El abogado
argentino termina su mandato en 2012. Los especialistas cuestionan su perfil
mediático y extravagante. Y por investigar sólo a líderes africanos.
Luis Moreno
Ocampo empieza a despedirse de La Haya. Luego de nueve años de trabajo como
primer fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), el jurista argentino
terminará su mandato en junio de 2012. Aunque Moreno Ocampo consiguió instalar
a la CPI como un actor de peso en el terreno de la Justicia internacional,
varios especialistas hacen un balance gris de su gestión y cuestionan su estilo
de conducción. El ex fiscal del juicio a las juntas respondió a las principales
críticas de los expertos sobre su performance al frente de la fiscalía.
La semana
pasada, los Estados que suscriben el Estatuto de Roma eligieron como sucesora
de Moreno Ocampo a Fatou Bensouda, una jurista de Gambia. La elección de una
africana para el cargo fue una clara señal dirigida a la Unión Africana que
busca subsanar la desconfianza de ciertos países de Africa hacia la CPI, luego
del paso de Moreno Ocampo por el organismo. Ocurre que todos los procesos
judiciales que abrió la fiscalía en estos años involucran a líderes africanos y
no hay casos que investiguen a líderes de países de otros continentes.
“El hecho de
que las siete investigaciones de la CPI se centren en abusos cometidos en
Africa pone en duda su reputación como un verdadero tribunal internacional”,
escribió David Kaye, director del Programa de Legislación Internacional en
Derechos Humanos de la Universidad de California, en un artículo que publicó
Foreign Affairs bajo el título “¿Quién le teme a la Corte Penal
Internacional?”. Como otros analistas, Kaye considera que Moreno Ocampo puso a
la fiscalía al borde de la politización al no avanzar contra actores mundiales
más poderosos.
“Ese es un
prejuicio que instaló (el presidente sudanés) Al-Bashir. La idea de quién es
poderoso y quién no es relativa: Thomas Lubanga no es un líder mundial, pero en
un barrio del Congo es Dios –dijo Moreno Ocampo a este diario–. Mi deber es
investigar los delitos más serios cuando no hay procedimientos nacionales para
juzgarlos, que es lo que ocurre en algunos países de Africa. Hay crímenes masivos,
y hay Estados que no los investigan por sí mismos. También es cierto que hay
crímenes impunes en otros países, pero la CPI no tiene jurisdicción sobre
ellos”.
Ese es,
también, el principal argumento del fiscal a la hora de explicar por qué no
indagó sobre la responsabilidad de George W. Bush en los famosos vuelos
clandestinos de la CIA. “Hubo casos de ese tipo en España e Italia, donde
tenemos jurisdicción, pero la Justicia de ambos países abrió procesos y por eso
nosotros no debemos intervenir”. Lo mismo dice sobre la guerrilla y los
paramilitares en Colombia, o sobre la operación Plomo Fundido, de Israel en
Gaza. En cuanto a la violencia política en Afganistán, Moreno Ocampo se excusa:
“Es un país muy complejo y es muy difícil establecer quiénes cometieron qué
crímenes. Pero estamos trabajando en eso”.
Libia es un
capítulo aparte. Luego de pedir la captura internacional de Muamar Kadafi y su
hijo, la fiscalía aceptó una denuncia de la familia del ex dictador referida a
su muerte. El fiscal manifestó que es probable que la ejecución de Kadafi haya
constituido un crimen de guerra. Sin embargo, esta semana la CPI comunicó que
dejará la investigación en manos del nuevo gobierno libio, una de las facciones
involucradas en la guerra junto a la OTAN. “Las autoridades libias nos pidieron
ocuparse del tema, así que esperaremos hasta marzo para ver si inician una
investigación genuina, y en mayo anunciaremos si intervenimos o no”, aseveró
Moreno Ocampo.
Otra de las
críticas frecuentes a Moreno Ocampo tiene que ver con su estilo personal. Kai
Ambos, catedrático de Derecho Penal Internacional de la Universidad de
Göttingen y juez del Tribunal Estatal de ese distrito alemán, defenestró al
jurista argentino por su alto perfil y exposición mediática. “Prefiere las conferencias
de prensa que el estudio de expedientes”, dijo Ambos a PERFIL. Shuval Yany,
titular de Derecho Internacional de la Universidad Hebrea de Jerusalén, señaló
a este diario que el estilo “extravagante” de Moreno Ocampo sirvió para dar
visibilidad a la CPI, pero advirtió que en la próxima etapa será mejor un
fiscal más discreto.
“Es obvio
que un fiscal que pide el procesamiento de Kadafi o Bashir va a aparecer en los
medios. No es una cuestión de estilo, sino del rol que cumplo. Por otro lado,
mi única forma de acercar el trabajo de la Fiscalía a la comunidad global es a
través de la BBC o Al Jazeera –contestó Moreno Ocampo–. Siempre me van a
criticar, pero es normal. Y está todo bien.”
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