Para empezar a recuperar la paz




El uso de la facultad que tenemos los ciudadanos de la República de peticionar que se vote sobre una propuesta de reforma constitucional produjo extrañas reacciones esta semana.
La presentación de las firmas no debería haber llamado la atención. Era público y notorio que existía la iniciativa, que la adhesión a la misma había sido importante y que la mayoría de la población se inclina por apoyarla. También que  esta semana se entregarían las papeletas conteniendo la voluntad ciudadana en el Parlamento.
Pese a ello desde algunos sectores políticos, incluyendo Senadores y Diputados, se afirmaron cosas que no están previstas en la propuesta.
Por ejemplo se dijo que de aprobarse la iniciativa los menores que se emborrachen y rompan un vidrio terminarían en la cárcel con mayores.
Algo que notoriamente no es así.
Otros se sumaron a la desinformación.
Afirmaron que lo que se propone ya se hizo, salvo la baja de la edad de imputabilidad. Cuando claramente no es así.
Los antecedentes de los menores no se guardan más allá de los 20 años, no se agravaron las penas de los mayores que utilizan menores para delinquir y el SIRPA sigue dentro del INAU.
Quizás lo más extraño de todo fueron las reacciones de un dirigente sindical y del Ministro del Interior. Lanzaron sospechas al vincular la fuga de 13 menores ocurrida esta semana con la entrega de las firmas.
El punto, por lo descabellado y temerario, no merece siquiera ser contestado.
Por otro lado un periodista expresó, en forma de crítica, que estaba mal que no se incluyeran los delitos de narcotráfico en la propuesta y que sería malo que existieran muchas instituciones distintas en el país.
No queda claro si su crítica de no incluir el narcotráfico es a favor o en contra de la propuesta. Parece ser que si quiere que se incluyan más delitos en la propuesta de baja de la edad de imputabilidad está a favor.
Las reacciones políticas aventuran una discusión complicada y una campaña de desinformación.
Pese a que la propuesta es clara. Bien clara.
Alcanza con leerla.
La baja de la edad de imputabilidad es sólo para delitos graves (homicidios, rapiñas, secuestros, violación), no para los que se emborrachan y rompen un vidrio.
Se incluye la creación de un Instituto de Rehabilitación fuera del Inau, justamente para que los menores que delinquen no vayan a la cárcel con los mayores.
Los antecedentes no se guardan más allá de los veinte años hoy. Por lo que si un menor mata y luego lo vuelve a hacer a los 21 años, el Juez no puede saberlo. Además de que no puede siquiera tenerlo en cuenta para disponer medidas de seguridad que protejan a la sociedad de quien reitera conductas tan graves.
Agravar aún más las penas de los mayores que utilizan menores para delinquir es una necesidad porque existe un aumento de la cantidad de  mayores que los usan para delinquir.
Se podrá coincidir o no con estas propuestas. Los estudios de opinión indican que la mayoría de los uruguayos estamos de acuerdo con ellas.
Pero creo que no se debe desinformar sobre ellas.
La inseguridad, la minoridad delincuente es  un tema muy sensible e importante en nuestra sociedad. Lamentablemente, tristemente, lo es. Por ello lo debemos encarar.
Esperamos que la propuesta de Reforma Constitucional se analice como tal y no con mentiras.
Aunque pensándolo bien, si mienten sobre su contenido, si desinforman, debe ser porque no tienen argumentos para rebatir la misma y que, como dice la cita cervantina, es señal que cabalgamos.

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