PLUNA, las empresas y el Estado

En las nubes En Uruguay ha cambiado el temperamento de muchas cosas. Se debate poco, se critica mucho y hasta el propio partido de gobierno ha asumido la paradójica labor de ser defensor y opositor de sus propias ideas. Ha reconocido, en ese rumbo, que el gobierno ha sido capaz de “fagocitar” al partido, idea, término y hasta rasgo acuñado por el Dr. Enrique Tarigo allá por 1987 en relación al Partido Colorado, y su conducción en el marco del primer Gobierno batllista venida la nueva democracia. Pero las cosas van cambiando y como carro en el que se acomodan los zapallos casi solos, los frenteamplistas han resuelto ordenar su casa (o al menos su colcha de retazos), llamando a elecciones internas para votar a alguien que intente poner orden, asignando a cada uno su lugar en un mundillo que viene llamando a todos los frenteamplistas para trabajar en las cosas de un gobierno que ha dejado mucho por hacer. El paso del tiempo es inexorable, como también la caída del argumento de que la “culpa” es del antecesor, cuando quien precedió la conducción y gestión gubernamental ha sido el propio partido político al que pertenecen las actuales cúpulas del Gobierno. PLUNA es un ejemplo clarísimo de un doble discurso constante, variopinto y hasta desproporcionado entre el hacer y no hacer al frente de esta empresa aeronáutica, con capitalizaciones con claroscuros, compra de aviones inconvenientes, compromisos para el Estado y la exageración en la forma y fondo de un modo operativo que dejó las obligaciones en manos del Estado uruguayo y los derechos en poder de los agentes privados. Hoy se habla de desvíos y hasta vaciamiento de la empresa por parte del socio privado de PLUNA. La evidencia, al menos, pone en tela de duda el sano juicio del administrador para no caer en la bancarrota actual. Pero la verdad verdadera, esa que sale de los números objetivos, de los compromisos generados por fideicomisos que comprometen la venta de pasajes en Brasil y Argentina como los dos focos más importantes de venta, a lo cual hay se adiciona el desprestigio consecuencia del trascendido público de lo ventilado en el Parlamento, son apenas algunos escollos de un entuerto que empezó perdiendo el Argentino Hotel de Piriápolis al haber sido puesto como garantía de la operativa aérea, y ahora con los millonarios créditos a sola firma a PLUNA por parte de ANCAP, donde el Estado sigue, de modo intransferible, siendo el basamento de una empresa privada más estatal que el BPS o la DGI. Es imposible seguir con este rumbo sin que alguien asuma la responsabilidad política de este desaguisado; es el Parlamento y la dignidad política de la bancada de gobierno quien debe poner las barbas en remojo y no permitir que se quemen las naves por desidia, negligencia o incapacidad para entender que lo público es de todos y no de algunos pocos, hayan obtenido o no la mitad de las adhesiones en las elecciones nacionales. La filosofía de “como te digo una cosa, te digo la otra” Chorus Aviation, propietaria de Jazz, no invertirá capital adicional en Pluna, informó Manon Stuart, vocero de la empresa, a la publicación canadiense "Canadian Business". Esta declaración es contraria a las intenciones del gobierno que así lo había anunciado tras la salida del grupo Leadgate de la empresa de bandera uruguaya. La noticia que trascendió en El Observador, sorprendió al ministro Enrique Pintado, quien tuvo conocimiento de la información durante una entrevista con radio El Espectador. "No es lo que nos habían comunicado hasta el momento. Nos pidieron tiempo y lo tendrán. Y si se adelanta tomaremos las medidas del caso. No estoy enamorado de nadie ni enemistado con nadie, pero quiero que haya un socio privado que se haga cargo del 75% de las acciones; yo creo que eso es posible", señaló el ministro. "Si no ocurre lo de Jazz vendrá otro para hacerse cargo de las acciones, mi aspiración es tener un socio con el suficiente respaldo y no estar año a año viviendo zozobras", agregó. Durante la conferencia de prensa en la que se oficializó la salida de Leadgate de Pluna, Pintado había anunciado que Jazz tenía prioridad durante 30 días para capitalizar y pasar a comandar la empresa. La aerolínea debe entregar en ese plazo una oferta de compra del 75% de las acciones al Estado. Hasta ese día, Pluna estaba compuesta por la Sociedad Aeronáutica Oriental con el 75% de las acciones y un 25% en poder del Estado. Jazz era el socio minoritario de Sociedad Aeronáutica Oriental con el 33% y el restante 66% era del grupo Leadgate. De acuerdo a un informe de auditoría la empresa cuenta con un pasivo de US$ 301,5 millones y un activo de US$ 290 millones.

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