron las garantías institucionales de legítima defensa al gobierno de Paraguay por el carácter de indefensión que soporta el gobierno del presidente Franco y por la brevedad de los plazos  del “fallo” mercosuriano ,   gestándose  la suspensión de Paraguay con los mismos  argumentos  con que se acusó a gobierno paraguayo de violar la constitución o sea que no contó con "las garantías esenciales del debido proceso" y  la suspensión  fue realizada bajo características de un "juicio sumario" y se violó  el artículo cuatro del Protocolo de Ushuaia, que especifica : “en caso de ruptura democrática en uno de los países del bloque, exige que sean realizadas las consultas pertinentes antes de adoptar cualquier medida".
Los firmantes de dicho documento, no tuvieron en cuenta que en Paraguay se preservó el Poder Legislativo, no se disolvió el Parlamento; se respetó, se mantuvo y no se presionó al Poder Judicial,  el Poder Ejecutivo siguió el orden natural de sucesión al haber sido el vicepresidente quién sucedió a Lugo y no un presidente de “facto”.
Simultáneamente, la Suprema Corte de Justicia de Paraguay en uso pleno de sus atribuciones, rechazó el pedido de inconstitucionalidad que el ex presidente Fernando Lugo presentó contra el juicio político que lo destituyó del cargo.
La Suprema Corte de Justicia expresó en su fallo que la aplicación del juicio político es de exclusiva responsabilidad del Congreso y que la cuestión ya es una cosa juzgada, teniendo en cuenta que el Legislativo ya emitió su fallo en el caso y que, anteriormente, el ex presidente Lugo había anunciado que acataría el fallo del Legislativo.
Respecto al argumento de la defensa de Lugo, por el corto período de tiempo que se le dio al mandatario para defenderse (menos de 24 horas), la Suprema Corte sostuvo que el del pasado viernes no fue un juicio ordinario, sino un juicio político.
El Tribunal Superior de Justicia Electoral , también en uso pleno de sus atribuciones, por medio de su presidente Alberto Ramírez Zambonini, aclaró que Paraguay no puede adelantar sus elecciones para elegir al próximo presidente de la República.
Almagro, perseverante con su “operación rodilla” siguiendo las pautas del gobierno argentino y ubicándose por encima de la Suprema Corte de Justicia de Paraguay reiteraba en cada medio de difusión que lo consultaba, que : “en Paraguay hubo un quiebre institucional porque no se dieron las garantías constitucionales de legítima defensa: por el carácter de indefensión que vivió el presidente Lugo y por la brevedad en los plazos que determinaron la destitución del gobierno democráticamente electo" o sea que para el canciller Almagro, pesa más la velocidad del cronómetro que las pautas constitucionales  paraguayas y las correspondientes a un juicio político en dicho país.
El canciller Almagro manifestó que en la cumbre de Mendoza  "se podría generar una comisión de seguimiento de temas en Paraguay, para que se respeten las garantías fundamentales de la gente y haya el máximo contexto de libertad política en ese país".
Muy bien se podría doblar esa apuesta y que la misma comisión u otra comisión independiente y neutral, pueda monitorear las democracias del Mercosur y elabore  un balance sobre la “calidad” y el estado de situación de las mismas, pudiendo recoger toda la información que sea necesaria para dicho documento y en caso de que algún gobierno se niegue a colaborar o impida el ingreso de esa comisión, suspender de inmediato su participación en Mercosur y Unasur.
Esa comisión, debería presentar en un plazo no mayor de 60 días un análisis de cada país en lo que respecta a : la independencia del Poder Judicial , las presiones y amenazas a la prensa independiente, la clausura de los medios de difusión, las “proscripciones” políticas a ciudadanos que piensan diferente al gobierno, la situación de ciudadanos que tuvieron que exiliarse o salir de los países por persecuciones políticas, la corrupción que desvía dineros del pueblo para las cuentas privadas de ciertos grupos de poder, la pérdida del “derecho a la vida” de la población como consecuencia de la inseguridad , los sistemas de salud pública , la educación, etc.
De verificarse un deterioro en la “calidad” democrática de alguno de los países inspeccionados, al mismo se le suspenderá de inmediato su derecho a participar de las reuniones ordinarias y extraordinarias del Mercosur, hasta tanto no recomponga los vicios democráticos constatados.
Frente a todo esto hay que tener cuidado con los excesos “solidarios” de la familia ideológica de América Latina, pues con su presión pueden fracturar definitivamente la circunstancial unión del continente por lo que, es urgente que el Mercosur se serene, porque su actual actitud de censura y de intromisión en cuestiones en las que es totalmente incompetente, está causando muchos atropellos. 
En Uruguay, el presidente Mujica no debe olvidar que todo lo concerniente al Mercosur y demás organismos internacionales, son cuestiones de Estado, por lo que no debe ignorar ni dejar de lado la opinión de todos los partidos políticos.

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