Mario PIRIZ
El excesos de agua por lluvias, la rotura de caños de la red de distribución de OSE, la falta de saneamiento y como consecuencia, pozos negros desbordados y la misma proliferación de aguas negras aún por calles con pavimentación asfáltica, siguen siendo parte de la cotidianidad de inmensas zonas de nuestras ciudades.
La propia calidad del agua potable preocupa a muchos riverenses, al menos en barrios, donde el agua luego de hervir, va dejando una costra blanca en calderas y en recipientes diversos. Sería producto del tratamiento de potabilización, pero preocupa porque es una sustancia extraña que no se sabe las repercusiones que puede tener en la salud de quienes consumen, al menos a largo plazo.
Pese a estos manchones negros en la realidad del agua potable y el saneamiento en Rivera, es justo reconocer que en la última década se han dado pasos muy importantes en materia de distribución de agua y en la extensión de la red de saneamiento a más del 70% de la población.
La red de desagües pluviales y la limpieza del Cuñapirú han solucionado en parte las inundaciones, aunque las aguas siguen bajando turbias arrastrando toneladas de basuras producto de la falta de conciencia ambientalista de un enorme sector de la población, que sin el menor escrúpulo tira bolsas de basuras en todos los cursos de agua aún los situados en la zona suburbana.
Esa misma falta de conciencia y educación medioambientalista, cimentada en la ignorancia o falta de información, el egoísmo y el individualismo dominante, es lo que lleva a que muchos propietarios aunque cuando pase por el frente el saneamiento, sigan empleando los pozos negros y con los caños de desagües de aguas negras hacia la calle.
El manejo irracional tanto del agua potable como de las aguas residuales, va a contramano de la institucionalización universal del concepto de que el agua, es el “oro azul” del siglo XXI, así como el petróleo fue el “oro negro” del pasado siglo. Esencial para la vida, el agua fue adoptada por una resolución de la Asamblea General de la ONU del mes pasado como “derecho humano básico”.
“Mal de muchos, consuelo de tontos”, dice el dicho popular, pero hay que reconocer que el manejo del “oro azul” como una vulgar baratija sujeta a la irracionalidad de los seres humanos y sus gobiernos, sigue imperando en gran parte del universo.
Así lo reconocen los más de 2.500 especialistas reunidos en la Semana Mundial del Agua que se lleva a cabo en Estocolmo – la capital verde de Europa – abordando el tema "Respondiendo a los cambios mundiales: El desafío de la calidad hídrica". Los mismos sostienen que los problemas del agua “uno de los recursos naturales más finitos del mundo sino no se resuelven pronto, el futuro será devastador: escasez de agua, contaminación, sequías, inundaciones, desertificación y enfermedades”.
En la ceremonia inaugural, el director ejecutivo del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo, Anders Berntell, advirtió: "El agua de mala calidad mata a más personas que el VIH- SIDA, el paludismo y las guerras juntos, afectando las vidas de las familias y el desarrollo económico de muchos países. También vemos cada vez más que los ecosistemas y sus servicios son degradados por la contaminación, que afectará todas las funciones de la sociedad".
"La mala calidad del agua afecta las vidas humanas y los medios de sustento, además del funcionamiento de los ecosistemas, del mismo modo que la falta de agua", agregó Berntell. Asimismo expertos advierten sobre la creciente falta de agua dulce, pese a la percepción contraria que tenemos acá en la frontera. Sin dudas nos dirigimos a una crisis hídrica de dimensiones universales que tarde temprano golpeará a las puertas de nuestra aldea.
Se espera con gran expectativa que el conglomerado urbano Rivera Livramento en breve tiempo pueda disfrutar del cien por ciento de saneamiento. A propósito de estar sobre un área de afloramiento y recarga del acuífero Guaraní, se encuentra en curso de elaboración, por parte de personalidades riverenses, un proyecto de saneamiento total a ser presentado a las máximas autoridades del Mercosur, Naciones Unidas y el propio Banco Mundial. Todo indica que la iniciativa tendrá éxito, en especial porque es precisamente la falta de saneamiento, el principal riesgo de contaminación existente.
Pero con o sin recursos externo, aún hay mucho por hacer de parte de los 200 mil habitantes de esta por hoy bendita frontera de la paz. El camino de la educación sistemática está recién empezando.
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