Pedro
BORDABERRY
Abogado. Senador de la República.
Llovió en el centro del país. Se llenaron las
cañadas, el agua corre de nuevo, ruidosamente, entre las piedras. Para fiesta
de garzas, Martín Pescadores y otras aves. Los campos se colorean de un verde
que lucha por imponerse al amarillo.
La lluvia de verano es una bendición para el
que le toca. Muchas veces las tormentas en esta época pasan de largo. Premian y
castigan de forma caprichosa a las distintas zonas del país.
Otras veces la lluvia no alcanza por lo
exiguo del agua que cae. En esos momentos el ánimo del trabajador del campo se
pone a prueba.
Es que la previa de la tormenta se anuncia
durante un largo rato.
Comienza con el viento norte que sopla,
durante unos días, trayendo calor y bochorno. Sigue con el horizonte que se
oscurece, mientras las nubes negras comienzan a acercarse. De pronto un viento
en aumento y alguna gota anuncian la inminencia de la lluvia, mientras los
árboles se sacuden.
Pero, a veces, la tormenta sigue su paso, el
agua no cae. Como si la naturaleza quisiera mofarse de quiénes, necesitados de
ella, esperaban ver la lluvia caer.
De ahí la bendición que significa el agua que
efectivamente cayó en el centro del país hace algunos días.
Ella permite a los que cultivaron ver crecer
sus plantaciones. A los que temían por aguadas y tajamares ver como estos se
llenan.
Al comienzo del verano el Presidente Mujica
nos convocó a todos los Partidos Políticos a una reunión para realizar un
Acuerdo Nacional sobre la Educación.
Ya se había realizado un Acuerdo con el mismo
objetivo a mediados del 2010 pero no se cumplió con el mismo. Ahí fuimos todos,
como siempre, a tender la mano a quien nos la pedía por segunda vez.
La previa de la reunión era como la previa de
una tormenta de verano. Oscuros resultados sobre nuestra Educación se veían en
el horizonte. Mal en las pruebas Pisa, aumento de la repetición, enorme
deserción en la Educación Media, miles de jóvenes entre 15 y 20 años que no trabajan
ni estudian, millones de dólares disponibles para construir y reformar
edificios que no se utilizaron, sólo 4.000 egresados por año (sobre un total de
100.000 alumnos) en la Universidad de la República.
La reunión fue auspiciosa. Se identificaron
cuatro áreas concretas sobre las que trabajar: a) Gobierno de la Educación; b)
Evaluación de la Educación; c) Formación Tecnológica; d) Fortalecimiento del
rol y función de los Directores.
El Presidente hizo hincapié en la Formación
tecnológica, proponiendo incluso la creación de una Universidad Tecnológica.
Todos los Partidos, menos el del propio Presidente, estuvimos de acuerdo con
esa propuesta e incluso agregamos que dicha formación debía acentuarse en la
Educación Media.
Esta semana se reunieron nuestros técnicos
con los de los otros Partidos y los del Gobierno y fueron claros en comunicar
nuestra posición:
1.- Estamos de acuerdo con una Universidad
Tecnológica, pero no puede existir esta y otro Instituto Terciario como quiere
el Frente Amplio;
2.- Esta Universidad tiene que tener su sede
central en el interior del Uruguay y cursos terciarios y técnicos teniendo en
cuenta las realidades y actividades en cada zona;
3.- La nueva Universidad tiene que tener
rango universitario y expedir títulos de ese nivel;
4.- El ciclo básico tecnológico debe seguir
en la órbita de la Educación Media, el que se reformulará para ello;
5.- El Consejo Directivo y su organización no
puede tener el entramado burocrático previsto para el ITS; se propone que sea
designado por el Poder Ejecutivo con venia del Senado;
6.- Se le debe establecer la obligación de
contar con un Presupuesto por Gestión que, además de sus programas, incluya una
Rendición de Cuentas sobre Resultados, Gestión y Gasto.
Nuestras propuestas son claras y concretas.
No queremos que la reunión de Diciembre sea
una tormenta de verano que pasó de largo o que no se aprovechó.
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