Autonomía y descentralización

Cr. Atilio Amoza

Atilio Amoza <atilioamoza@gmail.com>

En el ámbito de la educación, el concepto de autonomía era hasta hace poco considerado prácticamente un axioma. No deja de tener sus razones. Abundan los argumentos en ese sentido. En el presente artículo quiero concentrarme en analizar dos sistemas con diferente grado de autonomía.

Por un lado tenemos la educación universitaria y por otro el resto de la educación pública administrada por la Anep.

En el caso de la Udelar, esta es completamente autónoma en el sentido que son los universitarios quienes eligen las autoridades. Cabe recordar que ese modelo surgió a principios del siglo XX en Córdoba, Argentina. El único aspecto en el que pierde cierta autonomía es en el aspecto de sus recursos. Esto es debido a que los recursos son finitos, y no solo de educación vive un país. También se necesitan recursos para salud, infraestructura, etc. Ahí es donde los legítimos representantes de la sociedad, o sea el gobierno, tiene potestad para definir qué cosas son posibles y cuáles no.

Las autoridades de la Udelar a grandes rasgos corresponde la mitad al orden docente y las dos cuartas partes restantes corresponden a estudiantes y egresados.

Tengamos en cuenta que casi la totalidad de los docentes viven en Montevideo. Si suponemos que la mitad de egresados y estudiantes son del interior nos daría que el gobierno de Udelar corresponde en un 75% a residentes de Montevideo (50% por docentes y 25% por egresados y estudiantes). Y el 25% de estudiantes y egresados que le corresponde al interior está compuesto por personas que de una forma u otra lograron superar el problema de la descentralización. Eso significa que son personas, me incluyo, que no sufrieron el problema de querer tener estudios superiores y no poder tener acceso a ello.

Como primera conclusión podemos decir que el interior en los hechos está sub representado en la gestión de la Udelar.

No es así a la hora de financiarla, ya que todos los ciudadanos aportamos, tanto los que Rivera como los de Montevideo.

En lo personal no me gustaba la frase que continuamente se repetía "ahora cuando consigamos el 4.5% podremos atender la descentralización". Implícitamente con esa frase se decía que primero se debía atender Montevideo y luego el Interior.

La descentralización debería ser en teoría independiente del presupuesto. Se puede decir también que el presupuesto para el Ministerio del Interior es limitado, de todos modos hay servicio policial en todo el territorio, hay cuarteles de bomberos en todo el territorio, etc.

Vayamos ahora a ver qué sucede en la Anep.

Esta no es autónoma. Sus directivos necesitan venia parlamentaria. Y en el parlamento los del Interior podríamos llegar a tener una sobre representación ya que a cada departamento le corresponde un mínimo de dos diputados.

¿Que obtenemos como resultado?

Que los servicios estatales educativos están bien distribuidos en todo el territorio. Quizá la escuela pública sea el servicio estatal con mayor presencia geográfica en todo el país. Las causas pueden ser más de una. Pero quiero concentrarme en el aspecto de las venias parlamentarias.

Cuando por ejemplo hace falta un liceo o escuela en algún pueblo del Interior, los diputados (cualquiera sea el partido al que pertenecen) hacen gestiones ente los directivos de la Anep para conseguir esa escuela o liceo que falta. El mecanismo de la venia hace que los  directivos sean receptivos a los planteos que les hacen los representantes. Pues en cierta medida cuando va un diputado a hablar con alguna autoridad de la enseñanza no universitaria, quien va es un miembro de un órgano superior. Las dificultades que se enfrentarán serán las "naturales", burocracia, recursos, pero el reclamo de los representantes es tenido en cuenta.

En cambio en lo que refiere a Udelar, las autoridades departamentales y los representantes poco y nada pueden hacer más que ser diplomáticos.

La evidencia empírica indica que aquellos servicios más autónomos presentan mayor concentración en Montevideo que el resto de los servicios estatales.

Este es uno de los motivos por los cuales se debería analizar la manera en que toda la sociedad (que es quien la financia) tuviera su voz y voto en la gestión de los servicios universitarios públicos.