Políticamente incorrecto
Con la misma dedicación y esfuerzo editorial que el
que pone todos los días un diario e revista, en los quiscos de las ciudades,
titulando para informar y competir, diseñando portadas en base a varias
alternativas y diagramando cada página como si fuera la más importante de la
publicación, quienes hacemos OPINAR asumimos cada vez que colaboramos con
nuestras columnas de opinión, o a través de una investigación periodística para
aproximarnos a nuestros ideales profesionales, políticos y colectivos, un paso
más hacia los cambios necesarios.
Creemos en eso y no hemos pedido al Estado su
participación para hacerlo.
El gobierno ha tenido con los medios de
comunicación una política muy definida: las empresas públicas, UTE, ANTEL y
ANCAP, algunas Intendencias y el BROU, han servido de soporte para que ciertas
actividades se beneficien en perjuicios de otras que son lisa y llanamente
desconsideradas.
Como ejemplo tenemos el fútbol: ANTEL es el sponsor
no sólo del seleccionado nacional, sino de todos los equipos que participan en
la divisional principal; el básquetbol tampoco ha sido ajeno a este privilegio.
El carnaval, que durante 40 días defiende los intereses no sólo del Gobierno,
sino también del Frente Amplio, viene siendo esponsorizado por las empresas del
Estado.
¿Cuánto de nuestras facturas de UTE y ANTEL, por
ejemplo, van directamente al consumo efectivo del servicio?
Fuentes de estas empresas que tributan al BPS por
aportes patronales menos que el patrón de una industria o de un comercio, están
sirviendo a un fin de comunicación institucional que por objetivo tiene el pago
de contraprestaciones directas o indirectas vinculadas con la política
partidaria. Eso es un hecho.
Se habla mucho de la transparencia en la gestión;
se dice que las licitaciones son la base para obtener mejores precios, pero a
la hora de publicitar servicios la decisión no es cristalina sino directa y no
se funda en ningún criterio técnico, como la circulación, la penetración en
específicos nichos de mercado, o la captación de un núcleo de intereses al que
es imposible acceder si no mediante un
diario, radio o canal de televisión.
Quizá por eso el litigio UTE/LA REPÚBLICA ha dejado en
evidencia la existencia de negociaciones de canje de deudas contra publicidad
oficial, lo que de haber sido así, es un disparate comprometedor para los
directivos de UTE.
Las empresas públicas tienen una posición dominante
en la sociedad uruguaya, casi única, de contenido intransferible y de competencia
muy dudosa. Tener que publicitar nombres como UTE o ANTEL es un absurdo, y es
bastante improbable que una campaña de información pueda ejecutarse desde una
camiseta de fútbol o en la pancarta de una murga.
Hasta ahora el Gobierno de Mujica no ha tenido
igualdad social en un tema que mucho ha tenido de políticamente incorrecto.
1 comentario:
qué rostro...el mismo que cuando fue presidente de Antel inundó los medios "amigos" con publicidad sobrefacturada, lo que garantizó una visibilidad mediática que le permitió correr con ventaja en las elecciones municipales, ahora critica el abuso de publicidad por parte del ente
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