Jorge AZAR-GÓMEZ
Ex representante de Uruguay ante O.N.U.
azargomezjorge@gmail.com
Luego de que, en su segunda asunción como
Presidente de la república, la presidente argentina olvidara referirse al
archipiélago, este martes 7 de febrero -y por segunda vez en el año-, echó mano
del tema. En el paquete, logró envolver a todos los argentinos. También incluyó
a otras naciones latinoamericanas en su estrategia, basándose en un planteamiento
tan infantil como absurdo.
"Malvinas ha dejado de ser solamente una
causa de los argentinos, para transformarse en una causa de los
latinoamericanos y global", diría, con total desparpajo, la mandataria
argentina.
Ahora resulta que la República Oriental del
Uruguay y los latinoamericanos nos encontramos en la obligación de estar
espalda contra espalda con el gobierno argentino en un conflicto que siempre
hemos visto desde afuera. Un conflicto por el que jamás nos consultaron y, al
contrario, siempre nos exigieron.
Ignorando nuevamente la Historia, la
presidente argentina expresó:"Hubo muchos conflictos en la región, y no
hemos necesitado de ayuda externa; siempre lo resolvimos entre los
latinos". Con total evidencia, la mandataria olvidó -o no bien desconoció-
el conflicto que su país sostuviera con la República de Chile por el Canal de
Beagle.
Aquel conflicto, tras más de dos tercios de
siglo de disputa, se solucionó finalmente en 1984, momento en que la Casa
Rosada (después de una consulta popular) aceptó la propuesta de la Santa Sede.
Esta reconocía tácitamente la frontera trazada por el laudo arbitral en el
canal, otorgaba las islas en la mitad norte del canal a la Argentina y las
islas en la mitad sur y al sur del canal a Chile, y otorgó derechos de navegación
a ambos países en casi toda la zona.
Asimismo, concedió a la Argentina la mayor
parte del territorio marino en disputa.
También se olvidó la presidente, entre otros,
que cuando el conflicto por las pasteras, el Rey Juan Carlos aceptó la petición
del presidente de Argentina, Néstor Carlos Kirchner, para desempeñar un papel
de "facilitador" (mediador) en el diferendo, que enfrentó a la
Argentina con el Uruguay.
Se trató de una propuesta del fallecido ex
esposo de Cristina Fernández Wilhelm dirigida directamente al Rey de España, en
la que le solicitó que actuara como facilitador. Con el fin de que se produzca
un entendimiento entre los dos países que pudiera poner fin al contencioso
surgido de la instalación de una planta de celulosa. A todas luces, esa
problemática no podía solucionarse bilateralmente, en tanto que la Argentina
rehusó tratarla en el ámbito del Mercosur.
Sucede que el gobierno argentino jamás ha
respetado a Latinoamérica, involucrando permanentemente a la región en los
conflictos que mantiene y ha mantenido con terceros países.
Mientras nos hace partícipes de sus
diferencias con el Reino Unido, por otro lado denuncia a la República Oriental
del Uruguay ante la OCDE, exigiéndonos la liberación de información tributaria
y los nombres de propietarios argentinos en nuestro país (cosa que no exige a
la Administración Obama, aún cuando infinidad de argentinos poseen propiedades
en Miami y Nueva York; y que tampoco hace con Dilma Rousseff, a efectos de
averiguar la identidad de aquellos que exhiben bienes inmobiliarios en la costa
brasileña). Por su ello fuera poco, la Casa Rosada prohíbe a los uruguayos
publicar los resultados de los análisis de la planta de UPM, nos pone trabas
para ingresar los productos “Made in Uruguay”, sin importar que estos se
encuentren protegidos por una multitud de convenios internacionales... entre
ellos, los firmados en el seno del propio Mercosur, esto no es intentar
colonizarnos?.
Pese a todo, el Presidente José Mujica y su
Canciller Almagro (eterno candidato al Premio Nobel de la sumisión), invitan al
gobierno argentino a que "tomen todo". ¿Cuál es la respuesta clásica
originada en Buenos Aires? -"Tranquilo, Pepel los vamos a estudiar".
Nuestros industriales esperan a la vera del camino, sin facturar, y con el riesgo
de que muchos deban cerrar sus plantas o bien despidan a centenares de
empleados.
Ellos -los gobernantes argentinos- siempre
aplican la vieja teoría de Perón ante cualquier conflicto: primero un mimo y
después una bofetada.
Desde este martes 7 de febrero, la República
Argentina armó dos bloques: uno, el de la mayor economía mundial (la Unión
Europea), y otro, compuesto por América Latina, que lucha con esfuerzo para que
nada empañe su estabilidad económica. Esta batalla diplomática solo significa
una cosa para las naciones de la región: el ingreso a un corral sin salida.
La Señora Presidente de la Nación Argentina
olvida o desconoce que los kelpers exhiben un ingreso anual de US$ 28.900 por
encima del que caracteriza a los británicos. Olvida la Señora Kirchner que
estos jamás admitirán vincularse a un país que no sabe cómo administrar sus
recursos, y mucho menos los ajenos. Tampoco considera que los habitantes de las
Islas saben perfectamente que, bajo sus pies, reposa un aproximado de 350
millones de barriles de petróleo: ellos serán los beneficiarios en el futuro.
La mandataria argentina, en esta renovada
actuación frente a los integrantes de su gobierno, los sindicalistas, un puñado
de veteranos de Malvinas que dejaron entrar, la totalidad del arco opositor,
las infaltables Abuelas y algunos empresarios, prometió presentar el tema en el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Organismo al que oportunamente
descalificara por "no hacer nada" y "profundizar los conflictos
actuales en todo el globo".
A posteriori, y acudiendo nuevamente a la
ONU, hizo la promesa de presentar el tema de las Malvinas, otra vez, ante la
próxima Asamblea General, durante el próximo mes de septiembre, denunciando la
militarización del atlántico sur...vaya novedad, hace 30 años que esta
militarizado .
Sin parpadear, también prometió a los
veteranos de la Guerra, la apertura de un Hospital para la atención de su
"salud mental", olvidándose de que ese nosocomio ya existe y que fue
anunciado el 5 de abril del 2010 en la localidad de Quilmes. Por cierto, fuera
de la Casa de Gobierno, los veteranos que no pudieron ingresar al recinto,
repudiaron el uso político que se hace de ellos, y mantuvieron en cautiverio -y
por un buen rato- a los invitados de la Señora Presidente.
No se olvidó la Presidente del Informe
Rattenbach, del que alegremente prometió su apertura y divulgación, cuando yo ,
uruguayo, lo tengo hace años, comprado en una librería de Belgrano.
Y para terminar, plagió a John Lennon
pidiendo al primer Ministro Inglés: "una oportunidad para la paz".
Ahora; Señor Presidente Mujica, ante tanto
disloque del poder arrabalero porteño, haga caso y concrete, en el 710 de la
Plaza Independencia, una seria y experimentada cumbre con los ex mandatarios
uruguayos. Ellos representan una usina de experiencia de ideas y conocen cómo
plantear una estrategia que plantee con firmeza la dignidad tanto de nuestro
país como la de nuestras instituciones.
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