Dr. Miguel
Langón:
El experto
en derecho penal Miguel Langón considera que los niveles de reincidencia de los
delincuentes se deben al “uso abusivo de la prisión preventiva”. Es partidario
de la justicia restitutoria, un régimen en que el delincuente debe resarcir a
la víctima y no ir preso.
“Las
cárceles son hoteles de alta rotatividad, solo que la gente no sabe. Se procesa
a todo el mundo con prisión, lo que se traduce en una pena corta de prisión que
lo que hace es desestructurar al individuo sin darle en el establecimiento
carcelario ninguna posibilidad de educarlo, entrenarlo para la vida en
libertad”, manifestó el abogado penalista y catedrático en la materia Miguel
Langón.
Expresó que
en la actualidad el sistema judicial no aporta las herramientas necesarias para
evitar la reincidencia y rehabilitación de los delincuentes. Consideró que
debería prescindirse lo más posible de ella para apostar a la aplicación de la
justicia restitutoria, un sistema que reconoce como un tanto “utópico” porque
“la sociedad no está preparada para instalarlo, falta cultura”. A su entender,
la práctica de un sistema alternativo podría “abrirle la cabeza a la gente,
ayudarla a pensar” y a generar una “sociedad más humana”.
Ante esto,
el abogado comentó a modo de ejemplo la aplicación de este tipo de derecho en
el caso de un padre que viola a su hija. “La solución del Estado es la de un
elefante en un bazar, una viñeta de novela. El tipo se va a la cárcel con un
estigma terrible de violador. La madre se queda sin sustento económico y
probable destino de prostitución, y los chicos institucionalizados en el Inau.
Sería mucho mejor tener instancias que ampararan eso, reconstruir los vínculos
familiares, la imagen paterna. Que el individuo haga el proceso de
arrepentimiento y el correlativo perdón de la familia. Es complicado, pero son
vías que se pueden tomar”.
Langón
considera que en la actualidad el sistema judicial sanciona, se manda al
delincuente a la cárcel y “después sale peor. Probablemente pase muy mal en la
cárcel, pierde su trabajo si lo tiene y ¿quién gana? El Estado no cobra ninguna
multa, lo dejan en la miseria”. Por esto considera que nadie sale beneficiado,
mientras que el objetivo de la justicia restitutoria es “preservar los lazos
sociales”.
Esto
incluiría que el delincuente esté obligado a “satisfacer” a la víctima,
solucionar el daño que ocasionó y luego pagar con la penitenciaría en el caso
de los delitos más graves.
A esto se
vincula el problema de la reincidencia de los delincuentes. Langón considera
que esto ocurre porque en Uruguay “se abusa de la aplicación de la prisión
preventiva de una persona que es inocente y en condiciones violatorias de los
derechos humanos”. Esto se debe a que muchos reclusosingresan sin condena y
generalmente egresan al poco tiempo pero el daño que les genera esa estadía los
induce a reincidir.
“Las
cárceles son máquinas de torturas. No se puede hacer nada con un presunto
delincuente que lo único que está esperando es cuándo puede salir en libertad
provisional”, afirmó.
Otro ejemplo
que menciona el abogado es un delincuente que roba una cartera, es procesado
por hurto agravado y lo internan en el Penal de Libertad. “¿Qué hace el año que
está ahí? Lo estropearon más de lo que estaba y no lo condenaron. Por eso la
tasa de reincidencia es tan alta. En otros países hay sanciones pecuniarias, de
multa”, indicó.
Asimismo,
considera necesario poner “medidas alternativas a la prisión pero en serio”. El
catedrático consideró que todo esto se debe a “un problema cultural en el país,
tenemos una tradición inquisitorial desde 1878, que es la fecha del primer
código colonial”.
Langón dice
que se desconoce lo que es la legítima defensa.
La legítima
defensa es un elemento que cobró gran relevancia en los litigios tras
incidentes entre delincuentes y afectados. El abogado y catedrático en derecho
penal Miguel Langón dijo a Ultimas Noticias que en estos casos las cosas deben
verse “desde el punto de vista humano, del derecho, de la Justicia, y no desde
el punto de vista del delincuente porque este se pone en riesgo porque quiere,
voluntariamente. Que asuma la responsabilidad”.
El
catedrático opina que al momento de juzgar “falta culpabilidad, ponerse en los
zapatos del individuo, la situación que vivió”, ya que en la actualidad “se
juzga desde la soledad del despacho” de los magistrados. Asimismo, afirmó que
hay “inseguridad jurídica” en la población. “La gente no sabe qué hacer y no es
bueno” porque alguien que se defiende en legítima defensa miente ante el juez
por miedo a ir preso. También consideró que “el que mata en legítima defensa
mata con justicia”, lo cual es una justificación “absolutamente legal”.
A modo de
ejemplo, planteó un caso: “Una persona que se defendió de un robo sacó el arma
y le pegó un tiro al ladrón. Va a salir a decir: ‘se me escapó un disparo pero
yo no sé disparar, saqué el arma y se me trabó, tiré al piso’. No diga pavadas,
diga la verdad, porque eso es peor, porque usted no se defendió. Está diciendo
que es un pavo que andaba con el arma bobeando. No, debe confesar que sacó el
arma y le pegó porque se asustó y tenía miedo, y se quiso defender. Eso está
bien, es lícito, diga eso que es la verdad”.
En
consecuencia, Langón plantea que el legislador debería cambiar la versión de
que el que juzga es un “tercero imparcial”, ya que debe estar “del lado de la
víctima, no del lado del mal”. En cuanto a la responsabilidad del delincuente,
el catedrático expone que el sistema judicial debe “empezar a ver que él se
pone a sí mismo en la situación de riesgo y la crea”, ya que pone en riesgo a
quien va a robar y a sí mismo.
“Que cargue
con el riesgo que creó sobre la víctima, y si alguien se defiende, le pega un
garrotazo, un tiro, lo lastima, que se jorobe.
Porque fue
él que se puso en esta situación, no el otro. Hay que ponerse del lado de la
víctima, no del delincuente”, afirmó.
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