En el barrio Peñarol de Montevideo hay un bastión del Partido Colorado que no conocemos tantos colorados como merece. Se trata de una casa destinada históricamente a centro de reunión, club y – actualmente – custodia de numerosos recuerdos históricos impresionantes de la Historia de nuestro Partido.
La construcción, de 125 años de antigüedad, fue adquirida por la familia Bagalciague en el año 1939 y desde 1931 ha tenido actividad militante colorada. Desde antes de esa fecha y no se sabe exactamente hasta cuándo funcionó también como una pensión (destino abandonado hace varios años), de ahí la serie de habitaciones que salen al patio abierto de la casa. Actualmente es Ana Bagalciague, militante trabajadora y destacada de nuestro Partido, quien se encarga de mantener vivo ese reducto.
Durante el golpe de Estado de 1933, los colorados no golpistas del sindicato ferroviario se reunían en el sótano de la casa, que tenía un pasadizo de salida que llaman “el túnel” (de reciente reconstrucción histórica) que comunicaba a la casa con la vía del tren. Saliendo de a uno por dicho lugar pudieron burlar mucho tiempo a la policía que no entendía los movimientos “sospechosos” de la Casa. El mencionado sótano, por disposiciones municipales debió ser rellenado tiempo atrás, y se encontraba donde actualmente está la sala de recepción y escritorio con el cuadro de una multitud colorada ¡maravillosa obra de la cual se desconoce su autor!
Desde su adquisición, don Roberto Bagalciague, un verdadero trabajador del Partido, de reconocida y admirada trayectoria como dirigente, centralizó en ella toda una serie de actividades de los múltiples clubes que lideró en Montevideo (más de 70), que reunía en la Liga de Clubes en reuniones colectivas de coordinación.
A iniciativa de Dante Nieves, presentación realizada por Lucio Cáceres ante el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado, se resolvió en junio de 2001 que fuera denominada “Casa Histórica del Partido Colorado” y el 15 de octubre del 2001 se constituyó y sesionó en dicho emplazamiento el CEN, conmemorando dicha declaración.
Son innumerables los recuerdos que guardan esas paredes en sí mismas, por su Historia, tanto como en su superficie. Muchísimos de los objetos, cuadros, fotos, afiches, listas históricas son del propio acervo de los Bagalciague, corazón batllista de generaciones que han sentido al Partido Colorado con pasión. Pero también son contribución de numerosos militantes, amigos y familias de personalidades del Partido que reconocen la labor que desempeña el club y el valor sentimental de la colección.
Ana Bagalciague se encuentra liderando desde 1987 la actividad de esta Casa Histórica que es un club, de los que hablaba Don Pepe Batlle: un pulmón del Partido. Si bien ella y un valioso grupo de partidarios se encuentran pendientes de mantener lo más aproximado a su época la construcción, no ha dejado en los últimos 81 años de funcionar como club político: incluso durante el gobierno de facto. Por eso los militantes batllistas que se acercan al club van a encontrar, además del ambiente de correligionarios con quienes hablar libremente y sentirse entre amigos, apoyo en temas de asesoramiento de vivienda, BPS y demás cuestiones, además de cursos de capacitación en artesanías, máquina y otras destrezas. Un verdadero club batllista.
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