De Jaime Fuentes a Eleuterio Fernández Huidobro




"Estimado Eleuterio: El otro día, en la reunión de ADM, dijiste muchas cosas con tu estilo de siempre: para cantar algunas verdades hablás en "lunfardo". Pero no siempre lo usás: por ejemplo, cuando dijiste que pedir perdón es fácil, perdonar es difícil y poca gente se suma a esa fila. No pudiste usar un lenguaje más formal y verdadero para expresar algo en lo que estamos muy de acuerdo.                             
En el contexto, sin embargo, no te puedo acompañar. La razón principal es porque pusiste como ejemplo al Flaco ese, que lo crucificaron por gil, porque se pasó predicando el perdón. ¡Pará la mano, hermano! Te pasaste. Si hubiera estado en la reunión me levanto y te paro el carro.
Porque una cosa es que tengas derecho a decir lo que se te antoje y en el lenguaje que se te antoje, pero hay límites, como en todo: el límite se llama respeto. Y te pasaste. Si nadie te dijo nada en público, será por tu cargo de Ministro. Pero después, en privado, te aseguro que te están mandando a… la que vos también mencionaste.
En todo caso, ¿sabés qué pienso? Que tu lunfardo te jugó en contra.
Porque vos y yo estudiamos en los Maristas (con tres años de diferencia a favor tuyo, que para los más chicos era una diferencia importante). Tuvimos los mismos profesores: el Hermano Antonio (a) El Tronco; Salvador (a) Pildorita, Alberto, Alfonso… Ahora pienso...¡qué capacidad de perdonar demostraban!
Te decía, que para mí el lunfardo esta vez te traicionó: porque, en realidad, vos sabés por qué murió Jesucristo; y sabés que su Perdón hay que escribirlo con mayúscula. Y a la altura de la vida en la que estamos, vos y yo tenemos bien presente que cualquier día de estos vamos a encontrarlo y nos va a preguntar qué hicimos de bueno aquí abajo. En fin, que ya no estamos en edad de macanear con ciertos temas, ¿no te parece?
Por lo demás, mirá que no me olvido de que, cuando fue necesario, tuviste arrestos (judiciales y de los otros: ahora me refiero a los otros) y dijiste que NO a la ley del aborto. Espero que haya más que sigan tu ejemplo.
Un abrazo sin ningún rencor y, como gritábamos todos los días en el patio del Santa María al terminar las clases, ¡Viva Cristo Rey!".

Jaime Fuentes

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