Por Prof. Carmelo Vidalín Aguirre
Representante Nacional
Los políticos ilustrados, los centros educacionales y científicos, los hombres de conciencia liberal, tratan de servir el progreso mediante la preparación en condiciones en las que el hombre pueda desenvolver plenamente las fuerzas de su mente, las energías físicas y las potencias de su voluntad, en libre vuelo hacia metas que traduzcan un mundo mejor. La cuestión se plantea en términos del cuidado de las actuales y forja de nuevas instituciones.-La educación y los conocimientos han de armonizar en la formación de personalidades bien dispuestas para el respeto de las normas de convivencia en sociedad, a las leyes y a la comprensión, fraternidad y solidaridad humana.- Esas serán las bases para forjar la sociedad ideal que todos aspiramos.-La brega por las modificaciones sociales comienza en la escuela y se proyecta a través de las aulas hasta los recintos de las autoridades legislativas y del Poder Administrador que, a su vez tiene la obligación de interpretar el pensamiento y el sentir de los que con su trabajo, contribuyen al desarrollo del país.-
Creo que más que sugerencias a las nuevas generaciones de uruguayos, quienes tenemos la enorme responsabilidad hoy ,de actuar en el campo político, tenemos que reflexionar, si realmente con nuestro accionar estamos contribuyendo con las instituciones, para evitar errores del pasado que tanto costaron al país, en forma tal de allanar el camino para las nuevas generaciones.- Es responsabilidad impostergable que tenemos quienes fuimos distinguidos con el voto del gran soberano que es el Pueblo, instrumentar los mecanismos para otorgar al País las mejores herramientas que enriquezcan los métodos y promuevan escenarios aptos para el mejor funcionamiento de las instituciones democráticas en directo beneficio de nuestros compatriotas.
Uruguay fue forjado en función de una base de excelencia por hombres que dejaron hasta su vida en aras de las mejores cosas para el país.-No fue casualidad que en su momento fuimos catalogados como “La Suiza de América”, lo que fue logrado seguramente con el valioso concurso de emigrantes que llegaron con ansias de progreso, aportando esfuerzo, sacrificio personal, trabajo, responsabilidad familiar y cultura.- Los años han pasado y hemos perdido valores que necesariamente debemos recuperar y volver al grado de excelencia que una vez tuvimos. Tenemos que valorar nuestras cosas y recrear la obra de los brillantes hombres que nos precedieron para fortalecer la identidad nacional; valor que tiene mayor dimensión que las riquezas naturales o la dimensión territorial.
Debemos hacer que la ciudadanía recupere en plenitud la confianza en el sistema político y ello se logra con el ejemplo del trabajo diario, de entrega total a la causa pública, de austeridad, de diálogo; de saber escuchar al otro y sacrificando posiciones personales en aras de lo colectivo.-
Será ese el escenario ideal que debemos forjar para que las nuevas generaciones puedan preparar sus propias y nuevas victorias.-
Nuestra confianza en el porvenir no se basa en la esperanza de lo que mañana podrá hacerse, sino en la convicción de que, desde ya contamos con fuerzas propias y legítimas, para ganarle al atraso y a las causas negativas, que frenan el progreso y son caldo de cultivo para aventuras que atenten contra el sistema democrático.
La idealidad democrática clara y pura que luce en la gesta artiguista y en los dictados y ejemplo posteriores de personajes de los partidos llamados tradicionales, que modelaron la conciencia liberal de la República , se proyecta al porvenir con firmes rasgos, determinantes de que podemos facilitar la convivencia de las futuras generaciones.
El pueblo de Artigas es heredero de glorias y es forjador de conquistas que, en el futuro tendrá que servir para confirmar el vigor de la vocación nacional de independencia, de justicia, dignidad y de valoración de las cosas de este bendito país, teniendo siempre presente la dignidad cívica con la cual naciera la República.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario