Ya se han cumplido tres meses desde
que firmamos el acuerdo educativo entre el gobierno y los partidos.
Eran cuatro los puntos que este
entendimiento incluía: (a) el doble voto para el Presidente del CODICEN, (b) la
puesta en marcha de una Universidad Tecnológica, (c) la implementación de una
propuesta concreta de fortalecimiento de los centros educativos de educación
media y (d) la puesta en marcha del Instituto de Evaluación Educativa.
De los cuatro puntos acordados, el
fortalecimiento de los centros educativos y el instituto de evaluación eran, a
nuestro juicio, los dos puntos más relevantes para revertir la gravísima
situación de nuestra educación.
Hasta el momento, se ha avanzado
solamente en el tema del doble voto para el Presidente del CODICEN que, desde
nuestro punto de vista, es el aspecto menos significativo de los que fueron
objeto de acuerdo. Aun en este caso, todavía la norma que establece el doble
voto no ha completado el trámite legislativo, a pesar de que supuestamente
existe consenso multipartidario.
La Universidad Tecnológica es objeto
de discusión en una comisión multipartidaria en la que se dejan ver notorias
diferencias entre los integrantes del partido de gobierno. Nuevamente la
cuestión más difícil de resolver consiste en definir la integración del Consejo
Directivo de la nueva institución universitaria. El peso de los corporativismos
vuelve a ser un punto de particular controversia por el peso que estas
concepciones poseen en ciertos sectores del partido de gobierno.
Pero el principal déficit refiere a
otros dos puntos que supuestamente habían sido de consenso y que son los de
mayor relieve para lograr revertir el proceso de crisis de nuestra educación.
En el caso del Instituto de
Evaluación Educativa, que tendrá a su cargo la evaluación permanente de los
resultados del sistema educativo, monitoreando escuelas y liceos del país y
brindando información a la ciudadanía sobre los resultados y la calidad de los
aprendizajes de cada centro de estudio, apenas se ha provisto su equipo de
dirección.
Hasta ahora no tenemos noticia de un
cronograma de trabajo que nos permita ser optimistas sobre cuándo ocurrirán las
primeras mediciones evaluatorias. Es decir, cuando tendremos los primeros datos
que nos permitan monitorear el proceso educativo.
Pero, por si la inercia no fuera
suficientemente grave, el gobierno decidió poner al frente de este Instituto a
la Profesora Alex Mazzei, que fue la Presidenta del Consejo de Educación
Secundaria en el período de gobierno anterior, cuyos resultados todos sabemos
que han sido particularmente negativos.
Resulta muy poco serio que se ponga
al frente del Instituto de Evaluación a una persona que ha tenido a su cargo
una gestión que será expresamente evaluada por el Instituto que ella misma
preside.
Pero lo más grave está ocurriendo
con respecto al fortalecimiento de los centros de educación media. En efecto,
el documento acordado en febrero, cuya redacción conocemos perfectamente porque
fue elaborado principalmente por nuestros delegados partidarios, establecía un
proyecto que iba más a fondo que el conocido Programa PROMEJORA. Nosotros lo
calificamos como una especie de "promejora al cuadrado" porque su
propuesta de transformación era más profunda y completa que la contenida en el
documento del Promejora.
Sin embargo, no solo no se ha
instrumentado esta propuesta más transformadora, sino que se ha congelado el
Programa Promejora que, hasta el momento, no ha sido instrumentado en ningún
centro de estudios de nuestro país.
Para peor, acabamos de conocer que
el Consejo de Secundaria ha elaborado un documento alternativo al que,
engañosamente, se ha denominado "Fortalecimiento de los centros
educativos", pero cuyo contenido es mucho menos exigente y transformador que
el Promejora que ya era menos profundo que la propuesta contenida en el
documento firmado por los partidos.
Por lo tanto, estamos frente a un
intento de vaciar y trastocar los contenidos del acuerdo educativo. Hay quienes
quieren pasar "gato por liebre" o hacer de cuenta que se va a cambiar
algo, para dejar todo como está (el viejo y conocido truco
"gattopardiano").
Nosotros no firmamos el acuerdo para
que quede guardado en un cajón, ni tampoco firmamos como un mero gesto formal y
sin contenido. Nosotros firmamos con el sentido de exigir su cumplimiento. Sin
embargo, se está trampeando la voluntad multipartidaria.
No vamos a "quedarnos de brazos
cruzados" ante este incumplimiento y de no existir un radical y rápido
cambio de situación, el Partido Independiente denunciará el acuerdo y se
sentirá liberado del compromiso firmado.
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