Pedro BORDABERRY
No conozco al Sr. Tinetto, el nuevo director de
Secundaria. Quiero, creo que queremos todos, que tenga una buena gestión.
Pero empezó mal.
Sus primeras declaraciones sobre la Educación secundaria
fueron “no creemos que la situación sea tan grave”.
Veamos algunos números que nos hablan de la
situación en que nos encontramos.
El 43% de los alumnos de primer año de la Educación secundaria
pública de Montevideo repiten. En el 2002, el 31% repetía.
La situación era muy grave en el 2002. Diez años
después es muy grave, desesperante.
En el año 2004 teníamos 238 mil alumnos en la Educación secundaria
pública. En el 2009 bajaron a 228 mil. Son diez mil muchachos menos en la
educación media pública.
Eso es grave, muy grave.
Sólo el 10,7% de los alumnos provenientes de los
hogares 20% más pobres culminan hoy el segundo ciclo de la enseñanza media.
En el otro extremo el 78,5% de los estudiantes
provenientes de los hogares 20% más ricos terminaron el segundo ciclo de la
enseñanza media.
Estamos condenando a quienes nacen en los hogares
con menos ingresos a no tener las oportunidades que tienen otros. Si uno nace
en un hogar del quintil de menores ingresos solo tiene un 10% de posibilidades
de terminar los estudios secundarios. Si uno nace en un hogar del quintil de
mayores ingresos, tiene un 80% de posibilidades.
Estamos a más de cien puntos de Finlandia, Corea y
Canadá en todas las escalas de las pruebas PISA. Se estima que 40 puntos
equivalen a un año de atraso.
Dos años y medio atrás de ellos.
Estamos debajo de Chile en todas las pruebas.
Estamos mal.
Tan mal que el propio Presidente de la República acaba de
remover a la
Subsecretaria de Educación y a directores de los organismos
de la Educación.
La situación es grave y por eso es que todos los
Partidos estamos buscando soluciones y apoyándolas.
No me quiero quedar en las críticas, ayudar al
Prof. Tinetto y sus compañeros con propuestas.
Estamos convencidos que hay que retomar y
profundizar una que fuera iniciada en la época de Germán Rama.
La misma puede llevar a que Uruguay tenga el doble
o el triple de liceos que tiene hoy. O más, si se es valiente.
Sin mayor inversión.
Para ello se debe recurrir a la reserva más grande
que tiene el país que son las maestras (y maestros) de escuela.
No se enojen los hombres pero me gusta decir
maestras porque el 92% son mujeres, y uno las ve, las mira, las admira, en esa
tarea formidable de formación de nuestros niños.
La maestra de escuela, educadora, madre, apóstol
vareliana.
Son la reserva de la nación y en estos momentos de
crisis debemos recurrir a ellas.
La propuesta es sencilla pero tiene unos efectos
enormes: a las escuelas urbanas se les suma los grados 7º, 8º y 9º. Los niños
que terminan 6º en lugar de ir a otro local a un liceo para cursar 1º, 2º y 3o,
utilizarían el mismo local de la escuela al que concurren pero para cursar el
7º, 8º y 9º.
En cada lugar donde hay una escuela puede haber un
liceo. No es necesario construir uno nuevo sino aprovechar el horario libre de
la escuela ya existente, aumentando así la oferta actual de la educación media.
Hay 2356 escuelas en el Uruguay y sólo 287 liceos.
Hay una gran deserción y abandono en la educación media por el golpe que
significa cambiar de una maestra a trece profesores. De un local en el que al
alumno se le conoce por el nombre de pila a uno en que muchas veces es un
número o simplemente una cara.
Muchas veces, además, el liceo queda lejos del
hogar de quien iba a la escuela de la zona, por lo que además del
aprovechamiento de la infraestructura, se facilita el acceso de los alumnos.
Ni que hablar que se construirá una comunidad
educativa distinta, con sentido de pertenencia y, además se mejorará el ingreso
de las maestras.
Como sucede en la educación privada en que las
escuelas y los liceos se encuentran en el mismo lugar.
Esta experiencia ya se lleva a cabo, desde 1997, en
la educación pública en las zonas rurales. Los resultados son excelentes y en
muchas evaluaciones los alumnos de los 7os, 8os y 9os, obtuvieron mejores
resultados que los de 1º, 2º y 3º de liceo.
Para ello resulta esencial volver a la propuesta
Rama de enseñar por áreas y no por asignaturas, capacitar a las maestras y
tener valentía para tomar decisiones.
Antes de esto es bueno reconocer que estamos mal
para así, con humildad, poder mejorar.
Suerte Tinetto, la suya será la de miles de
muchachos y del futuro del Uruguay.
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