“El juez del hombre es su conciencia”
Tanto el fiscal como la defensa volvieron a
pedir la absolución de Garzón, quien en 2008 se declaró competente para
investigar la causa de las más de cien mil desapariciones forzosas de la
dictadura comandada por Francisco Franco.
El juicio a Baltasar Garzón por investigar
los crímenes del franquismo concluyó ayer y se espera la sentencia del Tribunal
Supremo con fecha aún a definir. “El tribunal del hombre es su conciencia”,
dijo el ex juez de la Audiencia Nacional citando al filósofo alemán Immanuel
Kant. Garzón enfrenta una posible condena a 20 años de inhabilitación en sus
funciones. Está acusado por prevaricato –dictar sentencia injusta a sabiendas–
por la organización franquista Manos Limpias.
Tanto el fiscal como la defensa volvieron a
pedir la absolución de Garzón, quien en 2008 se declaró competente para
investigar la causa de las más de 100.000 desapariciones forzosas de la
dictadura comandada por Francisco Franco y la Guerra Civil española. La causa
radicada en 2006 en el Juzgado de Instrucción Nº5 de la Audiencia Nacional
había recaído sobre él.
“Mi conciencia está tranquila porque tomé las
decisiones que creía ajustadas a derecho. Investigar, perseguir y sancionar los
crímenes masivos de desapariciones forzadas y detenciones ilegales es la única
defensa que las instituciones creo que deben a las víctimas para que no se
produzca el olvido y la falta de memoria”, afirmó Garzón.
El fiscal Luis Navajas denunció graves
irregularidades en el proceso de acusación a Garzón, por cuanto el juez
instructor de la causa corrigió errores en el escrito presentado por Manos
Limpias. Además pidió que el TS aplique la Doctrina Botín, que considera nulas
las causas presentadas solamente por la acusación popular, y no por la
fiscalía. “Atentaría casi contra el principio de la independencia judicial.
Mandaría el mensaje de que sólo es tolerable la interpretación mayoritaria”,
consideró Navajas. “Sería patético y ridículo que Argentina tenga a una jueza
dedicada a investigar los crímenes del franquismo (María Romilda Servini de
Cubría) y aquí se esté juzgando al juez que quiso hacerlo”, aseguró.
Su abogado defensor, Gonzalo
Martínez-Fresneda, se extendió durante dos horas en la exposición de su informe
final y comenzó su intervención centrándose en el hecho de que Garzón archivara
en 1998 una querella interpuesta en su juzgado por la matanza cometida en el
pueblo madrileño de Paracuellos del Jarama en 1936. Según él, ello no es
comparable jurídicamente con la causa que abrió por las desapariciones durante
la dictadura. Según dijo, la sala toleró durante la prueba documental la
lectura del auto en el que Garzón archivó la querella.
“Ello no es suficiente para que la acusación
vuelva a introducir por la puerta falsa y en fraude procesal este elemento que
ha quedado sin género de dudas fuera del objeto de este procedimiento, después
de que Manos Limpias con absoluta sumisión lo excluyera de su escrito de
acusación siguiendo las instrucciones del instructor Luciano Varela”, fustigó
Martínez-Fresneda. Según él, la querella interpuesta en 1998 formó parte de una
contraofensiva por haber aceptado la Audiencia Nacional hechos relativos a las
desapariciones en Argentina o el caso del ex dictador chileno Augusto Pinochet.
Otro de los puntos centrales fue la Ley de Amnistía de 1977 que, según la
defensa, es mal interpretada por la acusación, ya que este perdón no estaba
dirigido a los crímenes cometidos por el franquismo, sino a la violencia de
ETA.
En tanto, la acusación, que fue la primera en
presentar sus conclusiones, ratificó su pedido de pena de 20 años de
inhabilitación, al afirmar que Garzón prevaricó porque sabía que no era
competente. Su propósito era infringir la legalidad y las normas de competencia
para dar respuesta distinta a hechos idénticos, sostuvo el abogado de Manos Limpias,
Joaquín Ruiz Infante, en referencia a la matanza de Paracuellos y los crímenes
del franquismo.
Por su parte, Garzón recordó que una vez que
la Sala en lo Penal de la Audiencia Nacional decidió que los hechos no eran de
su competencia, todas las actuaciones se paralizaron y acordó inhibirse en
favor de los juzgados territoriales, que por ubicación de las fosas o por las
denuncias de los querellantes podían tener la competencia.
“Se hizo en cumplimiento del mandato judicial
para dar protección a las víctimas”, añadió. Garzón dijo que se puede compartir
o discrepar con su criterio, pero entendía que sus resoluciones son defendibles
de acuerdo con la jurisprudencia nacional e internacional. En ese último ámbito
enmarcó la interpretación jurídica que utilizó para investigar unos hechos
criminales masivos que tienen carácter permanente, ya que en muchos casos se
desconoce el paradero de las personas desaparecidas durante la Guerra Civil y
el franquismo. Antes de que hablara el juez, la Fiscalía mostró sus dudas sobre
las verdaderas intenciones de Manos Limpias al querellar contra Garzón por
prevaricación y se preguntó si, de haber sido otro juez el que hubiera
investigado los crímenes del franquismo, la acusación popular habría actuado
del mismo modo.
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