Confusión y discusión crítica
Es muy posible que mi percepción sea
errónea, pero es lo que yo creo y he construido mediante: conversaciones con
mis amistades, lecturas de comentarios políticos, mirando las noticias y dichos
de nuestros representantes.
También influyo en mí la abundancia
de programas de entretenimiento, las tandas publicitarias y los comentaristas
de radio y TV, todos ellos cada vez más simples, dirigidos a un mercado masivo
y muy poco exigente. Entiendo que el bombardeo de simplezas contribuye a
descender aun más la actividad de nuestras neuronas y en un proceso de años
fuimos construyendo nuestra realidad, lo que hoy tenemos es consecuencia de los
desaciertos del pasado.
El hoy ignorado requerimiento de la
ilustración “Liberalización por el conocimiento” nos ha transformado en una
sociedad cada vez mas irracional, supersticiosa y acritica, en la cual la frase
“es lo que hay valor” representa el sumun de nuestro conformismo y lo peor es
que no nos damos cuenta, por ello no creo sea un error pronosticar un futuro
aun mas deteriorado.
La ignorante soberbia de muchos, la
mayoría, de los actores sociales, que no se cuestionan lo que creen y por ello
actúan guiados por su ideología, parafraseando a Popper empleo aquí el termino
ideología “para cualquier teoría, credo o visión del mundo que resulte
atractiva y de interés para la gente, sin ser sometida a la critica”
Pero por suerte el futuro no esta
escrito, aunque muchos crean lo contrario, el futuro depende de nosotros, de
todos nosotros, de nuestras acciones e inacciones.
Las creencias de una persona sana no
son incorregibles, una persona sana muestra una cierta disposición a corregir
sus creencias. Puede que lo haga de mala gana, pero en todo caso esta dispuesta
a corregir sus puntos de vista bajo la presión de los acontecimientos, de las
opiniones que sostienen los demás y de los argumentos críticos.
Si esto es así, podemos sostener que
la mentalidad de una persona con puntos de vista fijados de manera definitiva,
de la persona “comprometida” es afín a la del loco. Es posible que sus
opiniones fijas sean “adecuadas” en el sentido que en un determinado momento
coinciden con la mejor opinión disponible en ese momento. Pero en la medida que
esta “comprometida” la persona no es racional: resistirá en todo momento
cualquier cambio, cualquier corrección. Y puesto que no puede estar en posesión
de la verdad precisa (nadie lo esta) resistirá la corrección racional, incluso
de creencias sumamente equivocadas. Resistirá aun cuando su corrección sea
ampliamente aceptada en vida del sujeto.
La racionalidad como actitud
personal es la disposición a corregir las propias creencias. En su forma
intelectualmente más desarrollada es la disposición a discutir críticamente las
creencias propias y a corregirlas a la luz de las discusiones críticas con
otras personas.
De donde se sigue que todos debemos
esforzarnos por instalar en nuestro Uruguay esta forma de discutir
racionalmente nuestros problemas, de desideologizarlos, de despartidizarlos,
como única manera de enfrentarnos a ellos con alguna probabilidad de éxito.
Si comprendemos esto, si nos damos
cuenta, e independientemente de en que trinchera nos encontremos, procuramos
liberar nuestra mente, abrirla a la discusión critica, tal vez logremos, con
mucho esfuerzo, paciencia y tolerancia, encontrar las medidas, las acciones a
tomar para cambiar el futuro, para recuperar un Uruguay seguro, culto,
tolerante que nos llene de orgullo pertenecer a él.
Manos y mente a la obra…
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