Alcaldías, las incertezas de lo nuevo

Por Elizabeth Rodríguez
La nueva ley que originó la creación de los municipios, es hasta ahora una incógnita en la implementación, pues aunque en el papel los roles de los distintos actores políticos están definidos, en la práctica hay que esperar para ver como se manejara cada alcaldía, teniendo en cuenta que cada caso tiene una realidad diferente.
Si partimos de la premisa que Descentralizar es transferir funciones desde organismos gubernamentales superiores hacia otros jerárquicamente inferiores, esta premisa nos permite interpretar que la intención es promover la participación y el contralor de la ciudadanía hacia los organismos objetos de la descentralización, pero implementar este sistema requiere tiempo, preparar la estructura administrativa, en fin requiere un proceso que prepare el camino a la instauración de este nuevo nivel en la administración municipal.
Quizá los pobladores de los distintos municipios, no sientan la diferencia en el accionar administrativo rutinario, en las funciones, en el servicio que reciben habitualmente, pues este debe seguir realizándose, quienes si van a sentir la diferencia serán los nuevos alcaldes, ya que a partir de ahora deberán conformar la estructura administrativa acorde a las necesidades y a la atribuciones que la ley 18.567 designa a los municipios creados.
Nosotros creemos que esta ley fue aprobada muy a la ligera, sin una base sólida que diera la certeza que su implementación proporcionará resultados satisfactorios para las comunidades donde se instalarán, fue más por un apremio del gobierno progresista, que avizoraba una posible derrota electoral en las elecciones municipales, lo que finalmente sucedió, y en definitiva hay que considerar que esta ley ahora está y como fieles cultores de la legalidad, los uruguayos debemos convivir y tratar de hacer lo mejor para cumplirla.
Desde el punto de vista político, las dificultades se van a acumular en el devenir de los días, pues es sabido que todas las Intendencias tienen inconvenientes financieros para cumplir con las atribuciones normales, ahora se les carga con otra erogación, la de tener que destinar parte de sus presupuestos a los nuevos municipios, así como proveer recursos humanos, capacitación y asesoría en la instalación de las esas estructuras.
Desde el punto de vista de la participación ciudadana, esta ley trató de acercar la democracia al pueblo, cosa que alentamos como positiva, pero las fallas en la legislación electoral forzaron a los ciudadanos a elegir dentro del lema, frustrando en muchos casos la elección de ciudadanos que tenían todas las condiciones de dirigir los municipios.
Como forma de mejorar los servicios, es un instrumento ideal para fomentar la participación ciudadana, para acercar al Estado al ciudadano, pero para poder instalarla es necesario mas que un apremio electoral, es necesario usar la razón y ponderar las distintas realidades que viven cada una de las comunidades, además de tener en cuenta las nuevas estructuras administrativas, la capacitación de sus integrantes para que la transferencia de funciones se mantenga y que los servicios mantengan la habitualidad.
Son muchos peros e incertezas que dejan esta nueva ley, esperamos que las nuevas autoridades tengan la capacitad administrativa y política para hacer funcionar este nuevo engranaje de funciones del Estado.

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