Por Cesar García
Tengo la convicción que los partidos políticos no han analizado en su real dimensión la idea de nombrar Delegados del Gobierno Nacional a nivel Departamental.
Esta iniciativa que bien podría verse como una reedición de los “Comisarios Politicos” o de “Delegados del Partido”, a la usanza de los Comunistas en la vieja URSS, refleja, por un lado, un componente casi esquizofrénico de parte del Presidente Mujica por controlar la labor gubernamental de quienes son autónomos, es decir las Intendencias, haciéndolo con procedimientos voluntaristas y carentes de institucionalidad, y por otro, un querer hacer desmedido en función de la necesidad de formar cuadros directivos para cuando el Presidente ya no esté, sea porque su mandato terminó o porque su ciclo vital llegó a su fin. Es algo así como pretender que el MPP se reorganice y perdure más allá de lo que pueda sucederle al Frente Amplio como partido de gobierno y al propio Mujica.
Es por eso que este asunto debe abordarse desde varios puntos de vista: desde el ángulo legal de la propuesta, desde un posible enfoque sociológico de la iniciativa y hasta desde el enfoque político que toda iniciativa procedente de Mujica requiere por sus cualidades creativas. E insisto en esto: el Presidente no dice nada de causalidad; para el Presidente el Poder es Gobernar, y Gobernar supone, ara él, hasta abrazarse con las culebras si es necesario. A su propio decir “no le hace asco a nada”.
¿Qué sucederá con la Comisión sectorial de Descentralización a la luz del trabajo de los “Comisarios Políticos del Presidente”?
Si lo que busca Mujica es profundizar vínculos entre los hacedores de su Gobierno y los Gobiernos Departamentales, esta Comisión de rango constitucional creada para que Ministros e Intendentes interactúen obligadamente por la razón de sus gestiones, perderá significado, se transformará en algo intermedio, porque lo sustancial, lo trascendente, será la gestión del “Comisario” y las buenas prácticas que éste pueda concretar.
Pensemos a nivel territorial. Dónde pueden encontrarse las causas de las fallas de una gestión, en un escuela que no recibe sus útiles, sus libros, a la que no le llega el agua potable su está en una zona rural, a la que los niños no pueden acceder porque no tienen ómnibus comunitarios para sus traslados, o en las Oficinas de Montevideo donde se digitan las políticas públicas que viabilicen las soluciones.
Y sigamos en el plano territorial: puede un Comisario mejorar una gestión política, por ejemplo en la Salud Pública, haciendo que haya una ambulancia apta para la atención de urgencia, o que se instale un CTI en Rivera en vez de tener que apelar al de Tacuarembó que está a más de 140 km de distancia. Seguramente la solución también esté en Montevideo, porque es en la ciudad capital del país donde se deciden las políticas macro a nivel de Salud, donde se asume más importante tal o cual zona para que haya una atención más profunda y apta. Recuerdo no hace más de tres años un caso sucedido en las afueras de Flores de un accidente automovilístico en donde la asistencia tuvo que valerse del portaequipajes de un ómnibus interdepartamental de línea que pasaba causalmente por el lugar, al no contarse con la concurrencia de una ambulancia sin chofer ni llaves para hacerla funcionar en el centro de la Ciudad de Flores. De paso, vale destacarlo, ni la emergencia del 999 estaba descentralizada, por lo que la llamada de auxilio entró primero en Montevideo para ser derivada tiempo después a Flores.
De ser todo esto así de simple y cotidiano, ¿qué busca el Presidente con sus Comisarios?
Yo prefiero creer en los hechos para no decepcionarme dentro de un tiempo con buenas intenciones que no eran tales. En lo personal creo que el MPP del Presidente Mujica busca reactivar liderazgos locales que compitan abiertamente con el Intendente, para de esta manera –presencia logística mediante- generar espacios de confrontación ideológica y posicional rumbo a los comicios que vendrán y que determinarán si el revés del Frente Amplio fue coyuntural en las últimas elecciones municipales, o constituyó el principio del fin del período de gobierno frenteamplista.
La historia marcará el rumbo y los hechos serán incontroversiales; mientras tanto asumamos que la política no es el arte de hacer, sino de llegar de modo más efectivo a las masas. El –hacer- sin duda, vendrá después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario