Signos externos de una educación que se cae





La asamblea de profesores del sindicato de Secundaria de Montevideo (ADES) resolvió no ingresar a clase el 12 de marzo en aquellos liceos que "no ofrezcan garantías" para los docentes y estudiantes, según la noticia de prensa de las últimas horas.
El presidente de ADES, Emiliano Maldacen aseveró que  "en la mayoría de los liceos de Montevideo no se han iniciado obras porque el departamento de Arquitectura de Secundaria está acéfalo. Hay liceos con problemas graves y están muy lejos de iniciar las obras".
No lo decimos nosotros, no es una denuncia de la oposición política que según la primera dama, la  Senadora Topolanzky , solo criticamos, lo anuncian los socios de este gobierno “Cívico-Sindical”, lo dijo el vocero del sindicato, que colorado seguro no es.
Y lo hacen fundadamente ya que una delegación del sindicato docente, de mayoría radical, realizó una inspección ocular en la mitad de los 72 liceos que hay en Montevideo y detectó que por lo menos veinte no están en condiciones de recibir a los alumnos. 
Techos que se llueven, instalaciones eléctricas muy precarias, laboratorios de informática que no están en condiciones, humedades de todo tipo, paredes que dan corriente y revoques que se desprenden, son algunas de las anomalías constatadas.
Quienes recorremos el país sabemos que estos graves problemas edilicios se producen no solo en la capital y tampoco es exclusivo de Secundaria. Si se realiza un relevamiento en los locales de  Primaria y UTU, se constatará que no menos del 80% de los locales tienen problemas estructurales serios.
La pregunta inmediata es ¿Por qué no se han hecho las obras de mantenimiento previstas?
Por falta de tiempo no ha sido, puesto que este es un problema largamente diagnosticado, discutido y anunciado.
Por falta de dinero, menos. Hace también pocos días el propio ministro de economía anunció a la bancada de legisladores del FA y a los demás ministros, que existía disponibilidad de 140 millones de dólares para este año por haber reducido el déficit previsto.
Insistimos que estos fondos no “sobran” ya que igualmente subsiste un déficit de 0,8%, algo más de 300 millones, pero lo cierto es que los miembros del gobierno comenzaron una suerte de subasta de ideas de cómo gastar ese dinero.
Decimos: en tren de gastar esa fabulosa suma extra presupuestal, ¿por qué no destinarlo a reparar y construir centros educativos?
Es que realmente existe un gran problema en la gestión de la educación, que más allá del mínimo acuerdo político alcanzado por gobierno y oposición, urge resolver.
En 2011 la ANEP concluyó con la friolera de 600 millones de pesos sin ejecutar. Así como lo leen, 30 millones de dólares que no lo supieron invertir. La noticia fue un claro signo de la ineptitud de su jerarquía o las dificultades internas que tienen para gestionar adecuadamente a la educación pública. Pero mayor fue la sorpresa cuando nos enteramos que, en lugar de devolverlos a rentas generales se iban a repartir esos millones entre los docentes por concepto de presentismo.
El deterioro edilicio de los locales de enseñanza pública es el síntoma externo de la grave enfermedad que padece la educación uruguaya y la responsable de esto es la llamada izquierda uruguaya. La que durante años minó las bases de la sociedad a través de las corporaciones sociales y sindicales, como en la educación, reclamando participación, cogestión y autonomías.
Como expresó el editorial de la semana pasada del semanario frenteamplista “Voces”, respondiendo a una carta firmada por 134 educadores frenteamplistas: “plantean conceptos absolutamente conservadores. Disfrazados de retórica participativa, que apunta a la sociedad como rectora del proyecto educativo, descalifican a los partidos políticos en ese campo.”
¿Los partidos políticos son extraterrestres?
¿Carecen de apoyo de la gente? ¿Quién los nombra?
“Estos educadores demuestran que en la formación ciudadana se rifaron una bolilla clave: Democracia.
Reivindican el Debate Educativo y el posterior Congreso de la Educación como el sumun de la participación.”
Finaliza el editorial diciendo con contundencia: “¿Dónde está la autocrítica de los docentes frenteamplistas por la situación actual de la educación uruguaya? Gobernamos hace siete años el país y hace décadas que tenemos el control de la Universidad, ¿recuerdan?”
“No hay tiempo que perder y los cambios son urgentes, por encima de cualquier corporativismo trasnochado.
“A la enseñanza la defiende el pueblo”, solíamos pintar en las paredes con energía, desde los años setenta.
Y en una sociedad republicana, aunque a muchos les pese, al pueblo lo representan todos los partidos políticos.”
Ese es el punto, hasta los propios frenteamplistas está reconociendo, hace décadas que dominan la Universidad de la República y ésta es un ancla en el desarrollo del país y ya hace siete años que son gobierno nacional y la ANEP está cada vez peor.  
Todas las cosas tienen un proceso, las personas, las empresas, los países; nuestra educación gratuita, laica y obligatoria, fue, para orgullo de los orientales, un ejemplo en América y el mundo. El corporativismo de la izquierda vernácula la ha llevado a este estado de deterioro, pero comienza la sociedad y lentamente hasta algunos dignos y honestos miembros de esa corriente ideológica a reaccionar. Es el caso de quien escribió ese editorial de Voces, o de la Directora del liceo Bauzá, Graciela Bianchi, quien no se cansa de afirmar cosas como que la ley de educación de Tabaré Vázquez “es una pésima ley”.
Lástima que si el proceso de reacción es demasiado largo y la solución demora, habrá muchas generaciones perdidas y sufrirá el Uruguay las consecuencias de no tener jóvenes formados para el trabajo y para los desafíos de un mundo cada vez más exigente y competitivo.


 

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