Senador de la Lista 1001, Oscar López Goldaracena
Escribe Mariano Tucci
¿Cómo define usted la participación y la incidencia política del espacio 1001 en el gobierno nacional?
El espacio 1001 esta contribuyendo desde muchos aspectos desde una visión de conciencia crítica en lo que es la marcha del proyecto de izquierda. Muchos de los cuales entendemos deben ser profundizados y muchos de ellos están en vías de implementación. Hay propuestas del espacio 1001, la propuesta del frigorífico nacional, de un ente pesquero….
Perdón, las propuestas referidas, han quedado un poco de costado en cuanto a las reformas proyectadas por el gobierno…
Desde un punto de vista crítico estamos tratando de convencer de la necesidad de transitar hacia la izquierda, en el sentido de que la transformación real de las estructuras de producción merece ser concebida en un marco de tránsito hacia reformas que se pueden implementar.
¿Pesa la opinión negativa de Danilo Astori y Asamblea Uruguay en estos temas?
Indudablemente, son opiniones que pueden estar en contradicción con algunos de los postulados que nosotros sostenemos. Nosotros los vamos a seguir defendiendo y tratando de convencer sobre aquellos proyectos que incluso están en el programa.
¿Cómo se amalgaman las propuestas que están insertas en el programa de gobierno que la ciudadanía respaldó masivamente en las urnas, con la visión de una porción importante del Frente Amplio, alineada básicamente en el denominado “Frente Líber Seregni” que está en contra de algunas de esas iniciativas?
Nosotros creemos que en la propia interna del gobierno se tienen que ir dado los pasos para que la fuerza política quede como usted bien dice, amalgamada y encolumnada detrás de las propuestas que nos comprometimos con la ciudadanía. Tarde o temprano esas propuestas van a quedar instrumentadas.
¿Eso significa que ha habido avances en la negociación de las propuestas referidas con los sectores llamados “moderados”, de la fuerza política?
Tiempo al tiempo. Yo soy optimista. Aquí nadie puede creerse dueño de la verdad. Tenemos que construir entre todos.
¿Le preocupa la adquisición de prácticas clientelísticas atribuida históricamente a los partidos tradicionales, por cuadros políticos y funcionariales, dentro del estado con un gobierno de izquierda?
Tal cual esta desarrollada la pregunta, de existir, por supuesto que me preocupa. La alta profesionalidad en el desempeño de la función pública…
Hay casos concretos…
Si existen prácticas en las que se practican un egoísmo personal por encima del interés público no se esta cumpliendo la función publica a satisfacción.
Usted es defensor de los derechos humanos. Recordemos que antes y durante el proceso. Hubieron caídos en los dos bandos, en la izquierda organizada y también en las fuerzas armadas. ¿Cómo hace usted como abogado y dirigente político implicado en este proceso tan lejano en el tiempo, pero tan sentido por los uruguayos, para defender los interés de un sector, sabiendo que del otro lado también hubieron muertos, torturados y desaparecidos?
En primer lugar, no comparto desde el punto de vista histórico la tesis de que hayan existido dos bandos. Acá existió un Estado, un aparato estatal e incluso un aparato paraestatal actuando bajo la aquiescencia del propio aparato estatal, que ejerció el poder de manera ilegítima. Y así lo declaro el propio Parlamento nacional.
Cuando el edificio de nuestro Estado de derecho, se fue derrumbando, cuando se le fueron sacando ladrillos y se terminó cayendo, hubo un ejercicio abusivo del poder. El Estado es el que tiene que garantizar los derechos humanos, en una hipótesis de conflicto o de no conflicto.
Sin embargo hay historiadores que dan cuenta de que un movimiento revolucionario incipiente en los albores de los 60, -sobre finales del segundo colegiado blanco-, se levanta en armas frente aun gobierno republicano, democráticamente instituido, el MLN para ser más preciso… hay una parte muy importante del Uruguay que siente y vive la historia de esta manera convencidos de que el MLN es previo al golpe…
Usted lo esta diciendo con mucha claridad, “hay uruguayos que sienten”, lo que tenemos que ver es cual fue la efectiva realidad…
¿Se apartan de la realidad esos uruguayos?
La realidad histórica demuestra que el Estado se fue vaciando a partir de la aplicación sistemática de las medidas prontas de seguridad, y si alguien se alza contra un estado de derecho republicano, esta cometiendo un delito, no viola los derechos humanos, esta cometiendo un delito, y a esas personas que cometieron delitos se les debe tratar de acuerdo a las propias normas y principios del estado de derecho…
Entonces, en su opinión el MLN cometió delitos.
En el marco institucional de la época, nosotros lo hemos dicho incluso lo hemos escrito, se cometieron delitos, y esos delitos fueron juzgados de una forma en la que no debieron ser juzgados, y al haber habido un apartamiento de las normas y principios del Estado de derecho, por ejemplo, nadie puede ignorar, nadie hoy cuestiona, la práctica de la tortura en aquellas personas que eran detenidas eran un elemento corriente, usual.
La peor represión que sufrió, al margen del derecho, por ejemplo el MLN, como uno de los tantos grupos de la época, son violaciones a los derechos humanos, porque un gobierno democrático, por ejemplo, no puede recurrir a la tortura ni al asesinato, ni siquiera cuando violan la ley.
El Partido Comunista apoya los comunicados 4 y 7 de las fuerzas armadas. ¿Conciente esta afirmación?
Eso se lo tendría que preguntar al Partido Comunista.
Pero usted es un gran conocedor de la historia…
Es sabida la opinión sobre este tema de los compañeros. Nunca hubo un apoyo al golpe de Estado. Es más, desde el golpe de Estado en adelante, el Partido Comunista fue el enemigo referencial del régimen. Eso es un disparate.
¿Como se explica la insistencia política, cuando el pueblo masivamente en dos oportunidades, dice en las urnas “la ley de caducidad se mantiene”?
El pueblo no voto, ni esta de acuerdo, ni legitimó la desaparición forzada, ni las torturas. El pueblo no voto la ley de caducidad, en el último plebiscito no pudimos obtener los votos para el instrumento propuesto para anular la ley de caducidad. Esto no quiere decir que la ley de caducidad pase a ser legitimada desde del punto de vista ontológico.
En este caso no queda legitimada ni se desconoce la voluntad popular, al contrario (…)
Nosotros no pudimos convencer a nuestros colegas del Frente Amplio de anular la ley de Caducidad por el mandato del derecho, por lo tanto hemos contribuido para que el proyecto que se va a presentar permita cumplir con las normas internacionales y con los principios inderogables del derecho internacional que obligan a juzgar este tipo de crímenes, pero no se trata de lo que hubiéramos querido.
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